El caso del barco Madleen: ¿Humanitarismo en altamar o violación del derecho internacional?
La incautación por Israel de un barco con ayuda humanitaria y activistas, incluida Greta Thunberg, desata un complejo debate legal y moral sobre bloqueos y soberanía marítima
Por años, la Franja de Gaza ha sido un símbolo de aislamiento, conflicto y crisis humanitaria. Pero en esta ocasión, el epicentro del escándalo no está en tierra firme, sino a más de 200 kilómetros mar adentro. El 9 de junio de 2025, la armada israelí interceptó en altamar al barco Madleen, perteneciente a la Freedom Flotilla Coalition, que transportaba ayuda humanitaria rumbo a Gaza, además de activistas internacionales, entre ellos la reconocida ambientalista sueca Greta Thunberg.
Este incidente no es solo una anécdota de activismo internacional cruzado con operaciones militares. Ha reavivado un debate que lleva más de una década sobre la legalidad, la ética y las consecuencias políticas del bloqueo naval de Israel contra Gaza. ¿Puede Israel interceptar barcos en aguas internacionales? ¿Es legal un bloqueo en medio de una crisis humanitaria? ¿Hay formas más seguras de enviar ayuda?
A continuación, un análisis detallado de este controversial episodio.
¿Qué ocurrió con el barco Madleen?
El Madleen fue interceptado por la Marina israelí a casi 200 kilómetros de la costa de Gaza. Según los organizadores, el barco transportaba suministros médicos, fórmula para bebés y alimentos destinados a civiles palestinos, junto con una tripulación de activistas que buscaban protestar por el prolongado bloqueo y la actual guerra en Gaza. El gobierno israelí respondió afirmando que el barco planeaba violar su bloqueo naval y que la operación fue «conforme al derecho internacional».
Los detenidos fueron trasladados a Israel y se espera su deportación. Este operativo recuerda, irremediablemente, la trágica incursión de 2010 sobre la flotilla que dejó a nueve muertos. Aunque desde entonces muchos intentos de romper el bloqueo concluyeron sin violencia, este caso tiene un componente adicional: la posible infracción del derecho internacional en aguas internacionales.
¿Qué dice el derecho internacional sobre actuar en aguas internacionales?
La Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar establece claramente que una nación tiene jurisdicción hasta un límite de 12 millas náuticas desde su costa. Más allá de esa zona, se considera alta mar, donde los barcos disfrutan del principio de libertad de navegación, salvo algunas excepciones específicas: piratería, tráfico de esclavos, transmisiones no autorizadas, tráfico de drogas y autodefensa en caso de conflicto armado.
Robbie Sabel, exasesor legal del Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel y experto en derecho internacional, declaró que Israel y Hamas están en un «conflicto armado», lo cual facultaría la interceptación de embarcaciones que pretendan violar bloqueos. Sin embargo, esta interpretación es profundamente debatida.
Para muchos juristas, como Suhad Bishara de la organización Adalah, Israel no tiene potestad legal para actuar unilateralmente en alta mar contra civiles y barcos humanitarios. Según Bishara, “en principio, Israel no puede extender su brazo a aguas internacionales y actuar unilateralmente contra cualquier barco allí presente”.
¿Es legítimo el bloqueo de Israel a Gaza?
Desde que Hamas tomó el control de Gaza en 2007, Israel (y parcialmente Egipto) ha impuesto un bloqueo terrestre, aéreo y marítimo. Israel argumenta que el bloqueo busca impedir el ingreso de armas. Sin embargo, organizaciones como Amnistía Internacional y Human Rights Watch lo consideran una forma de castigo colectivo contra más de dos millones de personas.
Un informe de la ONU sobre el incidente de 2010 reconoció el derecho de Israel a imponer un bloqueo naval en tiempos de guerra, pero subrayó que cualquier acción contra misiones humanitarias debe evitar el uso excesivo de la fuerza y facilitar el suministro de asistencia.
La ONU considera que, dado que Israel controla el espacio aéreo, las costas y la mayoría de las fronteras de Gaza, sigue siendo potencia ocupante, y como tal, está obligada a permitir el suministro humanitario sin obstáculos. En palabras de Agnès Callamard, secretaria general de Amnistía: “Israel ha vuelto a infringir sus deberes legales hacia civiles de Gaza al interceptar la Madleen”.
¿Por qué Greta Thunberg?
La presencia de Greta Thunberg en la embarcación añade interés mediático al caso. Conocida por su activismo climático y su frontal postura crítica contra poderes globales, Thunberg extendió su causa hacia la justicia humanitaria. “El futuro del planeta y los derechos humanos no se excluyen mutuamente; van de la mano”, dijo en una publicación antes de embarcarse.
El involucramiento de figuras públicas y activistas occidentales ha sido una estrategia repetida para visibilizar la situación palestina. De hecho, Naomi Klein, Roger Waters, Angela Davis y compañeros del barco Mavi Marmara de 2010, han participado en acciones similares.
La postura internacional
Las reacciones a la incursión naval de Israel han sido mixtas. Mientras Estados Unidos ha mantenido su apoyo al derecho de Israel a defender su seguridad, países europeos expresaron preocupación por un posible uso desproporcionado de la fuerza.
La ONG israelí B'Tselem publicó un comunicado donde se lee: “Israel no puede invocar legalidad cuando impone el hambre política mediante bloqueo y, al mismo tiempo, intercepta misiones humanitarias cuya única amenaza es ayudar a civiles”.
¿Qué sucede con la ayuda humanitaria?
Israel afirma que permite el ingreso de ayuda mediante pasos terrestres controlados y acusa a Hamas de desviarla. Sin embargo, organismos como el Programa Mundial de Alimentos y UNICEF desmienten sistemáticamente estas acusaciones.
Según OCHA, la oficina de ayuda de la ONU, solo una fracción de los camiones necesarios ingresan a Gaza, una situación que se ha agravado alarmantemente desde octubre de 2023. En junio de 2025, la ONU estimó que medio millón de personas están al borde de la hambruna en Gaza, siendo el caso más severo de inseguridad alimentaria del siglo XXI.
Greta, Thunberg y otros activistas: ¿héroes o provocadores?
Una visión crítica, promovida desde sectores del gobierno israelí y algunos analistas occidentales, tacha a los activistas de “provocadores” más interesados en generar titulares que en soluciones reales. Otros los ven como catalizadores morales cuya voluntad de arriesgar su libertad en nombre de los oprimidos refresca el sentido del activismo global.
“Que una joven de 22 años, famosa mundialmente, decida ir a Gaza a bordo de un barco que podría ser interceptado por militares es una señal de desesperación moral ante la pasividad del mundo”, escribió el periodista británico George Monbiot.
El problema de fondo: Gaza como prisión a cielo abierto
Gaza ha sido descrita por numerosos observadores internacionales como una “prisión al aire libre”. Más allá del debate legal sobre el bloqueo, la situación sobre el terreno es insostenible:
- Solo el 6% del agua es potable (según la OMS).
- El sistema de salud colapsó en el invierno de 2024.
- Más del 80% de la población depende únicamente de ayuda alimentaria.
La comunidad internacional lleva más de 15 años condenando verbalmente esta situación sin producir cambios estructurales. La Madleen es apenas una de múltiples alarmas que suenan ante una tragedia en cámara lenta.
¿Y ahora qué?
El destino de los activistas se resolverá probablemente con su deportación. Pero la verdadera pregunta es: ¿cuántas Madleen más deben zarpar antes de que el mundo comprenda que la solución no puede venir de bloqueos ni de activistas arriesgando su vida, sino de una presión diplomática real que transforme la estructura de desigualdad en Palestina?
En palabras del académico Ilan Pappé: “No se trata de que Israel actúe dentro o fuera del derecho marítimo, sino de cuándo la comunidad internacional dejará de excusar décadas de ocupación ilegítima y castigos colectivos”.
Sea cual sea la posición, queda claro que el conflicto palestino-israelí no se limita a los campos de batalla o salas de negociaciones. También flota sobre el Mediterráneo, cargado de esperanza, ayuda… y controversia.