Alex Caruso: El Robin del Thunder que cambia el destino de las Finales de la NBA

De no ser elegido en el draft a héroe silencioso: la historia de lucha, humildad y legado del veterano que impulsa a Oklahoma City en las Finales

Una historia que no parecía escrita para superhéroes

Cuando Alex Caruso fue abordado por los medios tras el Juego 4 de las Finales de la NBA, le preguntaron si sabía que, para los fanáticos del Oklahoma City Thunder, se había convertido en algo cercano a un superhéroe. La respuesta fue tan modesta como reveladora:

“Para la referencia del superhéroe, simplemente vamos a usar Robin, porque es con quien más me puedo comparar. Tengo jugadores mejores a mi alrededor que hacen más cosas”, respondió Caruso.

Y es que el papel de Caruso va más allá de los números, las estadísticas o las etiquetas típicas de superestrellas. Es el veterano silencioso, luchador incansable y experto en momentos clave. No brilla como MVP, pero sin él, el engranaje de los Thunder simplemente no gira igual.

Un 'Robin' con alma de 'Batman'

Con 31 años, Alex Caruso es el jugador de más edad en la plantilla de Thunder. Su experiencia y presencia en los vestidores ha sido clave durante toda esta complicada pero emocionante temporada.

En estos playoffs, su impacto ha sido notorio. En la temporada regular no tuvo ningún partido de 20 puntos. Sin embargo, en las Finales ya lleva dos, siendo especialmente destacada su actuación en el Juego 4, donde anotó 20 puntos, registró cinco robos y se convirtió en el primer jugador en la historia de las Finales en alcanzar esas cifras saliendo desde el banquillo.

Una carrera forjada desde la adversidad

Caruso no fue elegido en el Draft. Fue un recluta de cuatro estrellas en su etapa colegial en Texas A&M, pero no atrajo la atención suficiente de los equipos NBA. Rick Carlisle, actual entrenador de los Indiana Pacers y en ese entonces con los Mavericks, lamenta cómo lo dejaron escapar tras haberlo tenido en un entrenamiento sin siquiera ofrecerle una oportunidad en la liga de verano.

“Algunos de estos jugadores que pasan desapercibidos tienen un nivel de garra y determinación que les permite llegar a la liga y mantenerse con impacto,” dijo Carlisle.

Un 'favorito' de LeBron y un mentor con anillo

Caruso fue pieza clave en el campeonato conseguido por Los Angeles Lakers en la burbuja de 2020. Allí compartió vestuario con LeBron James, quien aún lo considera “uno de mis compañeros favoritos de todos los tiempos.” Hoy, en Oklahoma City, el respeto hacia Caruso es igual de grande.

Cason Wallace, joven alero de los Thunder, expresó:

“Juega el juego, piensa el juego y también lo entrena al mismo tiempo. Siempre está varios pasos adelante.”

Y es que ese instinto, ese sentir el juego, esa lectura del momento ideal para actuar, es lo que ha hecho de Caruso la pieza inesperada e imprescindible de un equipo que aspira a su segundo anillo.

Shai Gilgeous-Alexander: el 'Batman' inesperado

En un equipo joven pero con hambre y talento, el MVP y campeón anotador de la temporada, Shai Gilgeous-Alexander, ha asumido la capa de líder silencioso. En el Juego 4, anotó 15 de sus 35 puntos en los últimos cinco minutos, liderando una remontada que cambió el rumbo de la serie y empató la final 2–2.

“No fue su mejor noche durante gran parte del partido. Pero logró activar ese interruptor y encontró su ritmo en los minutos decisivos,” explicó el entrenador Mark Daigneault.

El Thunder finalizó la temporada con un impresionante récord de 68 victorias, liderando la Conferencia Oeste por 16 juegos por encima de su más cercano perseguidor. Sin embargo, también enfrentaron adversidades: lesiones a Hartenstein y Holmgren, rotaciones inestables y la presión constante de ser un equipo joven con expectativas altísimas.

La cultura del esfuerzo de Daigneault

El entrenador Mark Daigneault ha fomentado una mentalidad de aprendizaje constante. Durante la temporada, regaló al pívot Isaiah Hartenstein el libro “El obstáculo es el camino” de Ryan Holiday, que resalta cómo la adversidad puede ser vehículo del crecimiento. Y es justo esa mentalidad la que este equipo ha adoptado.

“Leí el libro y entendí que todo pasa por una razón. Y desde ese momento, todo funcionó de maravilla,” dijo Hartenstein.

Mística y química: mucho más que estadísticas

Hay una sinergia emocional en este equipo. Una unidad potente y visible, no solo en la cancha. Desde jóvenes como Jalen Williams hasta veteranos como Caruso, todos entienden el plan y lo ejecutan con propósito. La afición de OKC lo reconoce, como quedó demostrado cuando cientos de fanáticos fueron a recibir a los Thunder al aeropuerto, de madrugada, tras el Juego 4.

Jalen Williams lo explicó así:

“Hemos tenido muchos altibajos en los playoffs. Pero aprendemos de cada experiencia. Mark insiste mucho en eso: cada juego tiene que enseñarte algo.”

Una ciudad, dos equipos, una sola pasión por el baloncesto

En las gradas del Juego 4 estaban Caitlin Clark y Aliyah Boston, jugadoras estrella del Indiana Fever, el equipo de la WNBA. Aunque fue derrota para los Pacers, ambas representan una ciudad cuya identidad gira en torno al baloncesto. Clark, por su parte, lo dice con orgullo:

“Si eres niño y te gusta el baloncesto, enciendes la tele para ver a los Pacers. Juegan desinteresadamente, corren, lo hacen bien. Es muy divertido verlos.”

Esto habla del ADN de baloncesto de Indianápolis, una ciudad que vibra al ritmo del balón naranja. Y aunque el siguiente juego del Fever coincidirá con el Juego 6 de las Finales, Clark asegura que estarán “conectadas” y enviando toda la energía desde la cancha rival.

Todo depende de dos victorias más

Con la serie empatada 2–2, el título está al alcance de la mano. Para Alex Caruso, no se trata de ser el centro de atención, sino de asumir con gallardía y estrategia el rol que le corresponde. Su éxito no se mide en titularidades, sino en momentos. En robos. En defensa. En liderazgo silente. En tener hambre siempre, como si aún tuviera algo que demostrar.

“Todo se reduce a realmente querer ganar, a ser súper competitivo. Por eso mi carrera es como es, por eso todavía estoy en la NBA, por eso estoy aquí hablando contigo ahora,” sentenció Caruso.

Y es por eso que, aún sin máscara ni capa, Alex Caruso ya se ha ganado su lugar entre los héroes de estas Finales.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press