El drama silencioso de Haití: violencia, desplazamientos y la urgencia de ayuda internacional
Más de 1,3 millones de haitianos han sido forzados a huir por la imparable violencia de las pandillas: ¿hay salida posible?
Mientras la atención mediática global se concentra en guerras, elecciones y estrenos cinematográficos, Haití enfrenta una de las más graves crisis humanitarias en el hemisferio occidental. Y lo hace prácticamente en silencio.
Una realidad insostenible: cifras estremecedoras
En junio de 2025, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) publicó un informe demoledor: 1,3 millones de personas desplazadas internamente en Haití debido a la violencia de las pandillas, lo que representa un inquietante 11% de la población total del país, estimada en 11,4 millones.
Desde diciembre de 2024, la cifra aumentó un impactante 24%. Más de 230.000 personas fueron desplazadas solo en las dos regiones más grandes al norte de Puerto Príncipe, la capital. La violencia ha dejado de ser solo un fenómeno urbano para tomar poblados del interior como Mirebalais y Petite Rivière.
Puerto Príncipe: epicentro de la desesperación
Puerto Príncipe sigue siendo el núcleo del conflicto. Los datos revelan un panorama sombrío: 85% de la ciudad está bajo control directo de bandas armadas, que en muchos casos han reemplazado al Estado como autoridad territorial.
Los habitantes de áreas como Martissant, Delmas y Carrefour viven bajo el yugo de estos grupos, quienes imponen toques de queda, extorsionan a comerciantes y secuestran a diario a ciudadanos comunes.
“La fuerza del pueblo haitiano es conmovedora, pero no se puede pedir a una nación que resista eternamente con resiliencia como único refugio”, declaró Amy Pope, directora general de la OIM.
Albergues improvisados y condiciones inhumanas
Ante la creciente ola de desplazamientos, los refugios improvisados se han multiplicado: en 2024 existían 142, y ahora son 246. Más del 70% de incremento en apenas unos meses. Muchos de estos espacios son estructuras abandonadas del gobierno o simples tiendas de campaña en suelos de tierra y sin acceso a servicios básicos.
- En los refugios de Puerto Príncipe, miles viven hacinados sin agua potable
- La mayoría no cuenta con acceso a atención médica ni educación
- La violencia sexual se ha disparado en estos espacios, especialmente contra mujeres y niñas
Alrededor del 80% de los desplazados viven con familiares o amigos, una cifra que evidencia tanto la solidaridad interna como los límites de esta red informal que ya se encuentra al borde del colapso.
El reclutamiento infantil: una nueva fase del horror
Las bandas criminales, en un giro aún más alarmante, están reclutando cada vez más a menores de edad. En medio del colapso del sistema educativo y la falta de recursos familiares, muchos niños se ven obligados a unirse a estos grupos como única forma de supervivencia.
“Estamos perdiendo a una generación entera no solo a la pobreza, sino también al crimen organizado”, advirtió Bob Rae, presidente del Consejo Económico y Social de la ONU.
Ayuda internacional: promesas que no llegan
Desde abril, las Naciones Unidas y el Banco Interamericano de Desarrollo han mantenido reuniones con el gobierno haitiano y actores de la sociedad civil. La conclusión es clara: la misión internacional de apoyo liderada por Kenia es insuficiente.
De los 2.500 agentes prometidos, apenas hay desplegados unos 1.000 efectivos. Las limitaciones presupuestarias, logísticas y la falta de consenso político han dejado la operación a medio camino. La comunidad internacional, lamentablemente, se bate entre discursos y acciones mínimas.
“Sin desarrollo, no hay seguridad. Y sin seguridad, no hay desarrollo”, sentenció Bob Rae.
Un Estado ausente o cómplice
La fragilidad estructural del Estado haitiano no es un fenómeno nuevo. Ya desde antes del terremoto de 2010 se evidenciaban fallas institucionales graves. Sin embargo, en 2025 estas deficiencias han alcanzado una dimensión crítica.
El país carece de:
- Fuerzas armadas plenamente operativas
- Una policía nacional con presencia geográfica adecuada
- Un sistema judicial funcional
El poder de las bandas es tal que incluso el Consejo Presidencial de Transición, compuesto por siete votantes, enfrenta serias amenazas a su operatividad. Leslie Voltaire, uno de sus miembros, expresó con firmeza:
“Haití no puede dialogar con terroristas. No se construye la paz con quienes imponen el terror sobre la población”.
¿Dónde está América Latina?
La falta de articulación de los vecinos de Haití es, cuando menos, vergonzosa. La Organización de Estados Americanos (OEA) apenas ha esbozado compromisos. A pesar de que el nuevo secretario general ha mostrado intenciones, el accionar concreto es prácticamente nulo.
Ayuda humanitaria, colaboración en seguridad y canales diplomáticos podrían mitigar la crisis, sin embargo, hay más declaraciones que soluciones.
Más allá del morbo y la indignación efímera
No es solo la responsabilidad de las organizaciones internacionales, sino también del periodismo y la ciudadanía. Haití necesita más que titulares de ocasión tras un terremoto, una epidemia o una ráfaga de violencia.
El drama que enfrenta hoy es sistémico, profundo y largamente ignorado. Se trata de comunidades enteras viviendo en condiciones por debajo del umbral de humanidad. ¿Hasta cuándo se seguirá contemplando a Haití como una condena geopolítica inevitable y no como una prioridad moral de la región?
Un llamado más allá del humanitarismo
Haití necesita ser imaginado como un país viable. No bastan los parches ni misiones temporales. Se requieren reformas estructurales, cooperación política de larga duración y sobre todo, volver a creer que es posible construir un Estado funcional allí.
Mientras miles duermen en tiendas de campaña bajo miedo constante, el mundo mira hacia otro lado. Pero cada día que se ignora esta tragedia, refrendamos una profunda injusticia: la de tratar a millones de seres humanos como si fueran prescindibles.
Es momento de actuar, porque como dijo Amy Pope: “La resiliencia no puede seguir siendo el único refugio del pueblo haitiano”.
Para conocer más sobre el contexto y la situación en Haití, visita el centro de cobertura de América Latina en AP.