El vuelo 312 de JetBlue y la delgada línea de la seguridad aérea en EE.UU.

Un incidente sin heridos en Boston reaviva las dudas sobre la infraestructura y seguridad en la aviación estadounidense

Un nuevo incidente aéreo ha elevado las alarmas —una vez más— sobre el estado actual de la seguridad en la aviación estadounidense. Esta vez, fue el vuelo 312 de JetBlue, que tras aterrizar en el Aeropuerto Internacional Logan de Boston, se salió de pista y terminó con su tren de aterrizaje enterrado en el césped.

A pesar de que no se reportaron heridos entre los pasajeros, el incidente ocurre en un contexto particularmente preocupante: la Administración Federal de Aviación (FAA) ha reconocido recientemente deficiencias en sus protocolos, y la confianza del público está tambaleando. Casi como si cada semana supiéramos de un nuevo desperfecto, maniobra de riesgo o fallo estructural.

¿Qué ocurrió exactamente con el vuelo 312 de JetBlue?

El 12 de junio de 2025, un Airbus A220 proveniente de Chicago aterrizó en una de las pistas del Aeropuerto de Boston. Según el comunicado oficial de JetBlue, la aeronave "se desvió de la pista y entró en el césped tras aterrizar".

Los pasajeros fueron evacuados mediante escaleras proporcionadas por unidades de emergencia, y fueron transportados en autobuses hasta el edificio terminal. Ninguno de los pasajeros o tripulantes sufrió lesiones, pero las imágenes difundidas mostraban un considerable despliegue de unidades de emergencia alrededor del aparato.

Desde JetBlue aseguraron la realización de una investigación completa junto a la FAA para determinar las causas del suceso.

FAA bajo la lupa: ¿es suficiente la supervisión existente?

Este evento no es aislado. En los últimos meses, la FAA ha enfrentado críticas por su relajamiento en ciertos procedimientos de seguridad y retrasos en la modernización de infraestructura.

Según una encuesta realizada por AP-NORC Center for Public Affairs Research, sólo un 48% de los estadounidenses dijo sentirse seguro al volar en 2025. Esta cifra es significativamente más baja que años anteriores, cuando la percepción de seguridad superaba el 65%. El promedio anual de incidentes aéreos menores también ha mostrado un ligero aumento desde 2020, aunque aún se mantiene dentro de estándares internacionales.

Comparaciones internacionales: ¿EE.UU. se está quedando atrás?

Mientras países europeos invierten masivamente en reducir el factor humano a través de la automatización, la FAA aún depende de procesos manuales en torres de control con décadas de antigüedad. Solo en 2023, el presupuesto de modernización se redujo un 4,6%, según un informe del Government Accountability Office.

En contraste, naciones como Francia y Alemania han incrementado sus presupuestos en gestión aeroportuaria por encima del 10%, específicamente orientados a reforzar medidas de seguridad proactivas.

Fallas recientes que reavivan la controversia

  • Enero de 2023: Un avión de Delta Airlines se cruzó peligrosamente con otro vuelo de American Airlines en el aeropuerto JFK de Nueva York. Un error humano evitó la colisión.
  • Febrero de 2024: Un Boeing 737 de Southwest Airlines sufrió la ruptura de parte de la estructura del ala al aterrizar en Denver. No hubo heridos, pero el avión fue declarado pérdida total.
  • Abril de 2025: Una aeronave de Alaska Airlines aterrizó de emergencia tras detectar humo en cabina en pleno vuelo entre Seattle y Las Vegas.

El caso JetBlue: ¿incidente menor o síntoma sistémico?

Para muchos analistas del sector aeronáutico, lo ocurrido con el vuelo 312 no debe tomarse como un evento aislado ni propiamente inofensivo por el simple hecho de que no hubo víctimas.

“Cada desviación de pista es un fracaso en la cadena de prevención y responde a múltiples factores acumulativos”, señala el ingeniero aeronáutico Rubén Escalante, quien trabajó 20 años en mantenimiento para Airbus. “Podría ser una fatiga de materiales, falta de visibilidad, error del piloto o incluso del sistema de frenado. Todas opciones gravísimas”.

Además, el hecho de que el incidente se produjera en un aeropuerto tan importante como Logan, con más de 42 millones de pasajeros anuales, agrava la situación: “estos aeropuertos deberían tener márgenes de seguridad aún más rigurosos”, añade Escalante.

¿Qué dice la historia reciente de JetBlue?

JetBlue había mantenido en los últimos años un registro relativamente limpio en cuanto a incidentes importantes. Sin embargo, en 2022, un vuelo entre Las Vegas y Nueva York fue obligado a aterrizar de emergencia luego de que un pasajero intentara abordar la cabina del piloto.

En 2024, otro vuelo de JetBlue tuvo problemas hidráulicos que obligaron a un aterrizaje no programado en Dallas. Aunque no hubo heridos, el mantenimiento preventivo de la aerolínea quedó bajo observación temporal por parte de la FAA.

Este nuevo incidente podría tener implicaciones reputacionales y regulatorias para la línea aérea, justo cuando planea expandir rutas hacia América Latina e implementar un nuevo modelo de asientos.

Más allá del susto: consecuencias administrativas y operativas

Por lo pronto, la pista afectada en Logan fue cerrada temporalmente, provocando demoras y redireccionamientos. La FAA activó un ground stop que mantuvo paralizadas múltiples operaciones y ocupó recursos de emergencia durante horas.

Este tipo de medidas, además de costosas para las aerolíneas, incrementan los costos logísticos para el aeropuerto y pueden provocar importantes pérdidas económicas. En términos de percepción, impacta directamente la confianza del consumidor.

¿Qué cambios se necesitan?

Muchos expertos coinciden: la FAA debe acelerar la modernización de sus sistemas, revisar rutinas de mantenimiento y redoblar esfuerzos en simulacros y controles técnicos en tierra. A su vez, las aerolíneas deben evitar la tentación de recortar costos operativos en áreas delicadas como mantenimiento y formación de tripulación.

“No basta tener buenos antecedentes. Cada aterrizaje es una oportunidad para que todo salga mal. Lo que hace segura a una aeronave es la obsesión por prevenir”, sentenció Mary Lynn Thompson, exgerente de seguridad aérea para Delta Airlines.

Mientras tanto, millones de pasajeros seguirán esperando en las terminales, confiando, rezando, o simplemente ignorando la pregunta que flota en el aire: ¿estamos realmente seguros al volar?

Este artículo fue redactado con información de Associated Press