Gaza bajo fuego por hambre: cuando buscar comida se vuelve una sentencia de muerte

El caos y la desesperación aumentan en Gaza mientras cientos de palestinos arriesgan sus vidas para conseguir alimentos en medio del bloqueo y bombardeos israelíes

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En medio de casi dos décadas de sufrimiento y conflicto, la situación humanitaria en Gaza ha alcanzado un nuevo nadir. Lo que antes eran colas frente a panaderías y clínicas, hoy son estampidas desesperadas hacia los pocos puntos de distribución de comida, custodiados por tanques y drones. Buscar alimento se ha convertido en un acto de vida o muerte.

Una tragedia recurrente: disparos en los puntos de ayuda

La madrugada del martes fue marcada otra vez por la tragedia. Según funcionarios de salud palestinos, tres personas murieron y más de 130 resultaron heridas cuando las fuerzas israelíes abrieron fuego cerca de un punto de distribución de alimentos en Gaza, manejado por la Gaza Humanitarian Foundation, una organización respaldada por Israel y Estados Unidos.

Los testigos describen escenas de horror. “Los disparos comenzaron a eso de las 2 de la mañana,” contó Abed Haniyah, residente del campo de refugiados de Bureij. “Miles estábamos ahí, sólo tratando de conseguir algo de comida para nuestros hijos.”

Israel afirma que era para “disuadir sospechosos”

El ejército israelí ha declarado que disparó “tiros de advertencia” contra personas a las que consideraban sospechosas por acercarse demasiado a sus tropas, antes de que el centro de distribución abriera oficialmente.

No obstante, organizaciones de derechos humanos y testigos en el lugar coinciden en que los disparos fueron indiscriminados y sin justificación clara. Muchas víctimas eran mujeres y niños, heridos en la oscuridad, con tiros cuando apenas intentaban formarse bajo la tenue esperanza de recibir un paquete de alimentos.

Un sistema de distribución bajo el control de los militares

La ayuda humanitaria en Gaza se ha visto interrumpida una y otra vez durante la guerra. En un intento de establecer un nuevo sistema de distribución —según Israel y EE.UU., diseñado para evitar que Hamas se apropie de la ayuda— se han creado tres centros en zonas controladas militarmente.

Pero la crítica es unánime entre las principales agencias humanitarias y Naciones Unidas:

  • Los sitios están localizados en zonas a las que la población sólo puede acceder a través de rutas controladas militarmente.
  • Obligan a los palestinos a desplazamientos riesgosos en una situación ya límite, lo que viola el principio de imparcialidad humanitaria.
  • La ONU ha afirmado que no hay evidencia de que Hamas se haya apropiado de la ayuda internacional de forma sistemática.

130 personas han muerto en situaciones similares

Desde el establecimiento de este nuevo sistema, alrededor de 130 palestinos han muerto en tiroteos cerca de los sitios de distribución de ayuda. Las autoridades israelíes han reconocido previamente que se han utilizado disparos de advertencia cuando han visto movimientos “sospechosos”.

Pero para quienes están en el terreno, el mensaje es claro: “Buscar comida es visto como un acto hostil,” dijo Mohammed Abu Hussein, quien también presenció el ataque del martes.

Gaza: una crisis de hambre sin precedentes

Expertos en ayuda humanitaria han advertido que Gaza se encuentra al borde de una hambruna catastrófica. Desde el inicio de la ofensiva israelí en octubre de 2023, la situación alimentaria ha ido en picada.

Las cifras son estremecedoras:

  • Más del 90% de la población gazatí ha sido desplazada.
  • Al menos 55,000 personas han muerto en el conflicto, una gran parte civiles, mujeres y niños (según el Ministerio de Salud de Gaza).
  • Más del 70% de las infraestructuras sanitarias y de suministro de agua han sido destruidas o están inoperativas.
  • El Programa Mundial de Alimentos ya ha declarado que hay zonas de Gaza donde la inseguridad alimentaria alcanza niveles de “hambruna”.

Un sistema vulnerable en manos de la tragedia

La situación se complica aún más por el hecho de que la comunidad internacional parece dividida y sin capacidad de reacción efectiva. El Consejo de Seguridad de la ONU ha tratado de aprobar resoluciones humanitarias pero se encuentra bloqueado por el poder de veto, especialmente de Estados Unidos.

Mientras tanto, el pueblo palestino agoniza en la espera. Y las organizaciones de ayuda están atrapadas entre la necesidad de asistencia humanitaria y las condiciones impuestas por actores militares.

La instrumentalización del hambre

Muchos analistas coinciden en que Israel está usando la comida como herramienta de presión. Crear zonas “seguras” bajo su vigilancia total no solo permite controlar el acceso al alimento, sino también dispersar a la población en áreas estratégicas.

El Primer Ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha sugerido la creación de una “zona estéril” en Rafah, sin presencia de Hamas, y ha mencionado la opción de promover la “emigración voluntaria” de los gazatíes hacia otros países.

Para muchos, esto no es más que un eufemismo de limpieza étnica. Tanto la Unión Europea como gran parte de la comunidad internacional han rechazado categóricamente estas intenciones.

El precio inhumano de sobrevivir

La historia de Gaza, donde un pedazo de pan puede costar la vida, es un recordatorio desgarrador del colapso de los principios básicos del derecho internacional humanitario. El escenario de niños siendo baleados a las puertas de un centro de ayuda controlado por fuerzas militares es una tragedia que clama al cielo.

“Lo que pasa en Gaza no es una consecuencia inevitable de la guerra,” dijo Jan Egeland, secretario general del Consejo Noruego para los Refugiados. “Es una política consciente. Es el uso del hambre como arma.”

Mientras Netanyahu y líderes globales juegan con mapas y geopolítica, los civiles en Gaza se preguntan cada día si vivirán lo suficiente para ver la salida del sol o si morirán antes de recibir un trozo de pan.

La humanidad fallando en tiempo real

En resumen, lo que estamos viendo no es solo un conflicto armado, sino el colapso ético de la humanidad. Cada tiroteo en un punto de ayuda, cada niño que muere de hambre, cada madre en duelo, son evidencia de un sistema internacional inoperante.

Y mientras la cámara de seguridad mundial sigue grabando impasible, los cuerpos siguen cayendo.

Buscar comida no debería ser un crimen. Pero en Gaza, hoy, lo es.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press