Últimos héroes del Día D: El legado que perdura en las playas de Normandía

A 81 años de la invasión aliada, los veteranos centenarios regresan con un mensaje eterno: la libertad merece ser defendida

Un viaje en el tiempo: los veteranos vuelven a Normandía

Las playas de Normandía en Francia han vuelto a llenarse de historia, emoción y gratitud. Cada año, con menos integrantes que el anterior, los últimos veteranos vivos del Día D regresan al escenario del desembarco aliado de 1944, símbolo de valentía, sacrificio y unión internacional. En 2025, 81 años después del histórico Día D, apenas un puñado de estos héroes centenarios han viajado nuevamente al lugar donde, cuando eran apenas jóvenes, cambiaron el destino del mundo.

No se trata solo de nostalgia o reencuentros. Se trata de un acto de resistencia contra el olvido. A medida que la Segunda Guerra Mundial se aleja en el tiempo, el testimonio vivo de estos soldados se vuelve esencial para preservar la memoria de una generación que luchó por la libertad.

Normandía, un santuario de homenaje multigeneracional

Los homenajes comienzan desde el momento en que los veteranos pisan suelo francés. En pueblos, escuelas, y en las playas mismo, los franceses —niños y adultos— los reciben con vítores, aplausos y lágrimas. Entre los saludos, el más común es un simple pero poderoso: “Merci”.

Este año, figuras como Arlester Brown, de 101 años, o Jack Stowe, de 98, compartieron historias desgarradoras y conmovedoras con escolares franceses. Brown, quien sirvió en una unidad de lavandería por ser afroamericano durante una época de segregación en el ejército estadounidense, representa no solo el sacrificio bélico, sino también la lucha contra la desigualdad dentro del mismo bando aliado.

El legado grabado en arena y piedra

En el Cementerio Americano de Normandía, donde yacen casi 9.400 soldados, la práctica simbólica de frotar arena sobre las lápidas blancas para resaltar los nombres grabados se ha vuelto tradición en estos aniversarios. Entre los visitantes, Wally King, piloto de P-47 Thunderbolt de 101 años, visitó la tumba de Henry Shurlds Jr., un compañero nunca conocido personalmente, pero hermano de vuelo caído en combate.

King participó en 75 misiones antes de ser derribado y gravemente quemado. Según él, los lazos entre pilotos eran intencionadamente débiles, ya que la muerte se lo llevaba todo con demasiada frecuencia. “No queríamos sufrir más de la cuenta”, reconoció.

Silencio, olvido y necesidad de recordar

Durante décadas, muchos veteranos optaron por el silencio. A su regreso, se vieron empujados a reconstruir sus vidas sin perturbar a sus familias con los horrores vividos.

“Quizás fue bueno no compartir esas agonías… pero el sacrificio merece ser recordado y celebrado,”

afirmó King.

Ahora, en una era marcada por la inmediatez digital y la desmemoria histórica, los veteranos son conscientes de que su presencia física en las ceremonias es un recurso limitado. La fundación Best Defense Foundation, que organiza estos viajes desde 2004, apenas pudo llevar a 23 excombatientes en 2025, mientras que en 2024 llevaron 50.

Betty Huffman-Rosevear: enfermera de guerra a los 104 años

Entre los participantes, destacó Betty Huffman-Rosevear, única mujer del grupo y exenfermera militar, quien celebró su cumpleaños 104 durante el viaje. Su rol humanitario no aparece en las películas de guerra tradicionales, pero fue vital. En plena invasión, ella atendía a los heridos que llegaban a las costas ensangrentadas y a los hospitales de campaña improvisados.

El amor bajo fuego: Harold Terens y su historia simbólica

Un capítulo particular de esta conmemoración fue protagonizado por el romántico Harold Terens, de 101 años, quien junto a su pareja, Jeanne Swerlin, fue homenajeado en una ceremonia simbólica de boda en 2024. Este año, regresaron como celebridades de paz y amor entre ruinas del pasado.

Omaha Beach: Cicatrices en la arena

En Omaha Beach, donde los disparos alemanes segaban vidas sin piedad en 1944, hoy se oye el eco de las palabras de gratitud. El veterano Jake Larson, conocido como Papa Jake en TikTok, con más de 1,2 millones de seguidores, se ha convertido en una cara cada vez más visible del Día D. Con 102 años, recordó en una entrevista reciente:

“Nosotros somos los afortunados. Ellos no tuvieron familia. Nosotros somos su familia ahora.”

La historia debe continuar contándose

No es exagerado decir que quienes hoy caminan por Normandía sostienen con sus pasos el peso de una deuda moral que Occidente tiene hacia esos hombres y mujeres. Sin ellos, Europa no sería lo que es. Sin su valentía, tal vez no existirían las instituciones democráticas actuales con la misma solidez.

Las visitas escolares, los museos locales, las banderas ondeando en las playas, todo recuerda que la historia necesita rostros, relatos y lugares. No se puede reducir el Día D a una fecha en los libros de texto; debe vivirse como una vigilia colectiva donde generaciones enteras reafirman sus valores.

El reto del olvido en la era digital

En un siglo XXI hiperconectado, con guerras en curso, rebrote de nacionalismos y disensión entre aliados históricos, recordar el Día D adquiere nuevos significados. Las plataformas sociales como TikTok o Instagram se han convertido en herramientas inesperadas, pero útiles, para que jóvenes conozcan estos relatos a través de héroes como Papa Jake.

Sin embargo, existe el riesgo de que la historia se convierta en entretenimiento pasajero. De ahí la importancia fundamental de iniciativas educativas y testimonios en primera persona, mientras aún estén físicamente presentes los protagonistas.

Lo que nos enseñan los últimos combatientes

Wally King lo dijo alto y claro este año:

“Esta, probablemente, sea la última vez que volvamos a Normandía. Espero estar equivocado.”

No se trata solamente de recopilar historias de guerra. Se trata de honrar la capacidad humana de resistir el mal, de actuar con heroísmo incluso en circunstancias devastadoras, y de preservar una memoria activa de la libertad.

Que estos gigantes centenarios nos sirvan de espejo. Porque, como dijo Jake Larson en medio de las tumbas de Omaha:

“Nos toca a nosotros asegurarnos de que nunca se olvide.”
Este artículo fue redactado con información de Associated Press