La nueva prohibición de viajes de Trump reaviva el debate migratorio en EE.UU.
Con restricciones a 19 países y excepciones para eventos deportivos, el regreso de una política altamente polémica pone a prueba la Constitución y la política exterior estadounidense
Una nueva era, una vieja política
El expresidente Donald Trump, en medio de su campaña de regreso a la Casa Blanca, ha lanzado una nueva prohibición de viaje que afecta a ciudadanos de 19 países, retomando una agenda migratoria que en 2017 generó controversias, protestas internacionales y desafíos legales históricos. Oficializada recientemente, esta nueva orden ejecutiva busca, según la administración, proteger la seguridad nacional de Estados Unidos.
Trump se refirió a la medida como un instrumento necesario para controlar amenazas terroristas y prevenir abusos del sistema migratorio, especialmente de países que considera con controles "deficientes" o que se rehúsan a repatriar a sus ciudadanos.
Los países afectados por la nueva orden
La lista de naciones abarca una diversidad que parece cuidadosamente diseñada para evitar acusaciones de discriminación religiosa, como las que enfrentó su versión anterior, conocida popularmente como el "veto musulmán". De los 19 países incluidos, algunos son:
- Prohibición total: Afganistán, Myanmar, Chad, Congo, Eritrea, Irán, Libia, Somalia, Sudán, Yemen, Haití, Guinea Ecuatorial.
- Restricciones a quienes no tienen visa: Burundi, Cuba, Laos, Sierra Leona, Togo, Turkmenistán y Venezuela.
Esta vez la administración ha incluido varios países latinoamericanos y africanos que no tienen poblaciones mayoritariamente musulmanas, lo que disipa parcialmente las acusaciones de islamofobia que plagaron la versión de 2017.
Las excepciones notables
Una diferencia crucial —¿y quizás táctica?— en este nuevo decreto es la cantidad de excepciones previstas, diseñadas para evitar litigios constitucionales, según expertos migratorios.
Entre las personas exentas se encuentran:
- Portadores de green card (residencia permanente)
- Ciudadanos con doble nacionalidad (incluidos estadounidenses)
- Atletas, entrenadores y personal de apoyo que participen en la Copa Mundial 2026 o los Juegos Olímpicos 2028
- Afganos con visas especiales por haber colaborado con EE.UU.
- Iraníes perseguidos por motivos religiosos o étnicos
- Funcionarios gubernamentales o diplomáticos en visitas oficiales
- Personas que viajaban a EE.UU. antes de la entrada en vigor del decreto
La reacción legal: ¿Se avecina otra batalla en la Corte?
“Definitivamente están tratando de evitar los problemas de la primera proclamación,” señaló Jeff Joseph, presidente electo de la American Immigration Lawyers Association. Sin embargo, Joseph no descarta una ola de demandas legales, argumentando que la política aún podría ser inconstitucional.
La Corte Suprema en 2018 respaldó una versión revisada del veto anterior, pero las implicancias en derechos civiles siguen siendo tema de debate.
¿Una medida electoral?
Muchos analistas consideran que esta nueva política migratoria tiene más trasfondo político que estratégico. El Dr. Basil Smikle, estratega demócrata y profesor en Columbia University, indica: “Trump está marcando territorio para contrastar con la actual administración demócrata, que ha sido más abierta en términos migratorios. Esto moviliza a su base y fortalece su narrativa de 'América primero'.”
Las implicancias internacionales
La inclusión de países como Cuba, Venezuela y Haití ha levantado cejas en América Latina. Diplomaticamente, muchos ven esto como una manera de desalentar la migración irregular desde el hemisferio occidental, especialmente frente al notable aumento de solicitantes de asilo.
Según datos del CBP (Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza), el 2023 cerró con más de 2.5 millones de intercepciones en la frontera sur de EE.UU. Una parte significativa de estos migrantes provenían de países incluidos ahora en la lista.
¿Cómo afecta esto al Mundial y los Juegos Olímpicos?
A diferencia del veto de 2017, esta vez se contempla el papel de EE.UU. como anfitrión de eventos globales. En 2026, junto a Canadá y México, será sede del Mundial de la FIFA. En 2028, Los Ángeles recibirá los Juegos Olímpicos. Ante esto, la proclamación ofrece excepciones para atletas, entrenadores y familiares, asegurando que equipos y delegaciones de los países afectados puedan participar.
Sin embargo, no hay menciones específicas para los aficionados de estos países que deseen ingresar como turistas para asistir a los eventos. Dado que muchos de ellos pueden contar con altos ingresos o doble nacionalidad, es probable que algunos encuentren vías alternativas, pero será más difícil para el ciudadano común.
Cambios respecto al veto de 2017
El nuevo decreto no menciona una fecha final. No obstante, incluye una cláusula que exige al Departamento de Estado revaluar la medida cada 90 días. Si los países incluidos hacen “mejoras materiales” en sus procedimientos de seguridad y repatriación, pueden ser removidos de la lista. Incluso se deja abierta la posibilidad de incluir nuevos países, dependiendo del contexto geopolítico.
Los argumentos de seguridad nacional
La proclamación sostiene que los países designados presentan riesgos de seguridad pública y de infiltración terrorista. También señala que varias de estas naciones son reacias a aceptar de regreso a sus ciudadanos deportados de EE.UU. Además, advierte sobre casos frecuentes de violaciones de visa por parte de ciudadanos provenientes de esas regiones.
Sin embargo, estos argumentos han sido duramente criticados por defensores de derechos humanos y abogados migratorios, quienes alegan que muchas veces estos perfiles de riesgo se basan en generalizaciones y no en inteligencia puntual.
Afganistán: el caso más sensible
La inclusión de Afganistán ha sido particularmente controvertida. Aunque existen exenciones para quienes colaboraron con el gobierno de EE.UU. durante la guerra de más de dos décadas, muchos otros afganos aún están en procesos de solicitud de refugio o visa especial y se verán afectados.
Al mismo tiempo, el régimen talibán ha dificultado las verificaciones de seguridad exigidas por EE.UU., lo que complica a quienes buscan salir del país por razones de persecución o riesgo personal.
La visión crítica de los expertos
Para Mark Toney, activista de derechos civiles, la política es innecesaria: “Estamos filtrando más que nunca con tecnología de vanguardia. La mayoría de los terroristas en EE.UU. son ciudadanos o residentes permanentes radicalizados localmente, no visitantes de otros países.”
Esto confirma el dato del Center for Strategic and International Studies, que reveló en 2023 que más del 80% de los ataques o amenazas terroristas registrados en EE.UU. durante la última década fueron perpetrados por personas nacidas en el país.
Trump, inmigración y elecciones
Todo esto ocurre en un año crucial donde Trump intenta recuperar el poder. Sus políticas migratorias siempre han sido un punto de inflexión con sus oponentes. En este contexto, la nueva prohibición de viaje vuelve a poner sobre la mesa uno de los temas más divisivos del panorama político estadounidense.
Con una base republicana fortalecida y un partido demócrata dividido entre sus alas progresista y centrista, el futuro legal y electoral de la nueva prohibición podría convertirse en una de las grandes historias del ciclo electoral de 2024-2025.
Desde los tribunales hasta las calles, el escenario está servido para un nuevo capítulo de debates inflamados, movilizaciones sociales y decisiones que podrían definir el destino inmediato de miles de personas a nivel global.