El caos del hambre en Gaza: distribución de alimentos bajo fuego y desesperación

Miles de palestinos enfrentan el hambre y la violencia en los nuevos centros de ayuda gestionados por una fundación respaldada por EE.UU. e Israel, mientras estalla una crisis humanitaria sin precedentes

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Una carrera contra el hambre y el miedo

Shehada Hijazi salió a las cinco de la mañana para caminar siete kilómetros hasta un nuevo centro de distribución de alimentos en Rafah, en el extremo sur de la Franja de Gaza. Él, como miles más, tenía una sola esperanza: conseguir comida para su familia desplazada, compuesta por más de 200 personas. Sin embargo, al llegar, se enfrentó a una escena de caos y desesperación.

La Gaza Humanitarian Foundation (GHF), una organización financiada por EE.UU. y aprobada por Israel, ha comenzado a operar centros de asistencia para repartir comida, sustituyendo gradualmente al sistema de distribución de la ONU. Pero las escenas que se repiten en sus instalaciones son más propias de una película de supervivencia que de una operación humanitaria.

Fuego, estampidas y miedo

Según testigos como Hijazi, cuando se abren las puertas de los centros, la multitud se agolpa de manera caótica. “El fuego era muy intenso... La arena saltaba a nuestro alrededor”, relató, en referencia a los disparos efectuados por soldados israelíes para controlar la multitud. Su primo fue herido de bala en el pie y ambos huyeron del lugar sin comida.

Esta distribución caótica ha resultado en al menos seis muertos y más de 50 heridos, según el Dr. Ahmmed al-Farrah del hospital Nassir en Khan Younis. El ejército israelí admitió que realizó disparos en otra ubicación diferente para proteger a sus tropas.

El nuevo modelo humanitario bajo sospecha

Israel ha promovido el modelo de distribución gestionado por GHF argumentando que evita que Hamas desvíe los suministros, aunque no ha presentado evidencia concreta. GHF, por su parte, ha negado que se hayan dado tiroteos en sus centros y asegura haber distribuido cajas suficientes para más de 2 millones de comidas en su primera semana.

Las cajas contienen productos básicos como arroz, azúcar, lentejas y pasta, pero muchos testigos aseguran que hay personas que acaparan varios paquetes para revenderlos en el mercado negro, elevando los precios a niveles inaccesibles para la mayoría.

“Esta farsa y humillación están diseñadas”, denunció Hijazi, indignado por la falta de organización y control del nuevo sistema.

El rechazo de las organizaciones humanitarias

La ONU y otras agencias de ayuda han boicoteado el sistema GHF, alegando que pone la ayuda en manos del ejército israelí, que ha restringido severamente el ingreso de suministros humanitarios.

A diferencia de GHF, la ONU gestiona cientos de puntos de distribución utilizando cupones para evitar grandes aglomeraciones y garantizar una entrega equitativa. Cuando el flujo de ayuda disminuye —a menudo por restricciones militares—, algunos almacenes han sido saqueados, pero, según la ONU, estos episodios son poco comunes si el suministro es constante.

Un bloqueo con consecuencias devastadoras

Después de tres meses de bloqueo casi total, la situación alimentaria en Gaza es crítica. Israel ha permitido el ingreso de casi 1,000 camiones en 12 días, cifra muy inferior a los cientos diarios que ingresaban en tiempos normales. Naciones Unidas describe este ingreso de alimentos como un goteo para una población que ya cruzó los umbrales de hambre catastrófica.

¿Estamos ante una hambruna?

Según la Clasificación Integrada de Seguridad Alimentaria (IPC), una hambruna se declara cuando:

  • El 20% de los hogares enfrenta una falta extrema de alimentos.
  • El 30% de los niños sufre desnutrición aguda.
  • Dos adultos o cuatro niños por cada 10,000 mueren diariamente por hambre.

Gaza parece cumplir al menos dos de estos criterios, pero la imposibilidad de obtener datos confiables impide una declaración formal. La ONU advierte: uno de los grandes problemas es que no se necesita una declaración oficial para que exista una hambruna; si los datos lo indican, “entonces es una hambruna”, dijo Jens Laerke, portavoz de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios.

¿Qué sucede cuando se declara una hambruna?

En teoría, se activan mecanismos de emergencia para liberar fondos y ayuda. Sin embargo, en Gaza, la capacidad logística, la inseguridad y la fragmentación del sistema de distribución impiden una respuesta eficaz.

No hay un gran fondo del cual tirar”, afirmó Laerke, admitiendo que muchas veces la comunidad internacional responde tarde o de forma insuficiente. “Es como construir el camión de bomberos mientras el incendio ya está arrasando la ciudad.”

La tragedia detrás de los números

Detrás de cada camión, cada caja y cada disparo, hay historias humanas de sufrimiento intolerable. Hijazi resume el sentimiento de toda una población atrapada entre las balas y el hambre: “La gente está dispuesta a comerse entre ellos por alimentar a sus familias. ¡Es una tragedia inimaginable!”

Mientras tanto, miles siguen desplazados, luchando no solo contra el hambre, sino contra un sistema que parece haberlos abandonado. La ayuda humanitaria, que debería representar alivio, se ha convertido en otro campo de batalla.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press