Randy Johnson y su legado en Seattle: Más allá de los números y los trofeos

El 'Big Unit' recibirá en 2026 el homenaje que muchos esperaban: el retiro de su mítico dorsal 51 por parte de los Mariners, una historia cargada de gratitud, grandeza y momentos que marcaron el béisbol para siempre

Un gigante inmortal en el montículo: la leyenda de Randy Johnson

El béisbol, como todos los grandes deportes, no se define solo por estadísticas. Se construye de hitos, momentos imborrables y personajes que trascienden el terreno de juego. Uno de ellos es Randy Johnson, apodado "The Big Unit", quien con sus 2,08 metros de estatura y su potente zurda protagonizó algunas de las páginas más espectaculares de la MLB. Ahora, a más de una década de su retiro, los Seattle Mariners anunciaron que retirarán oficialmente su número 51 durante la temporada 2026. Una señal de respeto y admiración que, aunque tardía, llega en el momento justo para conmemorar y revivir uno de los capítulos más brillantes de la franquicia y el béisbol de los años 90.

Diez temporadas, un impacto duradero

Entre 1989 y 1998, Randy Johnson jugó diez temporadas con los Mariners. Durante ese período, registró una marca de 130 victorias y 74 derrotas, con una efectividad de 3.42. Pero su legado va mucho más allá de los números. En 1990, lanzó el primer no-hitter en la historia de los Mariners, el 2 de junio, contra los Detroit Tigers. Un hito que significó más que un partido perfecto: fue la llegada del equipo a la conversación de los contendientes serios de las Grandes Ligas.

El inolvidable 1995: más que una temporada

Tal vez el año más recordado por Johnson es 1995, no solo por su excelencia en la lomita—récord de 18-2 y ERA de 2.48—sino porque fue una temporada que ayudó a salvar el béisbol en Seattle. Aquel año, los Mariners avanzaron hasta la Serie de Campeonato de la Liga Americana, empujados por un núcleo estelar que incluía a Ken Griffey Jr., Edgar Martínez e Ichiro Suzuki en vías de gloria futura. Lo inesperado sucedió en septiembre de ese año: los votantes del condado King rechazaron con contundencia una medida para financiar un nuevo estadio. La amenaza de que el equipo dejara Seattle era real y preocupante. Pero el espíritu mostrado por los Mariners en aquella carrera mágica terminó impresionando tanto al público como al gobierno local. El condado eventualmente aprobó los fondos necesarios y nació el Safeco Field (ahora T-Mobile Park).

Una contribución incalculable

“Estoy feliz de que mis contribuciones durante esos 10 años estén siendo reconocidas ahora”, comentó Johnson en una rueda de prensa vía Zoom. “Fue hace mucho tiempo, eso es seguro”. Y es que, aunque su mayor palmarés llegó en Arizona, la conexión con Seattle es innegable. Johnson incluso comentó, entre risas, que le hubiese gustado dividir su placa del Salón de la Fama entre los Mariners y los Diamondbacks. Su elección de ingresar con la gorra de Arizona respondió a una realidad estadística: cuatro premios Cy Young consecutivos, una Serie Mundial en 2001 y la consolidación definitiva como uno de los lanzadores más dominantes de la historia.

Arizona: la cúspide del éxito

Después de ser traspasado a los Houston Astros en 1998, Johnson firmó con los Arizona Diamondbacks, donde viviría quizá su mejor versión. Entre 1999 y 2002 ganó cuatro premios Cy Young consecutivos y fue colíder del equipo que ganó la Serie Mundial 2001 en una épica final ante los Yankees de Nueva York. Aquello le aseguró su entrada al Salón de la Fama del Béisbol en 2015. Pero Johnson jamás olvidó dónde comenzó todo: Seattle.

Un dorsal, dos leyendas: Johnson e Ichiro

El número 51 que será retirado perteneció también a Ichiro Suzuki, quien lo llevó con orgullo desde su llegada en 2001. Esto generó algún debate sobre la posible duplicidad del honor, pero Johnson fue enfático:
“Sé el significado de Ichiro y sus logros. No quería interferir con su ceremonia de retiro ni su inducción al Salón de la Fama. Si esto iba a suceder, tenía que ser en un momento separado”.
En efecto, Ichiro será ingresado al Salón de la Fama el 27 de julio de 2026 y su número será retirado el 9 de agosto del mismo año. La organización de los Mariners ha sido cuidadosa al programar el homenaje a Johnson para no opacar ninguno de estos eternos momentos.

La historia detrás del apodo: "The Big Unit"

El apodo de Randy Johnson nació casi por accidente. En los entrenamientos de primavera en 1988, cuando era parte de los Montreal Expos, chocó sin querer con su compañero de equipo Tim Raines. Impactado por la altura impresionante del lanzador, Raines exclamó: “You’re a big unit!” y el sobrenombre llegó para quedarse. Johnson no solo intimidaba por su estatura, sino por la violencia de sus pitcheos. Su recta superaba regularmente las 98 mph, complementada con una slider devastadora que incluso dejó perplejos a los mejores bateadores de una era dorada.

Sus premios y su legado

A lo largo de su carrera, Johnson acumuló logros que lo colocan entre los más grandes lanzadores de todos los tiempos:
  • 5 premios Cy Young (1995, 1999, 2000, 2001, 2002)
  • 10 veces All-Star
  • 3304.1 entradas lanzadas
  • 4875 ponches (2º más alto en la historia de la MLB)
  • 1 Serie Mundial (2001) y MVP de esa edición

Una figura humana, más allá del juego

Randy Johnson también es un apasionado de la fotografía. Desde su retiro ha trabajado como fotógrafo profesional, llegando incluso a documentar giras musicales de bandas como Metallica y Soundgarden. Su cuenta oficial de fotografía, RJ51 Photos, cuenta con imágenes de deportes, naturaleza y música. Un gigante en múltiples sentidos, su pasión por el arte visual refleja su sensibilidad y el deseo de encontrar nuevas maneras de expresarse más allá del diamante.

Un legado imperecedero para Seattle

Retirar el número 51 de Randy Johnson es más que un homenaje; es un acto de justicia, una señal de que los recuerdos y los héroes no deben ser olvidados. Johnson ayudó a definir una era en Seattle, una ciudad que pasó de ser ignorada a convertirse en un emblema del béisbol gracias a hombres como él. Mientras nuevas generaciones admiran a figuras actuales, es vital no olvidar a aquellos que pavimentaron el camino con sudor, talento y amor por el juego. La próxima vez que alguien vea el número 51 sobre la lona del T-Mobile Park, sabrá que representa velocidad, fuerza, historia y el rugido eterno del Big Unit.

Fuentes:

Este artículo fue redactado con información de Associated Press