El terremoto político de Corea del Sur: la elección presidencial que está reconfigurando el país

Con la destitución de Yoon Suk Yeol tras imponer la ley marcial, Corea del Sur se encamina a una elección anticipada marcada por el caos, las divisiones sociales y una posible reorientación geopolítica

Una nación en la encrucijada

Corea del Sur, una de las democracias más vibrantes de Asia, atraviesa uno de los momentos políticos más turbulentos de su historia reciente. Tras la abrupta destitución del presidente conservador Yoon Suk Yeol por imponer durante breves días la ley marcial en diciembre, el país se enfrenta esta semana a una elección presidencial anticipada] sin precedentes.

Como si se tratara de un drama político al estilo de "House of Cards", el escándalo ha causado un profundo cisma político e ideológico que amenaza con remodelar no sólo el panorama interno, sino también la política exterior, especialmente en relación con Estados Unidos y Corea del Norte.

¿Quiénes son los protagonistas de estas elecciones?

Lee Jae-myung, líder del Partido Democrático (liberal), es el favorito indiscutido. Según las encuestas de Gallup Korea publicadas la semana pasada, entre el 46% y 49% de los encuestados lo eligieron como su candidato preferido, casi una docena de puntos por encima de su principal rival, Kim Moon Soo, con apenas entre 35% y 37%.

El impulsor de la destitución de Yoon y férreo crítico del conservadurismo surcoreano promete castigar a quienes participaron en el decreto de ley marcial. Sin embargo, su retórica firme ha generado preocupación entre sus detractores, quienes temen una politización de la justicia y una mayor polarización.

Desde el otro lado, Kim Moon Soo, exministro de Trabajo bajo Yoon y actual representante del conservador Partido del Poder Popular, ha tenido dificultades para desprenderse de su cercanía con el expresidente, lo cual ha erosionado su apoyo entre los votantes más moderados.

Otros cuatro candidatos están en liza, destacando Lee Jun-seok, del pequeño Nuevo Partido Reformista, quien se ha negado a unificar candidaturas conservadoras, lo que podría fragmentar aún más ese espectro electoral.

Campaña polémica: ataques personales y pocas propuestas

La campaña ha sido descrita por numerosos periodistas políticos como una de las más sucias en la historia reciente del país. A falta de programas concretos o planes a largo plazo, los candidatos han preferido el camino del ataque personal.

  • Lee llamó a Kim “el avatar de Yoon Suk Yeol”, mientras que Kim se refirió a Lee como un “augurio de una dictadura monstruosa”.
  • Lee Jun-seok fue duramente criticado por sus declaraciones gráficas y ofensivas relacionadas con el hijo de Lee Jae-myung, exacerbando un ambiente político ya enrarecido.

Asuntos tradicionalmente centrales como el programa nuclear de Corea del Norte o las tensiones comerciales con EE.UU. han sido apenas esbozados, lo cual evidencia que el espíritu revanchista y la lógica “ellos contra nosotros” dominan actualmente la narrativa electoral.

Críticas desde la moderación

Una parte del electorado surcoreano muestra signos de fatiga política. El profesor Kim Sung-min, politólogo de la Universidad de Seúl, comentó en KBS News: “Se esperaba que esta elección fuera una oportunidad para sanar, pero ha devenido en una batalla sin cuartel donde la reconciliación se percibe como traición”.

El desafío del próximo presidente ante Donald Trump

Quien asuma el poder deberá gestionar relaciones nada fáciles con Estados Unidos. La administración saliente buscaba cerrar a toda prisa un acuerdo antes del 9 de julio para evitar tarifas del 25% sobre productos surcoreanos, impuestas por el énfasis de Donald Trump en políticas proteccionistas como parte de su política “America First”.

El resultado de una apelación estadounidense cuestionando la autoridad de Trump para imponer esos aranceles todavía está en el aire, lo que genera incertidumbre comercial. Lee ha criticado las negociaciones apresuradas, mientras que Kim ha prometido reunirse con Trump a la brevedad para resolver esta cuestión.

El eterno dilema norcoreano

Corea del Norte, tradicionalmente un tema crucial en elecciones pasadas, ha quedado esta vez en segundo plano. Pero no por falta de relevancia: el régimen de Kim Jong Un ha avanzado en su arsenal nuclear y ha estrechado lazos con Rusia.

  • Lee Jae-myung ha mostrado apertura a un posible diálogo, pero ha sido realista al admitir que no habrá pronto una cumbre con el líder norcoreano.
  • Kim Moon Soo apuesta por fortalecer la respuesta militar surcoreana y apuntalar aún más la alianza con EE.UU., en la línea dura del gobierno anterior.

Ambos parecen coincidir en que la desnuclearización del norte no es viable en el corto plazo. La pregunta sigue siendo cómo evitar una escalada mientras se mantiene la posición de defensa.

Un país fracturado

El verdadero reto quizás no esté afuera, sino adentro. Según datos del Instituto surcoreano de Estadísticas Sociales, más del 45% de los encuestados siente que el país se encuentra "profundamente dividido políticamente".

Durante las semanas posteriores al decreto de ley marcial, millones salieron a las calles para apoyar o condenar a Yoon. A su vez, el expresidente impulsó teorías conspirativas sobre fraude electoral, similar al movimiento “Stop the Steal” visto en EE.UU. tras la derrota electoral de Trump en 2020.

Lee ha prometido no buscar “venganza política” si resulta electo, aunque expertos y críticos sugieren que las investigaciones sobre Yoon podrían ser utilizadas como excusa para marginar a la oposición.

Yoon Suk Yeol, ¿símbolo o advertencia?

Su destitución representa un caso excepcional en la democracia surcoreana. A diferencia de Park Geun-hye, la ex presidenta encarcelada por corrupción en 2017, Yoon enfrenta cargos de rebelión, que podrían derivar en penas muy severas, incluso cadena perpetua e, hipotéticamente, la pena de muerte.

Este episodio podría sentar un precedente para futuros mandatarios y redefine el debate sobre los límites del poder ejecutivo en un país donde la Constitución buscaba, justamente, evitar que el trauma de dictaduras pasadas se repitiera.

Un cambio de guardia instantáneo

En una anomalía institucional, el ganador será juramentado el miércoles inmediatamente posterior a las elecciones, sin el tradicional periodo de transición de dos meses. Esto implica asumir responsabilidades económicas, diplomáticas y sociales en un contexto de urgencia e incertidumbre.

Con el telón de fondo de una democracia joven pero sólida, Corea del Sur podría estar a punto de redefinir todo un modelo político.

¿Representa Lee una oportunidad para una reforma de fondo, o se convertirá en un líder polarizante en espejo de su antecesor? ¿Logrará Kim convencer al país de que la moderación aún tiene sentido? Esas son las preguntas que decidirán buena parte del futuro de Asia.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press