La lucha por los océanos: ¿Una nueva era de conciencia o pura retórica política?

Desde la flota de Greta rumbo a Gaza hasta el clamor de las Naciones Unidas en Niza: el escenario global se vuelve un mar de manifestaciones por el futuro marino

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Un mar de activismo: de Sicilia a Gaza

El barco Madleen zarpa desde Sicilia con una tripulación singular: la reconocida activista climática Greta Thunberg junto con otros 11 activistas a bordo. Su objetivo es doble: entregar ayuda humanitaria y desafiar el bloqueo naval impuesto por Israel sobre la Franja de Gaza. La hazaña tiene lugar mientras el conflicto entre Israel y Hamas entra en su vigésimo mes, con un saldo devastador de más de 54,000 palestinos muertos según cifras del Ministerio de Salud de Gaza.

Greta y los otros miembros de la Freedom Flotilla Coalition habían anunciado que entrarían en aguas territoriales de Gaza tan pronto como el domingo pasado. Sin embargo, el Ministro de Defensa israelí, Israel Katz, fue tajante:

“A los antisemitas Greta y sus propagandistas de Hamas les digo claramente: den media vuelta, porque no llegarán a Gaza.”

La respuesta de Katz no fue solo política, fue simbólica. Representa el último eco de una batalla global entre activismo y sistemas estatales tradicionales, donde el activismo ambiental y de derechos humanos se mezcla con política exterior, defensa y diplomacia.

¿Qué impulsa este tipo de acciones?

Detrás de esta misión está la crítica cada vez más fuerte a lo que muchos consideran castigo colectivo contra los más de 2 millones de habitantes de la Franja de Gaza, en su mayoría desplazados y dependientes casi exclusivamente de la ayuda internacional.

En marzo, otra nave del mismo grupo fue atacada por drones en aguas internacionales frente a Malta. La organización responsabiliza a Israel del ataque, lo que añade un nuevo capítulo a la serie de tensiones diplomáticas entre países y ciudadanos activistas.

Océanos en crisis: así inicia la Conferencia de las Naciones Unidas

Mientras tanto, en el sur de Francia, en la ciudad de Niza, el mundo celebra el inicio de la tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos. Coincidiendo con el Día Mundial de los Océanos, una flota de 30 buques de exploración científica y activismo ambiental participa en un evento temático denominado “Maravillas del Océano”.

Entre las naves destacan:

  • Energy Observer: un catamarán cubierto de paneles solares que produce hidrógeno a partir de agua de mar, símbolo de la tecnología marina limpia del futuro.
  • Alfred Merlin: dedicado a la arqueología subacuática.
  • OceanXplorer: un yate de investigación con financiamiento privado y equipamiento de vanguardia.
  • Blue Panda del WWF: enfocada en la protección de los últimos prados marinos del Mediterráneo.

La conferencia cuenta con la participación de líderes de estado, científicos y activistas que levantarán una sola voz: detener la destrucción de los mares.

La urgencia del Tratado de Altamar

Adoptado en 2023, el Tratado de Altamar busca por primera vez en la historia permitir la creación de áreas protegidas en aguas internacionales. Dado que más de dos tercios del océano no están bajo jurisdicción de ningún país, el acuerdo podría marcar un punto de inflexión.

“El Tratado de Altamar es esencial para preservar la biodiversidad marina.” – Rebecca Hubbard, directora de High Seas Alliance.

Actualmente, solo el 2.7% del océano está efectivamente protegido contra la pesca industrial y otras actividades devastadoras. El objetivo global es alcanzar el 30% para 2030, pero vamos muy por detrás.

Incluso en zonas protegidas, la regulación es laxo y la vigilancia escasa. Francia, país anfitrión, ha sido criticado por permitir actividades industriales dentro de sus zonas marinas declaradas como protegidas.

El llamado del papa: ¿religión al servicio de la paz climática?

En una conexión inesperada pero poderosa, el Papa Leo XIV también se alineó con los llamados por un cambio de paradigma, aunque desde una visión espiritual. Durante la misa dominical en la Plaza de San Pedro, criticó el auge de movimientos nacionalistas y apeló a la humildad, el diálogo y la reconciliación para “romper barreras y destruir muros de indiferencia”.

“Donde hay amor, no hay lugar para prejuicios, zonas de seguridad ni mentalidades de exclusión.” – Papa Leo XIV

Recordando las palabras del Papa Francisco, Leo XIV advirtió sobre un mundo hiperconectado pero emocionalmente desconectado, anestesiado por la indiferencia y devastado por la soledad. “La paz debe comenzar en el corazón”, recalcó el pontífice.

¿Qué tienen en común Greta, el papa y las Naciones Unidas?

Aunque representan contextos muy distintos —una joven activista sueca, un líder religioso global y una institución diplomática multilateral— los tres emiten un mensaje común: el mundo necesita acciones urgentes, éticas y sostenibles.

La crisis climática, la guerra en Gaza y la conservación marina son tres frentes de batalla que, aunque diferentes, están entrelazados. Lo que está en juego es más que una política o una campaña: es la redefinición de cómo nos entendemos como civilización global frente a desafíos existenciales.

¿Cuánto vale el mar?

Los océanos cubren el 71% del planeta y producen más del 50% del oxígeno que respiramos. Albergan cerca del 80% de toda la vida en la Tierra. Su economía (pesca, transporte marítimo, turismo y más) representa más de 2.5 billones de dólares anuales.

Y sin embargo, según datos de Naciones Unidas, se vierten cada año más de 11 millones de toneladas de plástico en sus aguas. A esto le sumamos la acidificación, el aumento de temperatura, la sobrepesca y la minería de fondo marino.

La pregunta ya no es cómo salvar los océanos, sino si estamos dispuestos a hacerlo. Greta pone el cuerpo, el papa pone la palabra y la ONU pone la plataforma. Ahora, el mundo debe poner la acción.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press