Washington Nationals: de campeones a crisis ofensiva
Un análisis del colapso de la ofensiva de los Nationals y la defensa inquebrantable del cuerpo técnico por parte de Dave Martinez
En el mundo del béisbol, los ciclos son tan comunes como las estadísticas. Equipos que tocaban la cima un año pueden estar de regreso al sótano en apenas unas temporadas. Pero lo que está ocurriendo con los Washington Nationals en 2025 va más allá de una simple mala racha. Se trata de una crisis profunda, especialmente ofensiva, que vuelve a poner los reflectores sobre el trabajo del mánager Dave Martinez y sus entrenadores.
Un campeón que se desdibuja
Aquellos días gloriosos de octubre de 2019, cuando los Nationals lograron una histórica victoria en la Serie Mundial, parecen ahora parte de un relato casi lejano. Desde entonces, el equipo ha entrado en una fase de reconstrucción constante, vendiendo figuras clave y apostando por el desarrollo de talentos jóvenes como CJ Abrams, James Wood y Luis García Jr.
Pero el presente es duro: los Nationals han perdido siete juegos consecutivos, la peor racha compartida de la temporada, y están 10 juegos por debajo del .500, con un récord de 30-40.
La ofensiva: una máquina de fallos
El verdadero punto débil de Washington es su ofensiva. En junio, las estadísticas son devastadoras:
- Últimos en Grandes Ligas en carreras (30).
- Últimos en bases por bolas (23).
- Últimos en porcentaje de embasado (.267).
- Últimos en slugging (.304).
- 29º en jonrones (6).
- 29º en promedio de bateo (.216).
En solo dos partidos del mes han logrado anotar más de tres carreras, una estadística inquietante para un equipo que aspira a al menos competir con seriedad. El ejemplo más claro de sus fallos llegó el sábado en la derrota 4-3 frente a los Miami Marlins, donde Rosario y Wood fallaron con bases llenas en el último inning. Oportunidades sí hay, pero la falta de ejecución es alarmante.
Los entrenadores no batean: la defensa de Dave Martinez
El debate en Washington ha vuelto a centrarse en el trabajo del cuerpo técnico. ¿Qué responsabilidad tienen los entrenadores de bateo en esta debacle ofensiva? El mánager Dave Martinez respondió con firmeza:
“No es culpa del cuerpo técnico. Nunca. Los entrenadores se parten el lomo todos los días.”
Martinez, quien ha dirigido a los Nationals desde 2018 y tiene un récord de 493-609 hasta la fecha, dejó en claro que la responsabilidad está del lado de los jugadores:
“Los jugadores tienen que salir a jugar. Nosotros no podemos batear por ellos, no podemos lanzar por ellos. Tienen que hacerlo ellos.”
Estas declaraciones no solo defienden al cuerpo técnico, sino que también exponen una cierta frustración con la plantilla. Porque, aunque se pueden entender los desafíos de un equipo en reconstrucción, no ejecutar en momentos clave, una y otra vez, habla de problemas más serios de enfoque y rendimiento individual.
¿Reconstrucción o estancamiento?
Desde la venta de Max Scherzer y Trea Turner en 2021, los Nationals se embarcaron en una reconstrucción que prometía un núcleo joven talentoso. Juan Soto también fue enviado a San Diego, y el plan se centró en obtener prospectos a cambio.
Pero cuatro años después, los resultados siguen siendo escasos. Abrams, uno de los elementos más prometedores de ese traspaso con los Padres, ha mostrado destellos de talento, pero su inconsistencia y decisiones defensivas cuestionables siguen empañando su impacto. James Wood, considerado un potencial bateador estelar, todavía parece adaptarse a la presión de las Grandes Ligas.
A eso se suma un cuerpo de lanzadores que también ha tenido sus altibajos. Mientras Josiah Gray lucha con el control, MacKenzie Gore ha sido sólido, pero no lo suficiente como para cambiar la dinámica de un equipo que simplemente no sabe cerrar los juegos.
El peso de las estadísticas
Los números no mienten. En lo que va de junio, los Nationals han estado entre los tres peores equipos de toda la MLB en casi todas las categorías ofensivas. Dentro del tramo de 2-10 que llevan este mes, se puede identificar al menos cinco juegos donde un sólo bateo oportuno hubiese cambiado la historia.
El OPS colectivo (suma del OBP y SLG), es de .571. Para dar una perspectiva, el promedio de la liga ronda el .710. Esa diferencia de casi 140 puntos implica una brecha abismal en productividad.
¿Quién da la cara?
En este panorama sombrío, lo que sí ha destacado es el liderazgo emocional de Dave Martinez. Este veterano del béisbol, quien jugó para seis equipos en su carrera como pelotero, ha demostrado lealtad hacia su grupo de trabajo como pocos:
“Jugué este juego mucho tiempo. Nunca culpé a un coach por mis errores. Ellos brindan la información, nosotros decidimos qué hacer con ella. Estos entrenadores trabajan como pocos lo hacen.”
En el mundo del deporte profesional, donde las culpas vuelan como bolas rápidas, la actitud de Martinez resulta refrescante. Podría echarle la culpa al hitting coach, despedir a algún asistente o remodelar su banco. Pero no lo hace. Y eso, aunque no resuelve lo que ocurre adentro del diamante, sí fortalece su figura como líder.
¿Qué sigue para los Nationals?
El calendario no da tregua. Julio y agosto traen enfrentamientos con equipos calientes como los Braves, Brewers y Mets. Si no hay una mejora sustancial en las próximas semanas, es muy probable que el equipo siga vendiendo talento veterano en la fecha límite de traspasos a cambio de más prospectos, perpetuando el statu quo de la reconstrucción.
Pero más allá de lo lógico en términos de manejo de roster, los Nationals necesitan recuperar identidad. Ser un equipo joven no significa no competir, como bien lo han demostrado los Arizona Diamondbacks o los Baltimore Orioles en temporadas recientes.
La gestión del clubhouse, la cultura de trabajo y la confianza entre jugadores y cuerpo técnico serán esenciales si quieren evitar otro año en el fondo de la tabla del Este de la Nacional.
Reflexión final
Esta mala racha no puede entenderse únicamente en términos de estadísticas frías. Es una tormenta de factores mentales, técnicos y estructurales que hacen que un equipo se desplome. Sin embargo, la férrea defensa de Dave Martinez a sus entrenadores marca una diferencia clara: aquí no se buscan cabezas, se busca reconstruir desde la unidad.
Quizás eso, a largo plazo, sea el verdadero cimiento del resurgimiento de los Nationals.