Cuando el fervor por el cricket se convierte en tragedia: ¿quién fue responsable en Bengaluru?
Una multitud desbordada y la pasión por un equipo campeón dejaron 11 muertos en India. El incidente revela una vez más las consecuencias mortales de la mala gestión de multitudes en eventos masivos.
El 4 de junio de 2025, lo que debía ser una fiesta en honor al triunfo del equipo Royal Challengers Bengaluru en la Indian Premier League terminó en una pesadilla. El estadio M. Chinnaswamy, en el corazón de Bengaluru (India), fue el epicentro de una tragedia evitable: una estampida multitudinaria dejó al menos 11 muertos y más de 30 heridos. Este accidente masivo pone sobre la mesa temas clave como la irresponsabilidad organizativa, la falta de logística y la peligrosa idolatría por figuras deportivas.
Una victoria esperada durante 18 años
Los Royal Challengers Bengaluru (RCB) habían logrado lo impensable: ganar, por primera vez en 18 años, la codiciada India Premier League, el torneo T20 más popular a nivel mundial, seguido por millones de personas. Este triunfo desató una ola de emociones en todo el estado de Karnataka, sede del equipo. Como parte de una celebración impulsiva, el gobierno local y diversas autoridades organizaron un evento especial en el estadio para homenajear al equipo.
Sin embargo, la falta de previsión fue evidente desde el principio. Mientras las gradas se llenaban, miles de aficionados se acumulaban en los alrededores del estadio, esperando ver de cerca a sus ídolos como Virat Kohli. Algunos incluso intentaron escalar las murallas, forzar entradas y abrir las rejas cerradas.
Números que asustan
- Más de 200,000 aficionados salieron a las calles de Bengaluru, según el ministro jefe del estado, Siddaramaiah.
- Se desplegaron 5,000 policías, pero no fueron suficientes para controlar la masa, particularmente una juventud electrizada por el triunfo de su equipo.
- Alrededor de 50,000 personas se encontraban en un radio de 1 kilómetro del estadio al momento del incidente, sobrepasando ampliamente la capacidad logística disponible.
Divyanshi: una víctima con apenas 14 años
La historia que más ha conmocionado al país es la de Divyanshi Shivakumar, una joven de 14 años que asistió emocionada a la ceremonia junto a su madre y tía. Cuando se aproximaban a la entrada, el caos las envolvió.
“Mi esposa les rogó a los policías y a otros por ayuda, pero nadie respondió”, declaró su padre, Shivkumar. Divyanshi fue trasladada de emergencia al hospital, donde falleció por heridas en la cabeza. Para muchas familias, esta tragedia revivió viejos temores sobre la seguridad pública en eventos masivos en India, un país con un historial nada alentador en gestión de multitudes.
Cricket en India: ¿pasión o religión?
El cricket no es solo un deporte en India: es un fenómeno cultural. Desde la era de Sachin Tendulkar hasta la del “rey” Kohli, las estrellas de cricket alcanzan un estatus de semidioses. Este fanatismo, sin embargo, también ha sido causa de incidentes peligrosos.
En una sociedad donde el deporte mueve emociones, votos e identidad nacional, los jugadores de la IPL tienen poder de convocatoria superior incluso que los políticos. Eventos como el de Bengaluru no hacen más que amplificar los riesgos de este fervor incontrolado.
Estampidas: una historia repetida en India
Lamentablemente, este incidente no es un caso aislado en la historia reciente del país. Según cifras del sitio Crowd Management Strategies, India ha registrado más de 130 estampidas públicas desde el año 2000, muchas de ellas con consecuencias fatales:
- 2003: 39 muertos en el templo Mandhardevi (Maharashtra).
- 2008: 145 fallecidos en el templo de Chamunda Devi.
- 2013: cerca de 115 personas murieron en el puente Ratangarh durante una peregrinación religiosa.
Como patrón común, todas ellas estuvieron marcadas por mala planificación, ausencia de salidas de emergencia y exceso de capacidad.
¿Dónde falló la administración?
A pesar de contar con semanas para prever una eventual victoria del equipo y su celebración, las autoridades de Karnataka actuaron con un nivel de improvisación preocupante. El vice primer ministro D.K. Shivakumar reconoció la magnitud del evento, pero alegó que el entusiasmo juvenil fue “incontrolable”.
Estas declaraciones no convencen a los familiares de las víctimas ni a la oposición política, que ya ha empezado a pedir investigaciones formales contra los organizadores del evento. Entre las críticas más recurrentes está la falta de coordinación entre la policía y los equipos de respuesta de emergencia.
El silencio de las autoridades deportivas
La Junta de Control de Cricket de India (BCCI, por sus siglas en inglés), máximo organismo del cricket en el país, ha mantenido hasta ahora una actitud distante. Declararon no estar informados del evento ni de su organización, y que los jugadores solo supieron del incidente cuando comenzaron a recibir llamadas. Esto ha generado fuertes críticas por su apatía.
Por otro lado, Virat Kohli, estrella del equipo, expresó en Instagram: “No tengo palabras. Completamente devastado”, dejando entrever su desconocimiento de la magnitud de la tragedia.
Un evento que se convirtió en arma política
La trágica estampida ha derivado en un debate político encendido. Mientras el partido gobernante trata de justificar las fallas a través de la narrativa del entusiasmo popular, los partidos opositores los acusan de incompetencia y negligencia criminal.
Para muchos, el fallecimiento de 11 personas no puede ni debe ser resultado de una mala planificación frente al fanatismo deportivo. Una victoria deportiva jamás debería costar vidas humanas.
¿Qué se necesita para evitar otra tragedia?
Experiencias como esta dejan lecciones valiosas que deben ser tomadas con seriedad. Entre las medidas que podrían implementarse figuran:
- Planificación estratégica: cualquier evento que convoque a más de 50,000 personas debe tener una estrategia de control de multitudes que incluya rutas de evacuación y personal capacitado.
- Tecnología de detección: el uso de sensores de conteo y cámaras inteligentes puede ayudar a prever y contener aglomeraciones peligrosas.
- Educación cívica: campañas de concientización sobre seguridad en masas pueden reducir conductas de riesgo, como escalar muros o forzar accesos.
- Coordinación efectiva: entre policía, bomberos, servicios de salud, autoridades deportivas y de transporte.
Fanáticos, pero también ciudadanos
Los aficionados indios al cricket merecen celebrar, pero también merecen estar seguros. La tragedia de Bengaluru es un recordatorio brutal de lo que sucede cuando la pasión se impone sobre la razón y se ignoran los protocolos más básicos de seguridad.
Mientras las familias como la de Divyanshi intentan retomar su vida sin una hija, el Estado debe repensar su rol en defender la vida sobre cualquier tipo de espectáculo. Porque sí, el cricket emociona y une a todo un país, pero nunca puede justificarse con la pérdida de vidas humanas en su nombre.