Trump, Irán e Israel: ¿Está realmente cerca la paz que promete el expresidente?
En medio de un nuevo estallido de violencia en Medio Oriente, Donald Trump se presenta como el arquitecto de una hipotética paz entre Irán e Israel. ¿Es creíble su propuesta o es simplemente una jugada electoral?
El regreso del 'mediador'
Donald Trump ha vuelto a captar la atención internacional con sus polémicos comentarios sobre el conflicto entre Irán e Israel. En medio de ataques cruzados que han dejado decenas de víctimas y han elevado las tensiones regionales a niveles críticos, el expresidente estadounidense asegura que podría negociar un acuerdo de paz entre estos dos históricos enemigos. “Israel e Irán harán un trato, y pronto”, publicó Trump en sus redes sociales.
Pero más allá del optimismo retórico, ¿realmente existen condiciones realistas para una negociación entre dos naciones que han estado enfrentadas durante décadas? ¿Está Trump mejor posicionado para lograr este objetivo que otros líderes mundiales? ¿Es esto una acción diplomática legítima o una estrategia electoral?
Un conflicto en escalada
Durante los últimos días, Israel ha lanzado ataques directos sobre instalaciones clave dentro de Teherán, incluyendo el Ministerio de Defensa iraní y áreas presuntamente vinculadas a su programa nuclear. En respuesta, Irán lanzó una lluvia de misiles que impactaron zonas residenciales dentro del territorio israelí, burlando su sistema de defensa antimisiles. Ante esta situación, Trump emitió una advertencia preocupante: “Si somos atacados en cualquier forma por Irán, la fuerza total de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos caerá sobre ustedes en niveles nunca vistos”.
Una declaración de este calibre, más que pacificadora, plantea una amenaza directa y podría propiciar una escalada aún mayor, alejando la posibilidad de un pacto regional. Para muchos observadores, la retórica de Trump es contradictoria: se ofrece como mediador al mismo tiempo que plantea una respuesta militar aplastante.
Donald Trump y su historial de mediaciones
Trump asegura haber mediado con éxito en otros conflictos globales. Cita como ejemplo el cese momentáneo de hostilidades entre India y Pakistán tras los ataques de 2019 en Cachemira, así como su supuesta intervención en las disputas entre Serbia y Kosovo, y entre Egipto y Etiopía por las aguas del Nilo.
En la mayoría de estos casos, sin embargo, expertos y autoridades locales han minimizado o directamente negado la influencia del mandatario estadounidense. En el conflicto indio-pakistaní, por ejemplo, el gobierno de India negó que la intervención de Trump fuera decisiva o solicitada. Según el periodista indio Shivam Vij, “la narrativa de Trump sobre ese conflicto responde más a su necesidad de protagonismo que a hechos objetivos”.
¿Un intento de resucitar el legado del Acuerdo de Abraham?
Durante su presidencia, Trump impulsó los Acuerdos de Abraham, que normalizaron relaciones entre Israel y varias naciones árabes como Emiratos Árabes Unidos, Bahréin, Sudán y Marruecos. Para sus defensores, este fue uno de los logros diplomáticos más importantes de su mandato.
Sin embargo, Irán no formó parte de ese proceso y continúa viendo a Israel como un enemigo existencial. Las probabilidades de que Teherán firme algún tipo de normalización con Tel Aviv en el corto plazo son extremadamente bajas, sobre todo después de los recientes ataques. Mohamed Marandi, académico iraní y asesor en temas nucleares, afirmó: “Cualquier alianza con Israel es impensable mientras sigan matando a nuestros científicos y atacando nuestras instalaciones”.
Política interna y elecciones
El contexto interno de Estados Unidos no puede disociarse de las declaraciones de Trump. Son tiempos de campaña y el expresidente quiere presentarse como una figura fuerte en política exterior. Sin embargo, algunas de sus propias bases —especialmente sectores del movimiento MAGA— han mostrado recelo ante la posibilidad de una nueva intervención militar en Medio Oriente.
Personajes influyentes como la congresista Marjorie Taylor Greene, el ex presentador de Fox News Tucker Carlson y el activista conservador Charlie Kirk han pedido que Estados Unidos no se involucre en un nuevo conflicto. Kirk advirtió que un apoyo activo a Israel en este contexto “podría dividir al movimiento MAGA y afectar nuestra poderosa campaña política”.
Trump frente a Biden: dos visiones antagónicas del conflicto
Durante la presidencia de Joe Biden, Estados Unidos ha intentado contener las tensiones entre Israel e Irán y reactivar indirectamente las negociaciones del acuerdo nuclear con Teherán, abandonado por Trump en 2018. Biden ha mantenido una política de ambigüedad calculada, apoyando a Israel en términos militares, pero también pidiendo contención para evitar una guerra regional.
Trump, en cambio, ha criticado esta postura como una “debilidad” y ha alentado a Israel a intensificar sus ataques contra objetivos iraníes. La contradicción aparece cuando, en medio de su retórica belicista, se presenta como el gran pacificador.
¿Qué opinan los expertos?
Varios analistas coinciden en que los pronunciamientos de Trump están más orientados a su imagen pública que a reales esfuerzos diplomáticos. El historiador de la Universidad de Georgetown, Bruce Hoffman, opina: “Donald Trump siempre ha usado la política exterior como un espectáculo mediático. No hay ninguna razón para creer que Israel e Irán estén cerca de firmar la paz porque él lo diga en redes sociales”.
Y no es el único. La politóloga iraní Sanam Vakil, del centro Chatham House en Reino Unido, aclara que “Irán nunca ha creído en la buena fe de Trump y su administración. Difícilmente considerarán sentarse a negociar bajo su sombra. Cualquier intento de mediación sería completamente descartado en Teherán”.
Data que desmiente al discurso
- Un 56% de estadounidenses están en contra del manejo de Trump en temas de salud y política exterior, según una encuesta de CNN en marzo de 2024.
- En una encuesta de Kaiser Family Foundation, más de 60% de los encuestados creen que las políticas de Trump debilitarán a Medicaid y al sistema de salud pública.
- Tras los Acuerdos de Abraham, solo 4 países árabes normalizaron relaciones con Israel, pero la aceptación popular en el mundo musulmán sigue siendo muy baja (menos del 25% según Pew Research Center).
Manipulación de la narrativa
Tal vez lo más preocupante es cómo Trump ha intentado reescribir eventos históricos para atribuirse la paz donde hubo simplemente pausas tácticas o negociaciones multilaterales. Su afirmación de haber logrado un cese de fuego entre India y Pakistán ha sido refutada por múltiples fuentes diplomáticas y gubernamentales. Y utilizar esos episodios para prometer una paz entre Irán e Israel no sólo es inexacto, sino irresponsable.
Además, al usar un lenguaje como “MAKE THE MIDDLE EAST GREAT AGAIN”, Trump reconfigura su retórica interna estilo MAGA para una audiencia internacional, algo que puede resultar profundamente ofensivo y contraproducente en una región caracterizada por el colonialismo y la intervención occidental prolongada.
¿Una solución o una ilusión?
El conflicto entre Irán e Israel tiene raíces profundamente ideológicas, estratégicas y religiosas. No se trata simplemente de un malentendido entre dos líderes que pueden hacer las paces con un apretón de manos en la Casa Blanca. Las guerras en Gaza, Siria, Líbano, más la cuestión nuclear iraní y el rol de milicias como Hezbollah y Hamas, hacen casi imposible una resolución rápida.
En este sentido, la ilusión de Trump de un “acuerdo inminente” parece más una jugada mediática que una política diplomática tangible. Es probable que busque proyectar liderazgo para las elecciones de 2024 sin tener que asumir un costo real en el terreno.
En resumen, mientras el mundo observa con preocupación la escalada bélica entre Irán e Israel, Donald Trump intenta convertir uno de los conflictos más complejos del siglo XXI en un nuevo eslogan de campaña. Sin embargo, la paz en Medio Oriente no se logra a base de posts virales, sino con diplomacia paciente, conocimiento profundo del contexto local y, sobre todo, credibilidad. Y eso último, Trump, lo ha perdido hace tiempo para muchos actores clave en la región.