Adopciones Internacionales Enturbiadas: El Lado Oscuro de un Sueño Familiar
Suecia recomienda detener las adopciones internacionales tras décadas de irregularidades, fraudes y casos documentados de tráfico infantil
El mito de la adopción internacional "salvadora"
Durante décadas, la adopción internacional ha sido vista como un acto de altruismo: familias de países más ricos ofreciendo una vida mejor a niños de regiones afectadas por la pobreza, guerras o crisis sociales. Pero lo que parecía una historia de esperanza se ha revelado como una trama oscura de violaciones a los derechos humanos, fraudes y tráfico infantil. Suecia, uno de los países más progresistas del mundo, acaba de recomendar el fin de estas prácticas tras una investigación de gran alcance que ha sacado a la luz verdades incómodas y dolorosas.
La comisión sueca desnuda el sistema
El 3 de junio de 2024, una comisión liderada por la jurista Anna Singer presentó su informe final sobre las adopciones internacionales en Suecia, tras casi tres años de investigación. El resultado fue un veredicto condenatorio: cada década, desde los años 70 hasta los 2000, ha incluido casos comprobados de tráfico infantil, documentos fraudulentos y prácticas no éticas. “La conclusión es que ha habido irregularidades en las adopciones internacionales hacia Suecia”, declaró Singer en conferencia de prensa.
La investigación fue motivada originalmente por un reportaje del diario Dagens Nyheter en 2021, que expuso adopciones con orígenes dudosos desde Colombia, Sri Lanka, Corea del Sur, Polonia y China.
Un sistema con múltiples responsables
Uno de los hallazgos más contundentes del informe es que la cadena de responsabilidad no se limita a las agencias particulares o intermediarios. El gobierno sueco, su autoridad supervisora, los municipios y hasta los tribunales fueron señalados como partícipes, por acción u omisión, en prácticas claramente contrarias a los derechos del niño. Se documentaron adopciones sin consentimiento legítimo de los padres biológicos, manipulación de identidades y presentación de niños como huérfanos cuando en realidad no lo eran.
Una disculpa pública y una política por redefinir
La comisión no solo recomendó el fin de las adopciones internacionales, sino también que el gobierno sueco ofrezca una disculpa formal a miles de adoptados y sus familias, reconociendo su sufrimiento. Este llamado responde también a una necesidad simbólica: visibilizar que, tras el sueño de una “nueva vida”, se esconde un daño profundo.
Camilla Waltersson Grönvall, ministra de Servicios Sociales, ya ha recibido el informe y declaró que su departamento "evaluará con seriedad estas recomendaciones".
Datos que estremecen: las cifras detrás del escándalo
- Desde los años 60, Suecia ha adoptado alrededor de 10,000 niños procedentes de Corea del Sur.
- Sudcorea ha enviado a más de 200,000 niños al extranjero para adopción, con Estados Unidos, Francia, Dinamarca y Suecia como principales destinos.
- Investigaciones asociadas con Frontline y AP demostraron que muchas adopciones estaban basadas en papeles falsificados y orígenes inventados.
- Padres biológicos fueron engañados, diciéndoles que sus hijos habían muerto o estaban gravemente enfermos para justificar su entrega.
"Niños robados" con nuevos apellidos
Miles de adoptados descubrieron décadas después que habían sido separados de sus familias de origen sin consentimiento, vendidos en un sistema donde las agencias actuaban casi como empresas comerciales. 80 adoptados de Estados Unidos, Australia y Europa participaron en investigaciones recientes narrando cómo buscaron sus orígenes y descubrieron falsos certificados de nacimiento y vínculos familiares inexistentes.
Una de las entrevistadas para Frontline relató: "Mi madre fue obligada a firmar documentos cuando estaba sedada tras el parto. Dijo que nunca dio el consentimiento consciente para la adopción".
El modelo surcoreano: una fábrica de adopciones
Corea del Sur fue pionera en internacionalizar la adopción desde los años 50 tras la guerra. En vez de fortalecer el sistema de cuidado dentro del país, favoreció un modelo de envío masivo de niños a países occidentales, especialmente entre 1970 y 1990. Este modelo se replicó en otros países de Asia y América Latina.
Sin embargo, los resultados son hoy motivo de vergüenza nacional: ausencia de registros fiables, pérdida de identidad cultural y vínculos familiares completos borrados. El propio gobierno surcoreano admitió recientemente que trabaja en identificar adopciones ilegales del pasado.
El impacto psicológico en los adoptados
Más allá de las irregularidades legales, el daño psicológico en los adoptados es profundo:
- Crisis de identidad cultural
- Trastornos de ansiedad y depresión tras conocer las circunstancias reales de su adopción
- Fragmentación de la autoestima y sentimientos de abandono
- Dificultades en la reintegración cultural si intentan regresar a sus países de origen
La exigencia de una disculpa pública va más allá de la política: es un acto de reparación emocional.
Otros países se suman al replanteamiento
La postura sueca no es aislada. En los últimos dos años:
- Dinamarca cerró su única agencia de adopciones internacionales
- Holanda puso pausa indefinida a nuevos procesos
- Francia publicó un informe devastador sobre su participación en adopciones dudosas
- Suiza ofreció una disculpa pública por su inacción ante adopciones ilegales
Todo indica el inicio de una era más crítica y vigilante respecto a los procesos internacionales de adopción.
¿Un nuevo paradigma?
Las voces expertas coinciden en que el modelo actual quedó obsoleto. El marco legal internacional necesita una reinvención:
- Transparencia total en los procesos con acceso garantizado a los documentos originales
- Consentimiento explícito y verificable de los padres biológicos
- Sistemas de cuidado infantil locales fortalecidos como primera opción antes de recurrir a la adopción externa
- Planes de seguimiento interdisciplinario para toda adopción internacional
Una historia que se repite: lo que enseñan las voces silenciadas
Los testimonios que emergieron gracias a estas investigaciones revelan una historia que durante décadas fue silenciada por el discurso de la compasión y el humanitarismo. Son muchos quienes hoy, desde Suecia, EE. UU. y otros países, buscan desesperadamente reconstruir sus pasados.
La frase repetida por muchos adoptados es: "No se puede construir una nueva vida sobre una mentira".
Y es en esa búsqueda de verdad donde comienza realmente el camino hacia una justicia que les fue negada desde la infancia.