El desafío del medio galón: la delirante tradición del Appalachian Trail que pone a prueba el estómago (y el espíritu) de los senderistas
Una combinación de caminatas intensas, calorías extremas y orgullo: así es como los valientes thru-hikers celebran su llegada a la mitad del mítico sendero de los Apalaches
Un sendero legendario lleno de historias y desafíos
El Appalachian Trail (Sendero de los Apalaches) es una de las rutas de senderismo más emblemáticas del mundo. Con más de 3,500 kilómetros de recorrido que atraviesan 13 estados de Estados Unidos, desde Springer Mountain en Georgia hasta el imponente Mount Katahdin en Maine, es un hito para cualquier amante del senderismo.
Pero caminarlo completo, como hacen los llamados thru-hikers, no solo supone una hazaña física espectacular, sino también un rito de paso lleno de pequeñas tradiciones excéntricas. Una de las más populares y, sin duda, más extravagantes, es el desafío del medio galón.
¿De qué se trata el desafío del medio galón?
Conocido localmente como el Half-Gallon Challenge, esta tradición consiste en comerse medio galón (1.9 litros aproximadamente) de helado de una sola sentada. Se lleva a cabo en el Pine Grove Furnace General Store, una pequeña tienda en Gardners, Pensilvania, que se ubica cerca del punto medio del Appalachian Trail.
Empezó hace más de cuatro décadas y se ha convertido en un símbolo de celebración y sacrificio absurdo entre los valientes que ya han caminado la mitad del sendero.
Una hazaña calórica con sabor a locura
¿Por qué helado? Para muchos es una recompensa merecida tras semanas de marcha constante a través de montañas, bosques e inclemencias. Pero también es un castigo dulce: medio galón de helado puede contener entre 2,000 y 3,500 calorías, dependiendo del sabor.
Sam Cooper, conocido en el sendero como Pie Top, llegó a la tienda tras caminar 11 kilómetros bajo la lluvia. Tardó 40 minutos en devorarlo completo. “Pura miseria”, bromeó. “No creo que nadie deba hacer esto. No es saludable”.
Los récords y la competencia por la infamia
El récord del desafío lo ostenta un senderista apodado Squirt, quien lo completó en menos de 4 minutos. Dos décadas atrás, el tiempo a vencer era de 9 minutos. Para intentar un récord oficial, los participantes deben dejar que el helado repose unos minutos a temperatura ambiente y ser cronometrados por un empleado de la tienda.
Quienes lo completan reciben una cuchara de madera conmemorativa y, por supuesto, los merecidos derechos de fanfarroneo durante el resto de su travesía.
Anécdotas dignas de un diario surrealista
Más allá del acto en sí, lo mejor del desafío son los comentarios que los senderistas dejan en un cuaderno dentro de la tienda:
- Chicken Louise: “¿Decisiones de vida?”
- Seagull: “Me siento mal”
- Hyena: “Fue muy divertido durante los primeros 15 minutos. Ahora, yo (y mi familia) queremos morir.”
¿Es esto seguro? Realidades físicas y nutricionales
Durante el sendero, los thru-hikers pueden necesitar entre 4,000 y 6,000 calorías diarias para mantener su peso y energía. Stephan Berens, senderista alemán cuya identidad en el sendero es Speedy, ha perdido alrededor de 9 kilogramos desde que comenzó su caminata el 8 de abril.
“Pensé que sería peor, pero está bien”, dijo mientras se tocaba el estómago después de terminar su helado. Sea como sea, no hay que subestimar el impacto de consumir esa cantidad de azúcar y grasa de golpe, especialmente después de una jornada de 25 kilómetros.
Senderistas con nombres coloridos y espíritu indomable
El Appalachian Trail es un espacio donde las identidades se difuminan y surgen apodos que los acompañan durante los 3,500 kilómetros. Además de Pie Top, Speedy o Chicken Louise, encontramos a Petroglyph, un mecánico texano que estuvo dos meses en el ejército antes de iniciar el trail, y a Not Lazy, canadiense que declinó el reto del helado a favor de un desayuno más sensato.
Una microcultura nómada que evoluciona sobre la marcha
Más de 3 millones de personas visitan anualmente el sendero, pero solo una fracción completan el recorrido completo en una sola temporada: una empresa que puede tomar entre 5 y 7 meses. Según la Appalachian Trail Conservancy, se requieren alrededor de 5 millones de pasos para recorrerlo.
Pero completar el trail también significa conocer distintas tradiciones que se viven en cada estado. Desde un refugio donde los senderistas confiesan sus pecados en un cuaderno, hasta letrinas dobles con un tablero de cribbage entre los asientos en Maine. También se cruza un estrecho paso rocoso conocido como Lemon Squeezer—el exprimidor de limón— en el estado de Nueva York.
Filosofía en movimiento: ‘es difícil, pero vale la pena’
Para muchos senderistas, el trail representa más que un reto físico: una liberación emocional. “Estás caminando lejos de la vida”, dijo Zeke Meddock, alias Petroglyph. “Es lo más libre que me he sentido jamás”.
Bruce Thomas, alias Not Lazy, reflexionó con entereza: “Siempre es difícil. Pero nunca pienso en rendirme. Solo en cómo lograrlo”.
Un ritual para recordar (y quizás arrepentirse)
El reto del medio galón no es para todos. Algunos sienten un orgullo inexplicable, otros sufren ligeros colapsos estomacales, y unos pocos simplemente se lo saltan. Lo que está claro es que se trata de un símbolo poderoso en el imaginario colectivo del Appalachian Trail. Una mezcla de orgullo, locura e identidad compartida entre quienes saben que caminar más de 3,000 kilómetros ya no es lo único épico que harán durante ese viaje.
Y tú, ¿aceptarías el desafío?