Majid Al Futtaim: ¿Revolución silenciosa en el emporio del Mall of the Emirates?
La reestructuración forzada del consejo directivo revela tensiones familiares y el rol creciente del gobierno en el futuro de los conglomerados empresariales en Dubái.
El legado de Majid Al Futtaim y el nuevo orden
Majid Al Futtaim Holding es uno de los pilares económicos de Dubái y una presencia dominante en el Golfo Pérsico. Con inversiones que incluyen hoteles de lujo, centros comerciales de primera categoría y franquicias de marcas globales como LEGO, el grupo generó ingresos superiores a los $9 mil millones en 2023.
Su joya de la corona, el Mall of the Emirates, no sólo es un ícono del retail en Medio Oriente sino un símbolo del crecimiento meteórico de Dubái. El centro comercial, inaugurado en 2005, llamó la atención mundial con su pista de esquí cubierta, la primera de la región.
La muerte del fundador y un vacío de poder que inquieta
La muerte del fundador Majid Al Futtaim en 2021 desató una ola de incertidumbre sobre la sucesión del liderazgo en el conglomerado. Tan crítico fue el momento, que el propio jeque Mohammed bin Rashid Al Maktoum, gobernante de Dubái, intervino mediante la creación de un comité judicial especial encargado de gestionar la sucesión y el patrimonio del empresario fallecido.
Hoy, ese comité ha ordenado la reestructuración del consejo directivo de Majid Al Futtaim Capital, la división encargada de supervisar todo el grupo. Según reportó el Financial Times, el nuevo consejo está conformado por cinco representantes del gobierno y cuatro miembros de la familia Al Futtaim. Esta medida pretende resolver las disputas internas y garantizar el futuro del conglomerado.
¿Por qué importa tanto esta reestructuración?
Este movimiento no es solo una resolución de conflictos internos. Constituye un mensaje contundente del gobierno de Dubái hacia otras empresas familiares del Emirato. En un contexto donde más del 80% del sector privado está dirigido por familias emiratíes, según estadísticas del Dubai Chamber of Commerce, cualquier inestabilidad en esas corporaciones es una amenaza potencial para la economía nacional.
La intervención estatal sugiere un interés estratégico en preservar estos emporios como impulsores claves de empleo nacional y modernización. Majid Al Futtaim, por ejemplo, ha sido históricamente un líder en la contratación de ciudadanos emiratíes, alineándose con los objetivos de nacionalización laboral que el gobierno promueve prioritariamente.
El precedente del conflicto entre primos
La historia del conglomerado está marcada por otras tensiones familiares. En la década de 1990, cuando aún era príncipe heredero, el jeque Mohammed medió en una disputa entre Majid Al Futtaim y su primo, resultando en la división empresarial entre este y el grupo Al-Futtaim Group, hoy operador de marcas como IKEA y Toyota en la región.
Ese conflicto sentó un precedente: los conflictos familiares en empresas con intereses multimillonarios pueden escalar rápidamente hasta amenazar el desarrollo económico del país.
De empresa familiar a brazo geoeconómico
Además de sus operaciones minoristas y turísticas, el grupo Majid Al Futtaim cumple una función geoeconómica en la estrategia de expansión económica de los Emiratos Árabes Unidos. Ha sido un actor clave en la promoción de la marca nacional en Asia, África del Norte y Europa del Este, proporcionando empleo a más de 43,000 personas y presencia en más de 15 países.
Como señala Bloomberg, el grupo se prepara actualmente para expandirse más agresivamente en África del Norte, mercado identificado por el gobierno emiratí como “estratégico” dentro de su plan de diversificación de ingresos.
El dilema del control familiar: riesgo u oportunidad
El caso de Majid Al Futtaim pone varios temas sobre la mesa:
- ¿Son las empresas familiares un valor a preservar o un riesgo potencial?
- ¿Debe el gobierno jugar un papel activo en la gobernanza si los herederos no logran consenso?
- ¿Cómo garantizar gobernanza moderna sin destruir el espíritu fundador?
Las apuestas son altas. Según el Gulf Family Business Council, el 60% de las empresas familiares del Golfo no tienen un plan de sucesión formalizado. Esto deja a muchas conglomerados vulnerables ante giros imprevistos.
Gobernanza corporativa y modernización: dos caras de la misma moneda
Según el comunicado del propio grupo, citado por medios emiratíes como The National, estos cambios “responden al esfuerzo liderado por los accionistas para modernizar la gobernanza en línea con los intereses de largo plazo del grupo”.
Esto insinúa una ampliación del rol que toman los accionistas frente a decisiones estructurales, reforzando la separación entre propiedad familiar y administración profesional. Esta distinción se alinea con los principios del OECD Corporate Governance Framework, cada vez más adoptados por corporaciones árabes en transición hacia estructuras más resilientes.
Lo que se juega Dubái: reputación e inversión
Dubái lleva años esforzándose por presentarse como un hub global de negocios y finanzas. Pero la gestión errática de herencias empresariales complica este objetivo. Las disputas expuestas pueden ahuyentar a inversores internacionales y minar la credibilidad del entorno regulatorio.
Al intervenir de forma directa, el Estado busca anticipar cualquier deterioro institucional o comercial que afecte un activo nacional estratégico. Como explica Arabian Business, “la presencia del gobierno en el consejo asegura estabilidad operativa y confianza para bancos e inversionistas”.
Un nuevo modelo de empresa familiar interconectada con el Estado
¿Estamos ante una nueva generación de conglomerados híbridos? Esta estructura mixta de gobernanza entre representación familiar y participación estatal se perfila como nuevo estándar para otras empresas en similar situación, como Al Habtoor Group o Al Ghurair.
Este modelo podría combinar lo mejor de dos mundos: visión de largo plazo que suelen poseer las familias fundadoras y estabilidad estructural garantizada desde la supervisión pública. El gran reto será evitar que el control gubernamental sofoque la innovación empresarial.
¿Fin del modelo clásico de empresa heredada?
En última instancia, la transformación de Majid Al Futtaim Capital marca un punto de inflexión social en los Emiratos. Cada vez más, la economía del país se apoya menos en nombres propios y más en estructuras duraderas.
“La época en que lo familiar implicaba automáticamente lo eficiente está quedando atrás”, advierte el consultor empresarial Khalid Al Hassan, citando casos similares en Arabia Saudita durante la Visión 2030. “Lo que no se adapta, queda fuera del juego”.
Dubái, con su velocidad habitual, parece haber entendido el mensaje.