La Babel de Estados Unidos: un vistazo al mosaico lingüístico del país

Más allá del inglés y del español, el idioma en casa revela una sorprendente diversidad cultural en todos los rincones de Estados Unidos

¿Sabías que casi el 22% de los residentes en Estados Unidos hablan un idioma distinto al inglés en casa? Según los últimos datos del Censo de EE. UU., esta cifra se ha duplicado en los últimos 40 años, y revela mucho más que una estadística: cuenta una historia de migración, diversidad, identidad y cambio sociocultural profundo.

En esta fun take, exploraremos cómo el idioma que se habla en casa es un espejo de la historia migratoria de los Estados Unidos, mostrando patrones inesperados que rompen con los estereotipos de la inmigración.

El dominio del español... pero no en todas partes

Con un 13.2% de hablantes, el español es con diferencia la lengua no inglesa más hablada en EE. UU. Su presencia es tan fuerte que solo tres estados no lo tienen como segundo idioma más común: Hawái, Maine y Vermont.

  • Hawái: Iloko, una lengua filipina, es la más hablada tras el inglés.
  • Maine y Vermont: Aquí el francés domina, impulsado por comunidades francocanadienses históricas.

¿Quién habla qué... y dónde?

La lista de idiomas más hablados en cada estado tras el inglés y el español muestra una rica y sorprendente variedad léxica. Lo interesante es que esta diversidad pocas veces se corresponde con los centros migratorios clásicos como Nueva York o California. Por ejemplo:

  • Alemán: El idioma más hablado, después del inglés y el español, en ocho estados—entre ellos Colorado, Idaho, y Dakota del Norte—con más de 871,000 hablantes en 2021.
  • Vietnamita: Popular en estados como Kansas, Georgia y Texas, donde comunidades vietnamitas crecen lejos de los grandes centros urbanos.
  • Hmong: Es el idioma más hablado tras el inglés y el español en Minnesota y Wisconsin, refugio de muchas familias que huyeron del sudeste asiático tras la guerra de Vietnam.
  • Coreano: Domina en Alabama y Virginia. ¿Quién lo diría?
  • Yup’ik Central: En Alaska, este idioma indígena es el segundo más hablado en casa, solo por detrás del español.

La presencia árabe: de Detroit hacia el resto del país

En Míchigan, Iowa, Ohio, Tennessee y Virginia Occidental, el árabe es el segundo idioma más hablado. Solo en el área metropolitana de Detroit encontramos a la mayor comunidad araboparlante del país, en gran parte gracias a décadas de inmigración libanesa, iraquí y yemení.

Este es un ejemplo perfecto de cómo la historia de la migración se mezcla con la del idioma en formas no del todo evidentes para la mayoría del público general.

Navajo: un reflejo de la herencia indígena

En Arizona y Nuevo México, el idioma navajo continúa siendo central en muchos hogares. Esto ilustra cómo las lenguas indígenas continúan siendo vitales centros de identidad cultural y memoria colectiva.

La Navajo Nation es un territorio vasto que se extiende por ambos estados, y su población ha demostrado una resiliencia extraordinaria al mantener viva su lengua originaria pese a décadas de represión lingüística e institucional.

Tagalo, portugués y... ¿polaco?

La comunidad filipina ha dejado una marca poderosa en California, Hawái y Nevada, donde el tagalo es el segundo idioma más común. Es un reflejo directo de los vínculos coloniales y migratorios entre EE. UU. y Filipinas.

El portugués es también sorprendente en su distribución. En estados del noreste como Connecticut, Massachusetts, Nueva Jersey y Rhode Island, su presencia responde a las oleadas de inmigrantes provenientes de Portugal, Brasil y Cabo Verde.

Además, en Utah es el segundo idioma no inglés más hablado, ¿por qué? En gran parte gracias a misioneros mormones que vivieron en Brasil y regresaron al estado conservando el idioma.

En cuanto al polaco, sigue siendo el idioma predilecto tras el inglés y el español en Illinois, sobre todo en Chicago, hogar histórico para generaciones de inmigrantes polacos.

El curioso caso del marshalés

Una de las historias más under the radar de la diversidad lingüística de EE. UU. es la del marshalés. Este idioma, originario de las Islas Marshall, es hablado por comunidades que llegaron a Arkansas, especialmente al noroeste del estado, después de ser desplazadas por razones climáticas o de salud tras pruebas nucleares en el Pacífico.

¿El resultado? Un enclave inesperado de idioma oceánico en el corazón estadounidense.

Francés y criollo haitiano: puentes entre el Caribe y EE. UU.

Florida, con casi medio millón de hablantes de criollo haitiano, es el epicentro de esta comunidad en EE. UU. La migración histórica y moderna desde Haití ha tejido lazos fuertes, particularmente en el sur de Florida.

El francés —dentro y fuera de su variedad criolla— también tiene presencia significativa en Louisiana, Maryland, New Hampshire y Carolina del Norte, ya sea por razones históricas (como el legado franco-creole de Luisiana) o por nuevas oleadas migratorias.

Lenguas indígenas bajo presión, pero persistentes

Aunque muchas lenguas originarias están en peligro de desaparecer, algunas aún dominan en comunidades regionales. Además del Yup’ik y el Navajo, el Lakota ocupa un lugar privilegiado en Dakota del Sur.

Estas comunidades luchan por preservar su legado idiomático al tiempo que enfrentan presiones políticas, sociales y educativas para asimilarse lingüísticamente.

¿Un país oficialmente monolingüe?

En 2024, el expresidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva designando al inglés como idioma oficial del país. Aunque de impacto limitado inmediato, este gesto buscó reafirmar una identidad monolingüe que no refleja la realidad lingüística cambiante del país.

Como explica William Frey, demógrafo del Brookings Institution, “el multilingüismo ha sido por mucho tiempo una parte fundamental de la historia de Estados Unidos.”

Datos relevantes del Censo 2024

  • 21.7% de la población mayor a 5 años habla un idioma distinto al inglés en casa.
  • En California, esta cifra asciende al 44%.
  • En Virginia Occidental, en cambio, solo es del 2.5%.

Este fenómeno no se reduce a grandes ciudades. Ahora mismo, inmigrantes y sus descendientes están dejando su marca cultural y lingüística en lugares tan dispares como Kansas, Alaska o Maine.

¿Qué nos dice el idioma sobre la identidad americana?

Lejos de ser solo un canal de comunicación, el idioma es una declaración de pertenencia, una afirmación cultural, y cada vez más, un vínculo transnacional. La próxima vez que visites un supermercado en Nebraska y escuches vietnamita, o pases por un mercado en Atlanta y te hablen en coreano, recuerda: Estados Unidos habla y se siente en muchos idiomas.

Y eso, lejos de ser una amenaza, es quizás su mayor riqueza.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press