Trump, criptomonedas y la ley del Senado: ¿Un nuevo orden económico o un conflicto de intereses monumental?

Análisis del avance legislativo en criptomonedas y recortes sociales bajo la administración Trump, y cómo esto reconfigura la política republicana y demócrata.

El cruce entre economía, criptomonedas y política social

Estados Unidos vive un momento político clave donde convergen dos ejes de gran peso: por un lado, la expansión legislativa de las criptomonedas; por el otro, propuestas que combinan recorte de impuestos, reducción del gasto público y modificación de programas sociales estructurales como Medicaid y SNAP. Este panorama, promovido por el presidente Donald Trump y apoyado mayoritariamente por senadores republicanos, está generando fracturas tanto dentro del Partido Republicano como entre los demócratas.

Senado: entre la presión fiscal y las necesidades sociales

El Senado enfrenta el reto de aprobar un paquete legislativo ambicioso que busca reducir impuestos y programas sociales. El objetivo: tenerlo firmado por Trump antes del 4 de julio. Pero lograr semejante hazaña en tiempo récord supone convencer a legisladores con posturas diametralmente opuestas dentro del mismo partido.

Un punto especialmente sensible es la modificación del financiamiento de Medicaid. Senadores de estados rurales como Josh Hawley (Misuri) o Tommy Tuberville (Alabama) advierten que congelar los impuestos a proveedores de salud —utilizados por los estados para obtener más fondos federales— podría colapsar hospitales rurales. “Los hospitales cerrarán”, alertó Hawley. Tuberville agregó: “Ese dinero es esencial para nuestro sistema”.

La guerra del SNAP: ¿quién paga la comida?

Otro frente polémico es el programa federal de asistencia alimentaria SNAP. El nuevo proyecto establece que los estados asuman el 5% de los gastos administrativos, ampliando esa cuota si existen errores en la distribución de beneficios. Senadores como John Hoeven (Dakota del Norte), exgobernador, han exigido ajustes. “No se ha evaluado seriamente el impacto entre los estados”, indicó.

Senadores con experiencia como gobernadores —incluido Jim Justice (Virginia Occidental) y nuevamente Tuberville, actual candidato a la gobernación de Alabama— muestran resistencia a este principio de devolución de costos. Justice expresó: “Vamos camino a auto-cannibalizarnos”.

Moderados y el dilema del equilibrio social

Los republicanos moderados, como Susan Collins (Maine) o Lisa Murkowski (Alaska), tienen reservas debido a los recortes en cobertura médica y subsidios del ACA. Murkowski, por ejemplo, alertó que “las personas podrían verse negativamente afectadas”. Muchos de estos moderados también exigen extender créditos fiscales para energías limpias, que el proyecto pretende eliminar abruptamente.

Una derecha dividida y el equilibrio fiscal

El ala más conservadora, con figuras como Rand Paul (Kentucky), Ron Johnson (Wisconsin) y Rick Scott (Florida), considera que el proyecto no ahorra lo suficiente y, por el contrario, incrementa el techo de la deuda en $4 billones.

Estamos lejos de reducir el déficit, pero reconozco avances”, dijo Johnson después de reunirse con Trump. Aun así, Paul amenazó con bloquear la propuesta si no se reduce el nivel de endeudamiento.

Trump como campeón criptográfico: ¿república descentralizada?

Simultáneamente, el Senado discute la GENIUS Act, que busca establecer una regulación para stablecoins, criptomonedas ancladas a monedas fiduciarias como el dólar. Este proyecto consiguió un sorprendente apoyo cruzado: 16 demócratas votaron con republicanos para avanzar en la materia.

Pero ahí nace un conflicto ético: el presidente Trump y su familia no estarían restringidos legalmente para beneficiarse de negocios vinculados a estas criptomonedas. Legisladores como Chris Murphy (Connecticut) y Mark Kelly (Arizona) lo consideran una laguna gigantesca en la ley.

Si el proyecto se aprueba, será ilegal para mí lanzar una criptomoneda, pero legal para el presidente de EE. UU.”, señaló Murphy. “Vamos de un camino de tierra a uno asfaltado”, añadió.

Cripto PACs: el nuevo poder de Washington

La expansión del poder cripto no es casual ni orgánica. El super PAC Fairshake, relacionado con Coinbase, invirtió más de $130 millones en elecciones de 2024 para apoyar candidatos pro-cripto, tanto republicanos como demócratas.

Esta organización impulsó la victoria de candidatos como Bernie Moreno (Ohio) y Elissa Slotkin (Michigan), eliminando del panorama a críticos como Sherrod Brown. “Ser anti-cripto es una vía rápida para perder tu escaño”, advirtió Brian Armstrong, CEO de Coinbase.

Fairshake asegura tener ya $116 millones listos para las elecciones legislativas de 2026.

“Cripto presidente”, regulación ambigua

Desde su viraje hacia el apoyo cripto, Trump ha abrazado el sector con entusiasmo: ha organizado cenas privadas con inversores, está involucrado en operaciones de minado, posee millones en bitcoins y ha lanzado incluso su propio meme coin.

Esta cercanía ha llevado a los demócratas a exigir una enmienda que impida que el presidente y su familia obtengan ganancias de stablecoins. Aunque esa propuesta, impulsada por Chuck Schumer y Jeff Merkley, tiene pocas probabilidades de ser aprobada, sigue generando un debate incómodo incluso entre quienes apoyan el proyecto general.

Sabemos que el presidente no está incluido, y eso es problemático”, dijo Schumer. “Hay división en nuestro partido al respecto”.

Un proyecto que transforma la economía estadounidense

Desde el punto de vista técnico, la GENIUS Act no es solamente sobre stablecoins. Es el preambulo a una regulación más amplia de todas las criptomonedas, incluyendo marcos de referencia para exchanges, wallets, minería y, posiblemente, impuestos —una necesidad urgente en un mercado de más de $2.5 billones en capitalización.

La popularidad de las criptomonedas entre los votantes jóvenes y hombres está haciendo que ambos partidos tomen nota. Según Pew Research (2024), uno de cada cinco adultos menores de 30 años ha invertido en criptomonedas, con un fuerte sesgo hacia varones.

Desde el punto de vista político, esto podría redefinir los ejes económicos: lo que antes era solo parte del Silicon Valley libertario está siendo adoptado por líderes conservadores e incluso por demócratas moderados, lo que abre un nuevo terreno de batalla legislativa.

Las preguntas que quedan

¿Puede EE. UU. regular un sector económicamente dinámico sin imponer restricciones que ahuyenten la innovación? ¿Puede el Senado asegurar que su presidente electo no saque beneficio privado de sus propias políticas? Y lo más esencial: ¿se está gestando una nueva forma de política híbrida entre capitalismo descentralizado, nacionalismo económico y populismo fiscal?

Lo cierto es que, en la era Trump, se está escribiendo un nuevo capítulo sobre el rol del Estado en la economía digital. Si la ley pasa, no será solo una victoria técnica del sector cripto, sino la señal inequívoca de que el poder financiero y político ya no habita solo en Wall Street, sino también en la blockchain.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press