Polonia gira a la derecha: Karol Nawrocki y el resurgir del populismo conservador en Europa

La victoria de un historiador sin experiencia política deja clara la tensión entre Varsovia, Bruselas y Washington

Un cambio sísmico en la política polaca

Con el triunfo electoral de Karol Nawrocki, Polonia entra en una nueva y potencialmente turbulenta etapa política. El conservador y nacionalista de 42 años, respaldado por el partido Ley y Justicia (PiS), ha sido elegido presidente en un clima político altamente polarizado. Nawrocki, un historiador sin experiencia previa en cargos de elección popular, basó su campaña en valores tradicionales católicos, la protección de la soberanía nacional y la confrontación con las instituciones europeas.

Su ascenso marca una victoria ideológica para la derecha populista en Europa Central, que continúa ganando terreno en países donde el descontento con la migración, la burocracia de Bruselas y los valores liberales ha ido en aumento.

¿Quién es Karol Nawrocki?

Karol Nawrocki es un académico conocido por su trabajo en el Instituto de la Memoria Nacional, donde dirigió investigaciones centradas en el pasado comunista de Polonia. A pesar de no contar con una carrera política tradicional, Nawrocki construyó una candidatura robusta gracias a su cercanía con el partido PiS y su imagen de defensor de los valores patrióticos.

En su discurso triunfal afirmó: “Defenderemos nuestras tradiciones y honraremos a nuestros abuelos. La soberanía de Polonia no está a la venta”.

La batalla entre Varsovia y Bruselas

El triunfo de Nawrocki representa un duro revés para la Unión Europea en su intento por reconducir a Polonia hacia estándares democráticos. Desde 2015, el PiS ha sido acusado por la Comisión Europea de erosionar la independencia judicial, controlar los medios públicos y limitar los derechos civiles.

Mientras el primer ministro Donald Tusk —líder liberal proeuropeo— intenta revertir estas reformas y restaurar el Estado de derecho, la presidencia de Nawrocki complicará esa labor. Gracias al poder de veto presidencial, Nawrocki podría bloquear reformas clave como:

  • Una ley de uniones civiles para parejas del mismo sexo
  • La flexibilización legal del aborto
  • La reforma completa del Tribunal Constitucional

Esto no solo generará parálisis política interna, sino que también amenaza con mantener congelados más de 35.000 millones de euros en fondos europeos destinados a Polonia por el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia, condicionados al respeto del Estado de derecho.

Una guerra cultural interna

La elección de Nawrocki ha acentuado la división entre dos Polonias: la urbana, progresista y cosmopolita, que votó por su oponente, el alcalde de Varsovia Rafał Trzaskowski; y la rural, conservadora y católica, representada por Nawrocki. Esta fractura no es nueva, pero se ha ensanchado peligrosamente, según el sociólogo Maciej Gdula:

“Polonia está experimentando una guerra cultural. No solo se discute sobre políticas públicas, sino sobre qué tipo de nación queremos ser”.

Afiliaciones transatlánticas más marcadas

Una de las transformaciones más evidentes será el rumbo que tomará la relación de Polonia con Estados Unidos, especialmente bajo una posible nueva administración de Donald Trump. Nawrocki ha expresado abiertamente su simpatía por el ideario ‘Make America Great Again’ y fue recibido en la Casa Blanca semanas antes de las elecciones.

Actualmente hay más de 10.000 soldados estadounidenses desplegados en territorio polaco bajo acuerdos firmados durante gobiernos anteriores. Nawrocki podría buscar consolidar aún más este vínculo, incluso a expensas de una mayor autonomía europea en temas de seguridad común.

Una visión distinta sobre la guerra en Ucrania

Aunque Nawrocki ha dicho apoyar la defensa de Ucrania contra la invasión rusa, ha adoptado una postura cada vez más crítica respecto al costo humano y económico de esa solidaridad.

Sus declaraciones culpando al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, de “falta de gratitud” hacia Polonia por abrir sus fronteras a más de 1,5 millones de refugiados ucranianos, han generado inquietud tanto en Kiev como en Bruselas.

Además, Nawrocki se ha opuesto abiertamente a la incorporación ucraniana en la OTAN, alineándose con la narrativa euroescéptica de figuras como Viktor Orbán o Trump. Esto podría transformar a Polonia de socio clave en la defensa de Ucrania a un actor más cauteloso y calculador.

Mercados y señales económicas

Tras conocerse los resultados, el zloty polaco cayó ligeramente frente al euro, reflejando la preocupación de los inversores por una posible parálisis legislativa y una reactivación del conflicto con la UE.

El economista Marcin Piatkowski advierte:

“Polonia necesita estabilidad jurídica para atraer inversión extranjera directa. El enfrentamiento con Bruselas pone en duda los flujos futuros de capital y cooperación financiera”

¿Una tendencia paneuropea?

La victoria de Nawrocki debe leerse también en un contexto más amplio: es el más reciente capítulo del ascenso del populismo de derechas en Europa. Movimientos similares han llegado al poder o ganado popularidad acelerada en países como:

  • Hungría: con Viktor Orbán como figura central del conservadurismo autoritario.
  • Italia: con Giorgia Meloni y su partido posfascista Fratelli d’Italia.
  • Francia: donde Marine Le Pen sigue aumentando su base electoral.

Según el reporte de Eurobarómetro de enero de 2025, un 38% de los ciudadanos europeos considera que “la inmigración y la pérdida de valores tradicionales” son principales amenazas para Europa, alimentando el auge de fuerzas políticas identitarias, nacionalistas y autoritarias.

Donald Tusk: entre el corazón de Europa y el limbo nacional

Donald Tusk, quien regresó al poder con promesas proeuropeas, se enfrenta ahora a una presidencia que lo contrarresta desde dentro. Su gobierno de coalición, compuesto por liberales, socialdemócratas e incluso algunos conservadores moderados, se encuentra en una situación frágil.

Si Nawrocki comienza a vetar leyes progresistas, lo que podría suponer el bloqueo del Plan Nacional de Reforma Judicial, la tensión escalará. Podría incluso llevar a una crisis institucional, similar a la que vivió Israel entre 2022 y 2023 durante el conflicto entre el Ejecutivo y el Tribunal Supremo.

¿Y ahora qué?

Nawrocki asumirá el poder el próximo 6 de agosto en medio de un entorno de extrema polarización interna y muchos ojos observando desde Bruselas, Kiev y Washington.

Los próximos meses marcarán si el nuevo presidente actúa como figura moderada que equilibra el poder o si se convierte en el ejecutor ideológico de una visión más radical de Polonia. En cualquiera de los casos, el futuro de la política europea dependerá cada vez más de lo que ocurra también en Varsovia.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press