Elecciones presidenciales en Polonia: ¿Giro liberal o consolidación populista?

El país europeo enfrenta una encrucijada ideológica entre proeuropeísmo y nacionalismo conservador en unas reñidas elecciones

Este domingo, Polonia celebrará una segunda vuelta electoral presidencial que definirá no solo quién ocupará el Palacio Presidencial, sino también el rumbo ideológico del país: ¿se mantendrá en la senda del nacionalismo conservador o avanzará hacia una orientación más liberal y proeuropea? La elección entre dos candidatos antagónicos ha despertado una atención considerable dentro y fuera del país. Y no es para menos: lo que está en juego va más allá de las fronteras polacas.

¿Quiénes son los candidatos en esta decisiva votación?

Por un lado está Rafał Trzaskowski, actual alcalde de Varsovia y figura prominente del partido Plataforma Cívica (PO). Con 53 años, Trzaskowski se ha posicionado como una figura reformista y pro-Unión Europea, reconocida por su gestión moderna en la capital polaca, basada en la mejora de infraestructuras, transporte público y espacios culturales.

En la otra esquina se encuentra Karol Nawrocki, un historiador de 42 años sin experiencia política previa, postulado por el partido conservador Ley y Justicia (PiS, por sus siglas en polaco). Nawrocki se presenta como un defensor de los valores tradicionales polacos y ha sido respaldado explícitamente por figuras como Donald Trump y el primer ministro húngaro Viktor Orbán.

Una elección que podría cambiar el equilibrio de poder

El resultado de esta elección no solo determinará la Presidencia de Polonia, sino también la capacidad del gobierno centrista del primer ministro Donald Tusk para implementar su agenda. El presidente tiene poder de veto sobre leyes, lo cual podría facilitar o bloquear reformas clave en materia de justicia, derechos sociales y política exterior.

Trzaskowski, aliado de Tusk, representa la posibilidad de una mayor fluidez en la política interna. Nawrocki, en cambio, representa el contrapeso conservador que podría obstaculizar iniciativas liberales, particularmente aquellas en materia de derechos civiles, migración o relaciones exteriores.

¿La batalla ideológica del siglo XXI?

Según varios analistas, esta elección presidencial se enmarca dentro de una guerra ideológica de carácter global. Polonia no se encuentra aislada: líderes y fuerzas políticas de Estados Unidos y Europa ven este duelo como un microcosmos de la lucha entre democracias liberales y movimientos populistas conservadores. De hecho, medios polacos y europeos han comparado el contexto político actual con el auge del trumpismo y el fenómeno Orbán en Europa Central.

Incluso Donald Trump expresó públicamente su apoyo a Nawrocki, al considerar que fortalecería las relaciones bilaterales. En contraste, Trzaskowski ha sido respaldado por líderes como el presidente centrista de Rumanía, Nicusor Dan, quien recientemente venció a una candidatura ultranacionalista.

Resultados inciertos y un clima impredecible

En la primera vuelta celebrada el 18 de mayo, Trzaskowski sorprendió como el más votado con algo más del 31% de los sufragios, seguido de cerca por Nawrocki, que obtuvo casi un 30%. Los once restantes candidatos fueron descartados, dejando claro que el escenario se polariza en este cara a cara.

Las encuestas dan cifras muy ajustadas, dentro del margen de error. Un fenómeno adicional que podría inclinar la balanza es la participación de la diáspora polaca, que históricamente vota en masa por opciones más cercanas al centro político o la izquierda liberal. En esta ocasión, se han registrado cifras récord de ciudadanos polacos en el extranjero dispuestos a votar.

Temas clave que definen esta elección

Este no es un simple enfrentamiento de personalidades, sino que se juega sobre ejes ideológicos y problemáticas concretas:

  • Seguridad y guerra en Ucrania: Ambas candidaturas apoyan a Ucrania ante la invasión rusa, aunque con matices distintos. Nawrocki se opone a que Ucrania se una a la OTAN. Trzaskowski, por el contrario, piensa que debería permitirse su ingreso una vez finalizada la guerra.
  • Estado de derecho: Trzaskowski pretende restaurar la independencia judicial, debilitada durante los años del PiS. Nawrocki probablemente consolidaría esas reformas conservadoras, que han sido criticadas por la Unión Europea como regresivas.
  • Derechos de las mujeres: Tras la casi total prohibición del aborto bajo el gobierno del PiS, Trzaskowski ha prometido legalizarlo hasta las 12 semanas. Nawrocki se opone frontalmente a cualquier tipo de flexibilización.

Karol Nawrocki: popularidad sin experiencia y escándalos por resolver

A Nawrocki, pese a no ser miembro del partido PiS, se le ha considerado una carta renovadora. Tiene una imagen de outsider en un momento donde la política tradicional es vista con escepticismo. Sin embargo, su nombre ha estado vinculado a controversias que, lejos de perjudicarlo, parecen reforzar su posicionamiento ante su base electoral.

Entre las revelaciones más llamativas están su participación en una pelea organizada con hooligans del fútbol en 2009 –él mismo lo admitió bajo la frase «batalla noble masculina»–, así como informes periodísticos de presuntos nexos con mafias y redes de prostitución. El primer ministro Donald Tusk ha sido tajante, acusando a Jarosław Kaczyński, líder del PiS, de haberlo elegido a sabiendas de sus antecedentes.

“Sabías todo, Jarosław. Sobre los vínculos con mafiosos, sobre ‘arreglar chicas’. La responsabilidad de este desastre cae completamente sobre ti”, escribió Tusk en su cuenta de X.

En cualquier campaña política, estos escándalos habrían sido motivo de renuncia o hundimiento electoral. Pero en el contexto actual, muchos de sus votantes los descartan como ataques mediáticos o parte de una conspiración liberal.

El precedente de 2020 y la revancha de Trzaskowski

Trzaskowski no es nuevo en las lides presidenciales. En el año 2020 perdió por escaso margen frente al ahora saliente presidente Duda. Cuatro años después, busca revertir aquel resultado con una campaña más robusta, apelando a la unidad, la modernización y el regreso de Polonia como actor comprometido con la UE y los valores democráticos.

Durante su gestión como alcalde, transformó Varsovia en una capital moderna con una red de transporte público elogiada por organismos europeos, y reforzó programas de inclusión social y sostenibilidad urbana. Es, para muchos votantes del centro político, un símbolo de competencia administrativa con visión europea.

Respaldo internacional con una visión opuesta

Mientras Nawrocki cosecha apoyos de la derecha global, Trzaskowski es visto como una esperanza democrática por muchos líderes liberales europeos. El Partido Popular Europeo, al que pertenece Plataforma Cívica, ha expresado su respaldo a una Polonia renovada y comprometida con el Estado de derecho.

Este respaldo internacional reviste especial importancia no solo por las relaciones bilaterales, sino por el papel de Polonia en organismos como la UE y la OTAN. No en vano, el país es uno de los más expuestos geopolíticamente ante la amenaza rusa, y cualquier cambio en su postura puede tener repercusiones a nivel continental.

Lo que viene: posibles escenarios

Con los comicios a punto de celebrarse, las posibilidades siguen abiertas. Ipsos publicará su exit poll al cierre de los centros de votación (21:00 hora local), pero los resultados oficiales podrían conocerse al día siguiente.

En lo inmediato, la elección determinará si el Parlamento dominado por el centro-liberal podrá avanzar reformas fundamentales o si enfrentará años de bloqueo institucional. A largo plazo, consolidará o desafiará el papel de Polonia como actor clave suyo de la lucha global entre democracia liberal y autoritarismos populistas.

El campo de batalla, esta vez, es Varsovia. Pero el eco de esta decisión se sentirá en toda Europa.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press