La detención de Mario Guevara: un periodista latino bajo fuego en EE.UU.
Cómo la criminalización del periodismo independiente en contextos migratorios expone las tensiones entre libertad de prensa y política migratoria en Estados Unidos
El arresto que sacudió a la comunidad periodística latina
El pasado sábado 14 de junio de 2025, Mario Guevara, un periodista salvadoreño ampliamente reconocido por su cobertura de redadas migratorias en el área de Atlanta, fue arrestado durante una manifestación relacionada con políticas migratorias del gobierno estadounidense. La imagen de Guevara siendo detenido mientras portaba un chaleco con la inscripción "PRESS" pintada visiblemente sobre su pecho generó indignación y preocupación tanto dentro como fuera del gremio periodístico.
Sus cargos: obstrucción de la justicia, reunión ilegal e invasión de calzada. Sin embargo, el video grabado por él mismo en redes sociales ofrece un ángulo distinto: Guevara estaba informando, no participando activamente en la protesta. ¿Cómo puede un reportero terminar esposado por cubrir una manifestación? ¿Desde cuándo portar una cámara es una amenaza?
¿Quién es Mario Guevara?
Mario Guevara no es un desconocido. Huyó de El Salvador en 2004 tras sufrir agresiones por su labor como periodista político en el periódico La Prensa Gráfica. Al llegar a Georgia, se integró a Mundo Hispánico —uno de los medios en español más importantes del estado— antes de fundar su propio canal digital: MGNews. Su trabajo se ha centrado durante más de veinte años en documentar operaciones migratorias, con transmisiones en vivo que alcanzan a más de 782,000 seguidores en Facebook.
Su labor no es solo informativa, sino también de alerta. Muchos migrantes siguen sus transmisiones para evitar zonas con presencia de ICE (la agencia de migración estadounidense). Su comunidad lo ve como una figura de protección, sus detractores como un "obstáculo operativo". En medio de eso, Guevara ha caminado un fino hilo que ahora parece haberse roto.
Lo que pasó en DeKalb County
El día de su detención, Guevara se encontraba transmitiendo en directo desde una acera en Tucker Road, donde oficiales con equipo antidisturbios intentaban controlar una movilización contra las redadas migratorias. En el video se le ve avanzar lentamente hacia la calle mientras filma a los policías; segundos después, un agente lo intercepta. Guevara se identifica verbalmente como prensa, pero eso no frena su arresto.
Fue llevado a la cárcel del condado de DeKalb y, aunque un juez le otorgó fianza el lunes siguiente, no fue liberado. El motivo: ICE emitió una retención migratoria de 48 horas, lo que abre la puerta a procedimientos de deportación pese a su estatus legal temporal y una petición pendiente de residencia permanente.
Contexto histórico: réplica moderna del acoso al periodismo
La detención de Guevara no es un hecho aislado. Desde 2017, Reporteros Sin Fronteras ha documentado un aumento sostenido en los ataques contra periodistas en EE.UU., especialmente los que cubren temas de inmigración o protestas.
Según el U.S. Press Freedom Tracker, al menos 44 periodistas fueron arrestados en 2020 durante la cobertura de protestas relacionadas al movimiento Black Lives Matter. Aunque la mayoría fueron liberados sin cargos, los arrestos constituyen métodos de intimidación que afectan directamente la libertad de prensa.
La delgada línea entre informar y provocar
La defensa del periodista, encabezada por el abogado Giovanni Diaz, argumenta que Guevara no solo no violó ninguna ley, sino que su arresto fue fruto de un perfilamiento selectivo: "Es probable que las autoridades lo conocieran por años siguiendo su trabajo. Él no representa un peligro, es un miembro de la prensa", declaró Diaz.
Si bien las leyes estatales otorgan ciertos márgenes a la policía para controlar manifestaciones, existe una protección constitucional clara para los free speech activities. Esto incluye el derecho de la prensa a informar desde espacios públicos. Guevara no estaba en medio de enfrentamientos, ni incitó al desorden. Estaba haciendo lo que cualquier periodista debería hacer: mostrar lo que ocurre.
El rostro cambiante de la migración en el periodismo
Lo que diferencia a Guevara de otros colegas es que su historia personal se entrelaza con aquello que cubre. No es un observador distante, sino parte activa de una narrativa que incluye persecución, exilio, lucha por legalización y ahora —irónicamente— posible deportación.
Este tipo de periodismo encarna lo que muchos llaman "advocacy journalism" o periodismo activista. En lugar de limitarse a datos fríos, ofrece contexto, calidez y, sobre todo, humanidad. Y eso incomoda, especialmente a quienes prefieren una narrativa institucional que retrate los operativos de ICE como orden y justicia, y no como lo que muchas veces parecen: cacerías humanos con criterios raciales.
La sombra de Trump persiste
Para entender por qué Guevara aún está en riesgo de deportación, pese a tener una solicitud activa de green card y un hijo ciudadano estadounidense, es necesario revisar el legado de la administración Trump.
Durante su mandato, Donald Trump implementó la llamada "Política de Tolerancia Cero" que priorizaba la detención de cualquier persona indocumentada, independientemente de su record judicial o arraigo comunitario. Esta política llevó a un incremento del 40% en detenciones por parte de ICE entre 2016 y 2019 (fuente: ACLU).
Pese al cambio de administración, muchos protocolos quedan intactos o apenas modificados. La inercia burocrática de ICE, además del sesgo político en ciertas cortes migratorias, hace que casos como el de Guevara entren en una zona gris donde incluso ejercer el periodismo podría verse como una acción subversiva.
¿Qué significa ser periodista y migrante hoy día?
La situación de Mario Guevara presenta un dilema inquietante sobre quién puede contar las historias de las comunidades migrantes en EE.UU. y bajo qué condiciones. ¿Debe un periodista renunciar a relatar desde adentro para evitar convertirse en blanco? ¿O es precisamente esa inmersión lo que garantiza profundidad y veracidad?
Si el tipo de cobertura que realiza MGNews se criminaliza, los más afectados serán quienes dependen de esa información para proteger su seguridad física y legal. En zonas como el sur de Estados Unidos —donde los medios en español convencionales escasean— la voz de periodistas independientes como Guevara es esencial.
No es el primero, y quizás no será el último
Otros casos recientes muestran un patrón preocupante. En 2019, el periodista Manuel Duran fue detenido en Memphis mientras cubría una protesta y posteriormente entregado a ICE, a pesar de ser también un solicitante de asilo. Estuvo casi dos años en detención en condiciones inhumanas antes de ser liberado tras una fuerte campaña pública. El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) catalogó su arresto como "una violación a la libertad fundamental de prensa".
La presión internacional importa
La comunidad internacional y organizaciones como Reporteros Sin Fronteras y el Comité para la Protección de los Periodistas ya han alertado sobre el caso de Guevara. La clave para frenar su deportación puede residir en la presión mediática y en campañas de apoyo sustentadas tanto en lo legal como en lo social.
No se trata solo de exponer al público lo que le pasa, sino de insistir ante instituciones estadounidenses que una democracia sin prensa libre y diversidad de voces termina erosionando su supuesta legitimidad.
Un acto simbólico en múltiples niveles
El arresto de Mario Guevara no debe verse como un hecho aislado, sino como un síntoma de la vulnerabilidad que enfrentan quienes informan desde márgenes del sistema: periodistas inmigrantes, activistas comunitarios, reporteros independientes. Cuando el periodismo se criminaliza, lo que está en juego no es solo la historia de una persona, sino el derecho colectivo a estar informado.
Como dijo el propio Guevara en 2022 ante una clase universitaria: "Yo no soy la noticia; yo solo la llevo. Pero a veces, cuando uno tropieza con el poder, te convierten en titular".
Hoy, esos titulares nos confrontan con una pregunta urgente: ¿seguirá siendo Estados Unidos un país donde denunciar la injusticia sea más peligroso que ejercerla?