Tragedia aérea en India: ¿puede el país enfrentar su crisis de seguridad aeronáutica?
El accidente del vuelo de Air India en Ahmedabad plantea serias dudas sobre el control de calidad y los protocolos de emergencia en la aviación comercial del país
El 13 de junio de 2025, India fue escenario de una de las peores tragedias aéreas en su historia reciente. Un Boeing 787 Dreamliner de Air India, con destino a Londres, se estrelló minutos después del despegue en Ahmedabad, una ciudad bulliciosa del estado de Gujarat. El impacto contra un edificio residencial de un hospital-escuela dejó al menos 270 personas fallecidas, incluyendo 241 pasajeros y tripulantes, y al menos 29 personas en tierra.
La magnitud de la tragedia
Un solo sobreviviente ha sido reportado, mientras cientos de familiares esperan la identificación de los cuerpos. Gran parte de las víctimas fueron calcinadas o mutiladas, requiriendo pruebas de ADN complejas que han obligado a prolongar la entrega de los restos. Hasta el domingo siguiente al accidente, solo se habían identificado 32 víctimas.
Rajneesh Patel, funcionario del Hospital Civil de Ahmedabad, declaró que se trabaja “con extrema urgencia” para comparar las muestras de ADN con las proporcionadas por familiares.
El retraso ha generado un ambiente de frustración en las afueras del hospital mortuorio, donde decenas de familias esperan entre rabia, resignación y lágrimas. El proceso de identificación suele tomar hasta 72 horas, aunque las autoridades señalaron que buscan reducir esos tiempos debido a la situación extraordinaria.
El avión: un Boeing 787 en entredicho
El aparato siniestrado, un Boeing 787 Dreamliner con 12 años de antigüedad, ha colocado en el foco nuevamente a este modelo. Pese a ser considerado uno de los aviones más modernos de la flota mundial, el Dreamliner ha estado bajo escrutinio en los últimos años por diversos problemas técnicos —aunque hasta este accidente, no había sufrido un siniestro mortal en sus 16 años desde la entrada en operación en 2009.
El ministro de Aviación Civil de India, Ram Mohan Naidu Kinjarapu, anunció que todos los 34 Dreamliner operativos en territorio indio serán sometidos a una inspección inmediata. Hasta ahora, ocho de ellos ya han sido revisados.
¿Qué causó el accidente?
La Dirección General de Aviación Civil (DGCA) y un comité especial establecido por el Gobierno central han iniciado una investigación técnica y forense. El primer hallazgo relevante fue el descubrimiento de la caja negra —específicamente el grabador de datos de vuelo (DFDR)— en la azotea de un edificio en las cercanías del impacto.
Según Paul Fromme, ingeniero mecánico del Institution of Mechanical Engineers del Reino Unido, se espera que el análisis del DFDR revele detalles cruciales como la configuración del motor, el estado de los sistemas de control y la velocidad del avión segundos antes del choque. Además, un grabador de voz está siendo evaluado para conocer las conversaciones en cabina previas al siniestro.
Hasta el momento, no se ha descartado ninguna hipótesis: falla mecánica, error humano o incluso posibles condiciones adversas no informadas.
India y la aviación comercial: ¿una emergencia encubierta?
El accidente llega en un contexto tenso para la aviación comercial en India. En los últimos cinco años, la nación ha experimentado un crecimiento exponencial del tráfico aéreo, impulsado por la clase media emergente y los bajos costos de algunas líneas como IndiGo o SpiceJet. India es hoy el tercer mercado aeronáutico del mundo en términos de tráfico interno, por detrás de EE.UU. y China.
Sin embargo, ese auge no ha estado exento de críticas sobre la infraestructura aeroportuaria obsoleta, los altos niveles de estrés de los controladores aéreos y la falta de personal técnico especializado. Expertos como Capt. Mohan Ranganathan, exconsultor de seguridad para la DGCA, han advertido durante años que la velocidad de crecimiento “excede la capacidad de gestión de riesgos”.
En 2021, la India Safety Oversight Audit realizada por la OACI (Organización de Aviación Civil Internacional), colocó a India con un puntaje de 70,2 sobre 100, muy por debajo de países como Qatar (98.4), Corea del Sur (95.3) y Australia (93.7).
Un accidente que recuerda viejos fantasmas
Este desastre rememora las dos grandes tragedias anteriores: el vuelo 182 de Air India derribado por una bomba en 1985 (329 muertos) y el accidente de un vuelo de Air India Express en Mangalore en 2010 (158 fallecidos). Sin embargo, lo que distingue este hecho es su impacto en zona urbana densa, algo poco habitual en la aviación india.
Lo ocurrido hace recordar también la tragedia del vuelo 611 de China Airlines, que en 2002 explotó por un error de mantenimiento mal corregido durante años. Este paralelismo levanta preguntas incómodas: ¿existen casos de negligencia mantenidos sin solución en India? ¿Se están aplicando auditorías internas continuas?
Impacto social y mediático
Las redes sociales y los medios de comunicación indios han amplificado la indignación pública. El hashtag #AirIndiaTragedy acumuló más de 6 millones de interacciones en las primeras 48 horas. Las cámaras de televisión en la entrada del hospital civil capturaban en tiempo real el luto y desesperación de las familias.
Uno de los testigos presenciales, Priya Desai, relató: “Vi caer el avión como una bola de fuego. En segundos, la calle entera fue cubierta por humo y gritos… fue como un terremoto”.
Los próximos pasos
El Gobierno ha prometido transparencia y reformas. El primer ministro, Narendra Modi, informó que las familias recibirán compensaciones económicas y anunció la creación de una Unidad Nacional de Atención a Víctimas Aéreas, similar a la que manejó el caso del vuelo Germanwings en 2015.
Además, se convocará a una revisión legislativa de las normas aeronáuticas, una actualización que no ocurría desde 2016. Se espera también que este caso acelere la adopción de tecnologías IA en sistemas de diagnóstico de mantenimiento predictivo, algo que ya aplican aerolíneas en Singapur, Japón y Alemania.
¿Y el futuro de Air India?
Air India, recientemente adquirida por el conglomerado Tata Group, se encuentra en medio de un ambicioso plan de renovación y expansión a nivel internacional. En 2023, realizó un pedido récord de 470 aviones a Boeing y Airbus, por un valor estimado de 82 mil millones de dólares.
Este accidente, sin embargo, puede afectar profundamente su imagen y confianza del mercado. Según el analista aeronáutico Ajay Shah, "Air India debe ahora priorizar auditorías internas, ética de seguridad y entrenamiento de emergencia, o su ambición global quedará colapsada por eventos trágicos como este".
Mientras tanto, los restos calcinados del Boeing aún se encuentran bajo vigilancia policial a las afueras de Ahmedabad. Las familias entierran a sus muertos. Y la nación —una de las más jóvenes y pobladas del planeta— se enfrenta a una verdad dolorosa: el desarrollo sin seguridad puede costar cientos de vidas en segundos.