Sheikh Hasina, de líder a acusada: el giro histórico de una figura clave en Bangladesh

Del poder a la persecución judicial: crónica, análisis y polémica del juicio por crímenes de lesa humanidad a la ex primera ministra exiliada

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Un capítulo histórico en Bangladesh: el juicio a Sheikh Hasina

En una vuelta inesperada del destino político de Bangladesh, la figura dominante que gobernó durante 15 años, Sheikh Hasina, ahora enfrenta cargos formales por crímenes de lesa humanidad. El Tribunal Internacional de Crímenes, establecido por ella misma en 2009 para juzgar delitos relacionados con la guerra de independencia de 1971, ha aceptado el pasado domingo las acusaciones presentadas en su contra por la represión letal de protestas estudiantiles en 2023. Se trata de uno de los episodios más impactantes —y quizás irónicos— en la historia política del Sur de Asia.

Los cargos: ¿qué se le imputa a Hasina?

De acuerdo con el informe presentado el 12 de mayo por los investigadores del tribunal, se le atribuyen cinco acusaciones principales de crímenes de lesa humanidad. Estas incluyen:

  • Órdenes directas de uso de violencia estatal.
  • Homicidios masivos.
  • Violencia sexual dirigida contra mujeres y niñas.
  • Incineración de cadáveres y eliminación de pruebas.
  • Negación sistemática de asistencia médica a los heridos.

Todo esto habría tenido lugar en el contexto de una revuelta estudiantil entre julio y agosto de 2023, en la cual, según cifras de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, habrían muerto entre 1,200 y 1,400 personas en apenas tres semanas. La brutalidad de la represión recordó a los días más oscuros de las dictaduras del siglo XX, generando condena internacional.

¿Dónde está Hasina ahora?

La ex primera ministra se encuentra en el exilio en la India desde el 5 de agosto de 2023. Bangladesh envió una solicitud formal de extradición en diciembre del mismo año, en medio de tensiones geopolíticas entre ambos países. India aún no ha respondido oficialmente al pedido. Mientras tanto, el exministro del interior Asaduzzaman Khan está desaparecido y se presume también refugiado en India. El ex jefe policial, Chowdhury Abdullah Al Mamun, fue arrestado y se le verá en la siguiente audiencia junto a Hasina.

Un legado complicado: entre la independencia y la represión

Sheikh Hasina no es una figura cualquiera en la política de Bangladesh. Hija del padre fundador del país, Sheikh Mujibur Rahman, cultivó una mezcla de nacionalismo secular y autoritarismo que ha moldeado al país desde su retorno al poder democrático en 2009.

Durante sus mandatos, el país experimentó un crecimiento económico sostenido, avances en salud y educación, y una mayor inclusión de la mujer en la vida pública. Sin embargo, endureció su control sobre instituciones, medios de comunicación y oposición política. Las elecciones se volvieron cada vez menos competitivas, marcadas por denuncias de fraude e intimidación.

El mismo tribunal que creó, hoy la juzga

“El poder devora a sus hijos”, reza un adagio que hoy cobra dramatismo en Dhaka, donde el International Crimes Tribunal —una entidad impulsada y defendida por Hasina para juzgar crímenes durante la independencia— se torna contra su fundadora.

Este órgano judicial, que fue duramente criticado por ONG internacionales como Human Rights Watch y Amnistía Internacional por su falta de garantías al debido proceso en años anteriores, ahora intenta presentarse como baluarte de justicia frente a una líder otrora intocable.

Nobel de la Paz y transición: Muhammad Yunus entra en escena

Tres días después del derrocamiento de Hasina, el economista y Premio Nobel de la Paz Muhammad Yunus asumió temporalmente el liderazgo del país como figura de consenso nacional e internacional. Yunus, conocido por su trabajo con el microcrédito y fundador del Grameen Bank, había sido durante años un opositor silencioso de Hasina, enfrentando numerosos obstáculos legales impuestos por su gobierno. Que ahora sea el nuevo rostro del poder no deja de tener un componente simbólico poderoso.

El dilema de la India y la región

La posible extradición de Hasina pone a la India de Narendra Modi en una encrucijada diplomática. Modi y el gobierno de Hasina habían cultivado una relación cercana, basada en intereses estratégicos comunes, especialmente en la lucha contra el extremismo islámico en la región.

India ha sido históricamente una aliada clave desde la independencia de Bangladesh en 1971, cuando apoyó activamente a las fuerzas que lideraba Mujibur Rahman en su lucha contra el ejército pakistaní. La presencia de Hasina en su territorio, ahora en calidad de exiliada acusada, podría agriar los vínculos bilaterales y presionar a Nueva Delhi en un escenario ya marcado por la tensión fronteriza con China.

Implicaciones jurídicas y políticas internacionales

Expertos legales han señalado que, aunque el tribunal de crímenes de Bangladesh no está afiliado directamente a la Corte Penal Internacional de La Haya, sus procedimientos podrían ser observados con detenimiento desde Naciones Unidas. La Alta Comisionada de Derechos Humanos, Volker Türk, ha llamado a garantizar “transparencia, imparcialidad y rendición de cuentas sin motivaciones políticas”.

Esto es particularmente relevante después de que Hasina utilizara el aparato estatal para silenciar disensos, encarcelar periodistas y neutralizar a enemigos políticos.

Un espejo global: el surgimiento de líderes autoritarios y su caída

El caso Hasina no es único. En los últimos años, América Latina, Europa del Este y Asia han vivido ciclos de autoritarismo democrático, donde presidentes electos utilizan las instituciones para perpetuarse. El fenómeno, ampliamente estudiado por politólogos como Steven Levitsky y Daniel Ziblatt, cobra una nueva dimensión con el colapso personal de figuras como Hasina.

La caída de líderes fuertes suele estar acompañada de una narrativa justiciera, pero pocas veces con la paradoja de ser juzgados por sus propias herramientas institucionales. “Ella creó el tribunal; ahora el tribunal la desmantela”, reflexionó el profesor Ali Riaz de la Universidad Estatal de Illinois.

¿Qué sigue ahora?

La fecha clave es el 16 de junio. Para ese día, el tribunal exige la comparecencia física —o al menos virtual— de Sheikh Hasina. Todo indica que, si India no extradita, se avanzará con juicio en ausencia, una figura controvertida pero legal en el marco jurídico de Bangladesh.

Las víctimas de la represión de 2023, en su mayoría estudiantes universitarios, han empezado a organizarse en grupos de presión, exigiendo justicia. Memoriales improvisados, listas con nombres de los fallecidos y campañas online llenan las redes sociales con hashtags como #JusticeForStudents2023 y #FaceTheTribunalHasina.

Reflexión final

Sheikh Hasina pasará a la historia como una figura compleja: revolucionaria heredera de un luchador por la independencia, arquitecta del crecimiento moderno de Bangladesh, pero también —según estos nuevos cargos— responsable de perseguir, silenciar y aniquilar a parte de su propia población.

La historia aún está escribiéndose. Todo juicio político es también una batalla narrativa. Y los ojos del mundo están puestos sobre Dhaka, donde quizás se esté cerrando un capítulo no solo para Hasina, sino para una era entera de la política de Bangladesh.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press