Gigantes con el bate roto: ¿cómo llegó San Francisco a un abismo ofensivo en 2025?

Un análisis de los problemas ofensivos que obligaron a los Giants a mover fichas duras, incluyendo la designación de LaMonte Wade Jr.

Una ofensiva en caída libre

Los San Francisco Giants no han sido capaces de encontrar chispa ofensiva durante gran parte de la temporada 2025, y las estadísticas lo dejan claro. Al llegar al 4 de junio, el equipo acumulaba 16 juegos consecutivos anotando cuatro carreras o menos. Esta es la segunda racha más larga de este tipo desde que los Giants se mudaron a San Francisco en 1958, solo superada por una racha de 19 encuentros similar que ocurrió en 1965.

La decisión difícil: LaMonte Wade Jr. designado para asignación

La noticia más notable en medio de este panorama fue la designación para asignación de LaMonte Wade Jr., un jugador que, si bien no ha brillado esta temporada, se ganó el respeto del vestuario por su desempeño en años anteriores.

Wade, de 31 años, bateaba apenas para .167 con solo 24 hits en 144 turnos al bate. Tras una gira donde logró apenas dos imparables en 17 turnos, la decisión fue tomada: liberar su lugar para buscar una chispa más joven o simplemente diferente.

El propio Wade lo reconoció con sinceridad: “Lo entiendo, no he rendido bien”. Esa aceptación dice mucho, tanto de su profesionalismo como del ambiente en el clubhouse de los Giants.

Bob Melvin: “necesitábamos cambios”

El manager Bob Melvin fue directo y honesto sobre la situación. La ofensiva estancada estaba costando partidos y era necesario mover piezas:

“Fue difícil. LaMonte fue realista, lo aceptó. En este punto, quizá un cambio de escenario le venga bien. Estamos seguros que tendrá otra oportunidad en otro lugar”.

La movida no fue aislada. También Sam Huff, catcher, fue designado para asignación, como parte de una estrategia para reestructurar rápidamente el roster.

Las nuevas incorporaciones: buscando aire fresco

Además de cortar lazos con jugadores de bajo rendimiento, los Giants firmaron a Dominic Smith con un contrato de un año. Smith, quien ha demostrado versatilidad y poder en sus momentos con los Mets y los Nationals, podría ser ese bate zurdo necesario.

También fueron subidos de Triple-A Daniel Johnson y Andrew Knizner, buscando inyectar energía desde Sacramento. Por otra parte, Christian Koss fue enviado de vuelta a ligas menores, completando la serie de movimientos del día.

Buster Posey en su nueva realidad

El legendario Buster Posey, ahora presidente de operaciones de béisbol del equipo, expresó lo complicado que fue tomar esta decisión, especialmente porque algunos de los jugadores afectados fueron en su día compañeros de equipo:

“Tengo una relación diferente ahora, los considero amigos todavía. Fue una decisión difícil, pero necesitamos encender la ofensiva”.

Pocos exjugadores han hecho una transición tan rápida al frente administrativo de un equipo. Posey se ha mostrado firme pero empático, lo cual será vital en la reconstrucción del equipo.

Los fantasmas de 1965

La comparación con la sequía ofensiva de 1965 no es menor. Aquel equipo tenía figuras como Willie Mays y Willie McCovey, y aun así estuvieron 19 partidos sin superar las cuatro carreras. Hoy, los Giants carecen de ese peso en la alineación, y eso se nota.

La producción de carreras ha sido tan precaria que apenas han podido mantenerse en la lucha del Oeste de la Nacional gracias a su cuerpo de lanzadores, encabezado por Logan Webb y Keaton Winn. Pero ni una rotación dominante es capaz de sostener un equipo que promedia menos de 3.5 carreras por juego.

¿Y qué dice la data?

  • LaMonte Wade Jr. tiene un OBP de .300, pero su slugging cayó por debajo de .250.
  • Los Giants son 26º en MLB en carreras anotadas.
  • Durante los 16 partidos sin superar las cuatro carreras: promedio de bateo colectivo de .211.
  • Solamente siete cuadrangulares en ese lapso, y solo uno de un bateador zurdo.

Estos números son reflejo de una alineación sin alma. Un lineup que rota constantemente sin encontrar al menos un núcleo confiable.

Una ofensiva sin rostro

El diagnóstico común para los Giants es la falta de un referente ofensivo. Sin un jugador tipo Ronald Acuña Jr., Shohei Ohtani o incluso uno en el espectro de Christian Yelich en sus buenos años, los Giants son un grupo de bates “promedio” que actualmente están por debajo de lo esperado.

Jorge Soler, quien fue traído como bate de poder, no ha logrado tener impacto constante. Michael Conforto, otra adición importante, también ha batallado con las lesiones y la inconsistencia. Y Thairo Estrada, si bien sigue siendo una pieza importante, no puede cargar solo con el peso ofensivo.

¿Cómo salir del bache?

La gerencia apuesta ahora por una renovación controlada. Desde Triple-A vienen peloteros hambrientos, y la firma de Smith podría darles un respiro. Pero será vital que retomen filosofía de ataque agresiva, contacto constante y aprovechar situaciones con corredores en base —aspecto en el que están cerca del fondo en la liga.

La clave: cambiar la identidad ofensiva. Dejar de ser un equipo estéril en entradas con oportunidades. Incluso aumentar el uso de jugadas pequeñas como el toque, el robo de bases, y buscar mover corredores con eficiencia.

Mirando al futuro

La temporada 2025 aún puede salvarse, pero el margen de error es mínimo. Si no logran despertar el bate durante el mes de junio, podrían convertirse en vendedores para la fecha límite de cambios en julio. Jugadores como Alex Cobb o Wilmer Flores podrían convertirse en piezas negociables.

¿Veremos una versión rejuvenecida y agresiva de los Giants? ¿O caerán en la mediocridad por otro año consecutivo?

Los próximos 30 días definirán si las decisiones tomadas hoy valieron la pena… o si simplemente fueron el inicio de una reconstrucción más profunda.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press