Billy Boston, el rey del rugby league: Una leyenda negra que rompió esquemas en Inglaterra
El primer jugador de rugby league en ser nombrado caballero por la corona británica: un homenaje tardío pero histórico para el pionero que cambió el rumbo del deporte
Una investidura histórica en el Palacio de Buckingham
El martes 10 de junio de 2025 marcó un antes y un después en la historia del rugby league británico. El legendario Billy Boston, icono del deporte y pionero en la representación negra en la élite deportiva del Reino Unido, fue condecorado con el título de 'Sir' en el Palacio de Buckingham. Con 90 años, Boston se convirtió en el primer jugador de rugby league en recibir un título de caballero, un honor reservado a las figuras más influyentes en la vida pública británica.
La ceremonia se celebró en una investidura especial adelantada por motivos de salud del homenajeado, mostrando así el reconocimiento urgente y emotivo que la nación quiso otorgarle. La decisión se adelantó al anuncio oficial de cumpleaños del Rey Carlos, en un acto que ya resuena en los libros de historia del deporte.
¿Quién es Billy Boston?
Nacido en Cardiff, Gales, en 1934, de padre originario de Sierra Leona, Billy Boston rápidamente destacó en el rugby, aunque su historia trascendió lo deportivo. Se convirtió en un símbolo de resistencia, talento y apertura racial durante una época en la que la visibilidad de personas negras en el ámbito profesional era mínima. Boston encontró en el rugby league no solo un refugio para su habilidad, sino una plataforma para desafiar las normas establecidas.
Leyenda en cifras
- Jugó 488 partidos con el club Wigan entre 1953 y 1968.
- Anotó 571 tries a lo largo de su carrera profesional, un récord británico hasta la fecha.
- Fue el primer jugador negro en formar parte de un tour de los British Lions en 1954, anotando 36 tries en solo 18 partidos en Australia y Nueva Zelanda.
- Disputó 31 test matches internacionales representando a Gran Bretaña.
Estas cifras no solo consolidan su legado como uno de los mejores en la historia del rugby league, sino que lo enmarcan como figura clave en la transformación cultural del deporte británico.
El rugido de una comunidad y el silencio institucional
Durante décadas, el rugby league —principalmente practicado en el norte de Inglaterra— ha sido considerado un deporte de segunda clase en términos de reconocimiento estatal, sobrepasado con frecuencia por el rugby union. Hasta la investidura de Boston, más de 20 jugadores o figuras del rugby union ya habían sido nombrados caballeros. Esta disparidad provocó que concejales, parlamentarios y destacados líderes del rugby league lanzaran una campaña sostenida para que Boston recibiera un reconocimiento oficial.
El primer ministro británico, Keir Starmer, no solo celebró el nombramiento, sino que reconoció públicamente la injusticia histórica: “Es una falta histórica que un deporte que es la columna vertebral de tantas comunidades haya tenido que esperar tanto para recibir este honor”.
Starmer lo describió como un “verdadero pionero que contribuyó enormemente al rugby league. Una leyenda del juego que superó prejuicios para representar a Gran Bretaña y abrió la puerta hacia un deporte más diverso”.
Mike Danson, propietario del Wigan, también expresó su alegría: “Es un honor ricamente merecido. Este ajuste rectifica una omisión evidente en el reconocimiento del legado de este humilde hombre”.
Billy Boston vs. el sistema: Racismo, exclusión y redención
La carrera de Billy Boston no estuvo exenta de obstáculos. En los años 50, los clubes de rugby union se negaban a aceptar jugadores negros, particularmente en Gales. Fue esta discriminación la que lo llevó a aceptar una oferta de liga profesional en el norte de Inglaterra, convirtiéndose en un ídolo de masas en Wigan. Su fichaje provocó una migración de talento hacia el rugby league, elevando su competitividad y popularidad.
Boston se negó a permitir que el color de su piel limitara su impacto. Cada try, cada partido y cada ovación en los estadios fue una bofetada simbólica al sistema excluyente y elitista que dominaba el rugby británico.
El debate Rugby League vs. Rugby Union: ¿desigualdad de clases en el deporte?
La historia de Billy Boston también pone sobre la mesa las divisiones clasistas en el rugby británico. Mientras que el rugby union ha mantenido una imagen más asociada a la clase alta, las raíces del rugby league son obreras, ligadas estrechamente a comunidades trabajadoras en el norte del país. Boston, con su trasfondo humilde, encarnó la esencia del rugby league, pero también sufrió el desprecio institucional que este conlleva.
¿Por qué tantos jugadores de rugby league han sido ignorados por el sistema de honores? Esta pregunta ha resonado cada vez con más fuerza en los últimos años, con Boston como símbolo de una deuda pendiente. Su nombramiento como caballero no solo honra su contribución, sino que también exige un nuevo estándar de justicia y equidad en el deporte británico.
El legado inmortal de un pionero
Ahora viviendo con demencia, Billy Boston no puede disfrutar plenamente de la celebración hecha en su honor. Pero su historia, su figura y su leyenda están más vivas que nunca. Las nuevas generaciones lo estudian, lo imitan, lo recuerdan. Su estatua fuera del DW Stadium en Wigan es testimonio físico de una vida entregada al deporte, pero también a la igualdad y la representación.
Durante años, Boston ha sido embajador silencioso del cambio, residente en la memoria colectiva de quienes vieron en él mucho más que a un simple jugador. Su historia merece ser contada no solo en los pubs deportivos de Leeds o en los libros de historia del rugby, sino en las aulas, en los foros culturales y en los escenarios donde se discute la justicia racial y social en el Reino Unido y el mundo.
Lo que significa 'Sir Billy Boston'
“Sir” Billy Boston no sólo corona su vida; corrige una injusticia sistémica. Representa el poder del deporte como herramienta de cambio social. Que su nombramiento inspire a miles de jóvenes, especialmente aquellos provenientes de minorías racializadas, a creer que el talento, la resiliencia y el carácter moral pueden vencer cualquier prejuicio institucional.
Hoy, Billy Boston no solo entra en la aristocracia británica, sino que lo hace en nombre de todas las voces que el deporte ignoró durante décadas. Su historia no se detiene aquí. Porque los mejores tries no solo se marcan en los campos, sino en el corazón de una nación que aprende —a veces tarde— a rendir homenaje a sus verdaderos héroes.