Vinícius Júnior y el racismo en el fútbol español: ¿Un punto de inflexión o una gota en el océano?

Análisis del caso reciente contra hinchas que atacaron al jugador brasileño y las implicancias legales y sociales para LaLiga

Sentencia histórica: La justicia española actúa

El reciente fallo de un tribunal español contra cuatro aficionados radicales del Atlético de Madrid marca un momento fundamental en la lucha contra el racismo en el fútbol. Los individuos fueron encontrados culpables de delitos de odio y amenazas tras colgar un muñeco negro con el nombre de Vinícius Júnior de un puente en Madrid, justo antes de un partido de Copa del Rey entre el Real Madrid y el Atlético en enero de 2023.

Esta imagen infame, reforzada con una pancarta que decía “Madrid odia al Real”, causó ondas de choque no solo en España, sino en todo el mundo futbolístico. El acto no solo fue repudiado ampliamente, sino que también motivó una respuesta judicial que muchos consideran sin precedentes en la historia del deporte español.

Las condenas y sus implicancias

Según detalló LaLiga, los acusados recibieron las siguientes sentencias:

  • Uno de ellos fue condenado a 15 meses de prisión por delito de odio y otros 7 meses por amenazas.
  • Los otros tres recibieron 7 meses por cada uno de estos delitos: odio y amenazas.

Para que sus penas de prisión fueran suspendidas, se les impuso también la obligación de asistir a un programa de formación sobre igualdad y no discriminación.

Además, se les prohibió acercarse a menos de 1.000 metros de Vinícius, su residencia y el centro de entrenamiento del Real Madrid, así como de cualquier estadio de fútbol cuatro horas antes y después de los partidos organizados por LaLiga o la Federación Española de Fútbol. No pueden comunicarse con el jugador durante cuatro años después de cumplida la condena.

¿Un cambio de rumbo?

La decisión del tribunal ha sido celebrada por muchos como una señal de que el racismo finalmente está recibiendo atención y castigo en España. Hasta hace poco, los cánticos racistas o insultos eran ignorados o apenas sancionados con multas a los clubes.

Esto ha comenzado a cambiar:

  • En 2022, cinco aficionados del Valladolid fueron condenados por insultos racistas contra Vinícius. Fue la primera condena que calificó los insultos racistas en un estadio como delito de odio.
  • En 2023, tres aficionados del Valencia recibieron penas de prisión por insultos racistas al brasileño. Aunque esta vez no se etiquetaron como delitos de odio, sí se consideraron agravantes por discriminación racial.

En comparación, otros países europeos han mostrado más rapidez o contundencia. En Inglaterra, por ejemplo, los abusos racistas en redes sociales o estadios han llevado a suspensiones vitalicias de entrada a estadios, denuncias penales e incluso condenas firmes.

LaLiga como parte acusadora

Algo importante a destacar es el rol activo que tomó LaLiga en este proceso. La organización participó como acusación particular, lo que muestra un cambio en la postura institucional del fútbol español, presionado por la comunidad internacional y la FIFA para actuar frente a estas situaciones con mayor seriedad.

“La lucha contra el racismo no es solo de las víctimas, sino de todo el sistema”, declaró Javier Tebas, presidente de LaLiga, tras la primera condena de 2023.

Vinícius Júnior: de víctima a símbolo

El delantero brasileño se ha convertido, involuntariamente, en el rostro visible del racismo en el fútbol europeo. Desde su llegada al Real Madrid en 2018, Vinícius ha sido uno de los jugadores más talentosos (y también provocadores, según algunos), pero desde 2021 ha sido objetivo constante de insultos de carácter racista en múltiples estadios.

En muchos de esos casos, las reacciones institucionales fueron tibias, y fue el propio jugador quien, en entrevistas o redes sociales, exigió acción. “El problema no soy yo, es el racismo”, afirmó tras un partido contra el Valencia en 2023, donde tuvo que señalar a los aficionados para que actuaran los árbitros.

Vinícius ha sido elogiado por su activismo público y su resistencia ante los ataques. En 2023 fue incluido por la revista Time entre las 100 personas más influyentes del mundo, precisamente por su papel en denunciar el racismo en el fútbol.

Grupos ultras: el núcleo del problema

Los perpetradores del ataque de 2023 pertenecían a un grupo reconocido de ultras del Atlético de Madrid con ideología de extrema derecha. Aunque el club emitió un comunicado repudiando los hechos, la presencia y tolerancia de estos grupos en los estadios sigue siendo un tema sin resolver.

En España, como en otros países, los colectivos ultras han estado históricamente vinculados no solo al espectáculo del fútbol, sino también a actos violentos, xenófobos y racistas. Movimientos como los Frente Atlético en Madrid o los Boixos Nois en Barcelona han sido implicados en incidentes similares en el pasado.

La pregunta sigue siendo: ¿hasta qué punto los clubes y la liga están dispuestos a romper lazos definitivamente con estos grupos?

Educación, castigo y prevención

Si bien las condenas contra los atacantes de Vinícius establecen un precedente importante, la solución al racismo no vendrá solo desde los tribunales. Se necesita una estrategia integral que incluya:

  • Acción educativa: desde las escuelas hasta los programas de formación en clubes y federaciones.
  • Políticas de inclusión dentro de los cuerpos de seguridad, para asegurar intervenciones adecuadas.
  • Fomento de la diversidad en las estructuras técnicas y directivas del fútbol.
  • Sanciones deportivas efectivas a clubes cuyos hinchas reincidan en conductas racistas.

¿Un cambio de cultura o simple presión internacional?

Muchos se preguntan si estas medidas judiciales responden a un verdadero cambio cultural o solo a la presión mediática e internacional. La FIFA ha sido clara al respecto: el racismo es una de las principales amenazas del fútbol moderno, y las federaciones deben actuar con contundencia o enfrentar consecuencias.

Recordemos que tras los incidentes contra Vinícius, el gobierno brasileño exigió explicaciones oficiales al gobierno español, y figuras como Kylian Mbappé, Gianni Infantino y Pelé mostraron su solidaridad con el jugador.

Este tipo de presión parece haber sido clave para que los organismos españoles reaccionaran con más firmeza.

¿Y ahora qué sigue?

El caso Vinícius nos muestra que el sistema judicial español puede actuar con firmeza frente al racismo, pero también subraya una triste realidad: el racismo en el fútbol está lejos de erradicarse. Cada partido, cada estadio, cada canción puede ser un terreno fértil para la xenofobia si no se trabaja desde el fondo.

Como dijo Vinícius tras conocer el fallo, en un mensaje compartido en redes: “No lucho solo por mí. Lucho por todos los negros que vienen después, para que puedan jugar, cantar o actuar sin miedo”.

Quizá no sea una revolución, pero sí un paso necesario. Y de eso están hechas las verdaderas transformaciones: de pasos firmes que señalan que el racismo sí tiene consecuencias.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press