Nuevo Enfoque del FBI Bajo la Administración Trump: ¿Seguridad Nacional o Populismo Político?
La estrategia del FBI da un giro hacia el crimen violento e inmigración ilegal, dejando atrás otras amenazas emergentes como el espionaje chino y el terrorismo interior
Un FBI en transformación: nueva era, nuevas prioridades
El Buró Federal de Investigaciones (FBI) ha iniciado una transformación profunda, reordenando sus prioridades estratégicas para dar una respuesta más directa al crimen violento, la inmigración ilegal y las pandillas transnacionales. Esta maniobra, impulsada por el director Kash Patel bajo la administración de Donald Trump, está marcando un cambio de paradigma para una de las agencias más poderosas del gobierno federal.
Según el nuevo listado de prioridades oficiales del FBI, el primer objetivo ahora es claro: "Aplastar el crimen violento". Esta frase ocupa el lugar destacado en el sitio web de la agencia, colocándose incluso por encima de temas más tradicionales como la lucha contra el terrorismo internacional y el espionaje.
¿Cambio legítimo o desviación peligrosa?
La estrategia, aunque defendida por sus ejecutores como una respuesta necesaria a problemas urgentes, no ha estado exenta de críticas. Exfuncionarios del FBI y analistas de seguridad nacional han alzado la voz contra esta nueva visión, advirtiendo que el enfoque en inmigración y pandillas podría significar una desviación riesgosa de otras amenazas más complejas como el ciberespionaje, la influencia extranjera o el terrorismo doméstico.
Chris Piehota, ex alto funcionario del FBI, fue directo: “Si estás mirando cinco pies frente a ti buscando pandilleros, puedes perder de vista problemas estratégicos emergentes que ya están aquí”.
Trump y su impacto en la misión del FBI
Desde la llegada de Donald Trump a la presidencia, hubo una clara intención de redireccionar organismos federales hacia objetivos medulares de su visión política. En el caso del FBI, esto significó equiparar amenazas como la inmigración ilegal y las bandas criminales con el terrorismo internacional. Trump, famoso por su retórica contra la inmigración irregular, ha influido en una reestructuración donde la agencia se convierte en una herramienta política más del aparato ejecutivo.
Bajo esta influencia, el FBI incluso ha asumido tareas que antes estaban bajo la competencia exclusiva de otras agencias como el Departamento de Seguridad Nacional. Según declaraciones oficiales, desde el inicio del mandato de Trump la agencia ha realizado más de 10.000 arrestos relacionados con inmigración.
La guerra contra las pandillas: MS-13 y Tren de Aragua en la mira
Uno de los pilares de esta nueva estrategia ha sido declarar a pandillas como MS-13 y Tren de Aragua como organizaciones terroristas extranjeras. Esta categorización ha permitido a las autoridades federales utilizar herramientas antiterroristas en contra de estos grupos, incluyendo cargos por conspiración, lavado de dinero y tráfico de armas.
En marzo de 2025, el director Patel acompañó el anuncio de la detención de un líder de la MS-13 como una victoria crucial en una “guerra para devolver la seguridad a nuestras comunidades”. Semanas después, se encontró al frente de una operación que incautó más de $510 millones en narcóticos, reforzando el posicionamiento del FBI como fuerza de choque contra el crimen organizado.
La paradoja de la seguridad nacional: ¿quién queda vigilando al vigilante?
Mientras se incrementan los esfuerzos para combatir el crimen callejero y la inmigración, otras unidades esenciales del FBI han sido desmanteladas o debilitadas. Un ejemplo alarmante fue la disolución del grupo de trabajo contra la influencia extranjera, precisamente en un contexto donde las tácticas de desinformación y manipulación desde el exterior han impactado elecciones y procesos cívicos clave.
También se ha disuelto una de las unidades claves de anticorrupción en la oficina de Washington, reavivando temores de impunidad, especialmente en casos políticos. ¿Es esta una depuración necesaria o una manera de proteger aliados y limpiar los rastros de investigaciones incómodas?
El discurso sobre Palestina y los nuevos retos del terrorismo doméstico
Un caso reciente que ilustra la complejidad del panorama fue el atentado con cócteles molotov perpetrado en Colorado por un ciudadano egipcio que, aunque había permanecido ilegalmente en EE.UU., motivó su ataque con consignas sobre Palestina. Este tipo de eventos mezcla migración, activismo político, ideología religiosa y violencia, demostrando que los límites entre crimen e ideología son cada vez más difusos.
Patel reconoció ante el Congreso que las amenazas terroristas se habían incrementado considerablemente tras los ataques de Hamás a Israel en octubre de 2023. Sin embargo, este tema fue mencionado como una preocupación secundaria luego de las redadas contra delincuentes y decomisos de droga.
China: la amenaza que no deja dormir a los directores del FBI
Desde la dirección de Christopher Wray hasta Patel, ha existido un consenso: China representa la mayor amenaza a largo plazo para la seguridad nacional. Espionaje digital, ciberataques y campañas de manipulación encubiertas han sido identificadas como acciones de Beijing contra intereses estadounidenses.
Bajo Wray, se investigaron redes de espionaje chino en todas las oficinas del FBI. Patel no ha bajado la guardia en este frente, declarando que el espionaje chino es lo que “le quita el sueño”. Pese a estas declaraciones, los recursos destinados a inteligencia han disminuido en favor del combate a pandillas, generando una paradoja operativa: reconocer una amenaza y simultáneamente debilitar tu capacidad para enfrentarla.
Reconstituir la confianza pública y reinventar la narrativa
Una de las iniciativas más controversiales del nuevo liderazgo del FBI ha sido la inclusión de dos prioridades inéditas: “Reconstruir la confianza pública” y “Rendición de cuentas feroz”. Esta movida parece responder directamente a las acusaciones de politización del FBI durante años anteriores, especialmente respecto a las investigaciones contra Trump, el asalto al Capitolio, y el caso de interferencia electoral rusa.
Patel y su segundo al mando, Dan Bongino, ambos aliados de Trump, han prometido desclasificar documentos relacionados con estas investigaciones, incluida la filtración del borrador de la anulación de Roe vs. Wade y el caso del financista Jeffrey Epstein, ícono de múltiples teorías conspirativas.
El intento de transformar al FBI en un símbolo de transparencia ha sido interpretado por críticos como otro esfuerzo por apuntalar la agenda de Trump. La investigación dentro de los propios archivos del buró sobre casos de impacto mediático y político ha generado temores sobre el uso del FBI con fines electorales.
La visión de una guerra contra el crimen que también es ideológica
Más allá de estrategias policiales, lo que estamos viendo es una transformación ideológica del enfoque del FBI. Bajo esta nueva lógica, todo aquello que perturbe el orden —desde un inmigrante sin papeles hasta un manifestante radical— puede terminar insertado en un vasto ecosistema que se intenta controlar con herramientas del contraterrorismo.
La designación de pandillas como grupos terroristas, el uso de tecnologías de vigilancia contra indocumentados, y la redefinición del crimen callejero como amenaza existencial han generado una nueva realidad operativa en el organismo.
James Gagliano, exjefe de unidad dentro del FBI, se mostró optimista, aunque con reservas: “Cambian las prioridades, cambian las amenazas. Pero no podemos abandonar esas iniciativas que históricamente han mantenido seguro al país”.
Mientras Estados Unidos avanza hacia un ciclo electoral delicado, el rol que desempeñe el FBI será bajo una lupa constante. Y aunque algunos aplauden su agresiva postura contra pandillas y delincuentes callejeros, otros se preguntan si este redireccionamiento no representa una vulnerabilidad más profunda en tiempos de amenazas cada vez más invisibles y sofisticadas.