La magia de Oklahoma City: cuando una afición cambia el rumbo de la NBA

Thunder y Pacers protagonizan unas Finales históricas cargadas de juventud, pasión y un nuevo modelo de éxito sin necesidad de mercados gigantes

Una final inesperada, pero justa

Este 2025 ha traído una de las historias más cautivadoras e inesperadas de la NBA en años recientes. Oklahoma City Thunder e Indiana Pacers, dos franquicias de mercados considerados "menores" por estándares televisivos, se han colado en las Finales de la NBA. Pero lo interesante no es solo su presencia, sino cómo han llegado hasta aquí: sin estrellas consagradas en su prime hace tres años, sin despilfarrar en el impuesto de lujo y con proyectos deportivos bien estructurados en torno a jóvenes promesas.

Esta narrativa rompe con el paradigma de la última década de la NBA, cuando grandes equipos se formaban en Los Ángeles, Miami o Nueva York con presupuestos colosales y superestrellas uniendo fuerzas. Thunder y Pacers han demostrado que otro camino es posible.

La magia de la afición del Thunder

Oklahoma City no es solo el equipo de moda. Es símbolo de una comunidad volcada con su equipo. Y este apoyo no es nuevo.

El entrenador del Thunder, Mark Daigneault, cuenta una historia que resume esta relación única. El 26 de octubre de 2021, con un equipo que empezaba la temporada con tres derrotas abultadas (por 21, 33 y 12 puntos), el Thunder perdió contra Golden State en un encuentro muy peleado. Lo sorpresivo: la afición regaló una ovación de pie al equipo tras el pitido final. “Fue inesperado. Éramos un equipo joven, habíamos perdido todos los partidos, y aun así nos apoyaron como si fuésemos campeones”, recordó Daigneault.

Desde entonces, el Thunder retribuyó ese apoyo con creces. En esta temporada acumulan un récord de 43 victorias y solo 7 derrotas en casa, el mejor de la NBA. Además, ganan sus partidos como locales por un promedio de 16.9 puntos, el segundo mejor margen en la historia de la liga solo por detrás de los Bucks de 1970-71 (18.1 puntos).

Una atmósfera casi universitaria

Las gradas del Paycom Center le dan una energía distinta a Oklahoma. Como si se tratara de un equipo universitario, los fanáticos llegan con anticipación, llenan el pabellón desde el calentamiento, esperan a los jugadores en el aeropuerto tras juegos como visitantes y, sobre todo, nunca abandonan a su equipo.

Los fans empujan a nuestros jugadores”, afirma Daigneault. “No hay juicios, ni escepticismo. Solo apoyo incondicional.”

Incluso la estrella del equipo, Shai Gilgeous-Alexander, MVP de la temporada, lo tiene siempre presente: “Quería que vivieran el cierre de conferencia con nosotros. No quería volver a Minnesota. Quería que celebraran y se emborracharan en casa o donde quieran… pero que lo hicieran felices con su equipo”.

Indiana y Oklahoma: David contra David

En una liga donde muchas veces se enfrentan los “Goliat”, este año tenemos una final entre dos “Davides” que han crecido con convicción. Indiana ocupa el puesto 25 y Oklahoma City el 47 en los rankings de mercado de medios televisivos en EE.UU. Aun así, llegan con las armas cargadas: talento joven, estilos de juego emocionantes y enorme expectativa.

Shai lidera a los Thunder como una superestrella moderna: versátil, carismático y decisivo. Y Tyrese Haliburton es el nuevo símbolo de Indiana: olímpico, elegante, altruista. Ambos son el tipo de jugadores que enganchan a la juventud y a los puristas por igual.

Ratings bajos, números altos

Mucho se ha dicho del supuesto “problema” televisivo de estas finales. Como si una baja audiencia en Nielsen fuera sinónimo de fracaso. Nada más lejos de la realidad.

El consumo de contenido NBA ha explotado en redes sociales. Según Videocites, los contenidos del playoff 2025 han generado ya 32 mil millones de vistas, un aumento del 64% respecto al año pasado. Gilgeous-Alexander es el jugador más visto; Haliburton, el tercero. Entre ambos suman 1.5 mil millones de vistas en clips.

Y, lo más importante, la liga firmó este año un contrato histórico por derechos televisivos: $76 mil millones por 11 años con Disney, NBC y Amazon. Esos acuerdos no dependen de los ratings tradicionales, sino de una combinación de audiencias streaming, alcance digital y contenido multiplataforma. Como dijo Adam Silver, comisionado de la NBA: “En este contexto, estar solo un 2% por debajo del año pasado es una victoria”.

La liga de las sorpresas: siete campeones en siete años

Desde 2019, la NBA ha tenido siete campeones distintos en siete años. La tan deseada paridad competitiva se ha hecho realidad. Y Oklahoma City e Indiana son los más recientes rostros de ese cambio de paradigma.

Ambos equipos evitaron el impuesto de lujo. Es la primera vez en dos décadas que dos finalistas no pagan dicho impuesto. Más impresionante aún: en conjunto, solo ganaron 49 partidos hace tres temporadas. En 2025, están en la cima del baloncesto mundial.

Este modelo da esperanza a muchos otros equipos (Utah, Portland, Charlotte, Washington). Y lanza un mensaje claro: la vía del desarrollo sí funciona.

¿La mejor narrativa en años?

El entrenador Daigneault lo resume bien: “Dos equipos con juego emocionante, jugadores con grandes historias personales y equipos que tienen una historia colectiva poderosa”.

Haliburton añade: “Es emocionante ver a dos equipos jóvenes, organizaciones jóvenes, luchando por el título. Es un gran momento para cualquier fan.”

No es una narrativa de superestrellas recicladas o mega contratos. Es una historia de comunidad, talento joven, proyectos sólidos y pasión. Una historia que vale más que el rating.

Un futuro prometedor

Todo indica que tanto Pacers como Thunder estarán mucho más presentes en la programación nacional de la próxima temporada. Ninguno fue elegido para los partidos del Día de Navidad este año, algo que cambiará si las expectativas se cumplen.

“Quiero jugar en Navidad”, dijo Shai. “Y creo que ya somos ese tipo de equipo. Tenemos que seguir demostrándolo.”

Una celebración del baloncesto auténtico

Lo que nos está regalando esta final es un baloncesto crudo, fresco, sin maquillaje de marketing. Es la celebración de lo que hace mágica a esta liga: talento, pasión, comunidad y oportunidades.

Al final, como dijo Haliburton: “Es un momento grande. Para nosotros y para los fans de verdad.”

Y en Oklahoma, con su atmósfera casi universitaria, su gente dándolo todo y su joven MVP a la cabeza, ese momento se vive con una intensidad que ningún rating podrá medir.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press