Carlo Ancelotti, el hombre que tiene que devolverle la gloria mundial a Brasil

El entrenador más laureado de Europa asume el reto de conquistar un Mundial después de 24 años de sequía para la Canarinha, empezando por dejar fuera a Neymar

Un nuevo comienzo para la selección más laureada del mundo

Brasil ha vivido muchas eras doradas en el fútbol, pero también ha experimentado sequías que han desatado profundas reflexiones. La más reciente: no levantar una Copa del Mundo desde 2002. Para romper esa racha de 24 años sin título mundial, la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) ha apostado por algo que no había hecho en más de un siglo: contratar a un entrenador extranjero a tiempo completo. Ese hombre es nada menos que Carlo Ancelotti.

Desde 1925, Brasil no tenía un seleccionador extranjero oficial (el último fue Ramón Platero, uruguayo, y solo duró dos partidos). Hoy, en pleno 2025, Ancelotti es el encargado de liderar el proyecto que debe culminar con la conquista del Mundial 2026 en Estados Unidos, Canadá y México. Un reto mayúsculo, incluso para uno de los técnicos más exitosos en la historia del balompié.

Una carta de presentación inigualable

¿Por qué Ancelotti? La respuesta se resume en cifras. El técnico italiano de 65 años ha ganado cinco Champions League (dos con el Milan, tres con el Real Madrid), ligas en cinco países distintos (Italia, Inglaterra, Francia, Alemania y España) y más de 25 títulos en total. Es un líder sereno, pragmático y astuto. La experiencia no le falta, y su habilidad para gestionar vestuarios llenos de egos es legendaria.

“Después de 40 años en el fútbol todavía no sé exactamente qué hace que un equipo gane, pero sí sé que los jugadores deben estar cómodos en el campo”, declaró Ancelotti en su primera rueda de prensa oficial como seleccionador brasileño.

Neymar fuera, Vinícius dentro

El primer bombazo de Ancelotti fue dejar fuera de su primera convocatoria a Neymar Jr., argumentando que el delantero de 32 años todavía no está físicamente al 100% tras su reciente recuperación de una lesión muscular.

“En el caso específico de Neymar, contamos con él. Pero necesita más tiempo. Hablé con él esta mañana, lo entiende perfectamente”, confirmó el italiano.

Aunque su ausencia fue justificada, muchos vieron en la decisión una señal clara del nuevo rumbo: nadie tiene su puesto asegurado, y el proyecto apunta a rejuvenecer el equipo.

En cambio, figuras como Vinícius Júnior (del Real Madrid) ocuparán un rol vital. Si bien en el club brilla, en la selección ha recibido críticas por no replicar ese nivel. Para Ancelotti, esto cambiará.

“Estoy totalmente convencido de que Vinícius mostrará su mejor versión en la selección. Como el del Madrid... pero no el de este año, el del año pasado”, bromeó Ancelotti ante 200 periodistas en Río de Janeiro.

Casemiro y el regreso de los líderes silenciosos

Otra decisión significativa fue el regreso de Casemiro, quien llevaba casi año y medio fuera de la selección. Pese a un año irregular en el Manchester United, su perfil encaja con lo que Ancelotti demanda: carácter, sacrificio y liderazgo silencioso.

“El equipo necesita jugadores con personalidad y compromiso. Casemiro tiene todo eso. No solo se trata de talento, también de postura. Eso es clave para preparar el Mundial”, subrayó el técnico.

Una misión con presión histórica

Brasil ha ganado más Copas del Mundo que nadie: cinco en total. Pero también acumula fracasos recientes, como las eliminaciones en cuartos de final en 2018 (ante Bélgica) y en 2022 (ante Croacia), además del 1-7 ante Alemania en 2014 que todavía duele en la memoria colectiva.

Con la llegada de Ancelotti se espera no solo un cambio de estilo, sino de mentalidad. No se busca solo competir, sino ganar. Por eso, dos leyendas lo recibieron en su debut: Luiz Felipe Scolari (campeón en 2002) y Carlos Alberto Parreira (1994), quienes le ofrecieron su respaldo total.

“Solo sé tú mismo, como siempre lo has sido, y ganarás con Brasil. Te apoyamos todos”, le dijo Felipão entregándole una chaqueta de la selección.

Un pentagrama de presión: historia, afición, talento, expectativas y estilo

Entrenar a Brasil no es como dirigir un club en Europa. Hay una carga emocional, una historia que exige excelencia y un aficionado que espera samba y goles. Aunque Ancelotti es conocido por sus sistemas flexibles, su reto será combinar ese enfoque táctico europeo con la identidad futbolística brasileña.

De sobra sabe que no bastará con ganar. Se espera que su Brasil encante, seduzca, emocione. Y eso no es sencilla tarea. En palabras del propio Ancelotti:

“Sé que la sociedad brasileña espera una Copa que no llega desde hace 24 años. ¡Qué desafío tan grande!”

En cuanto a estilo de juego, el italiano ha repetido que no pretende imponer un sistema único, sino adaptarse a las virtudes del plantel. Con delanteros como Rodrygo, Raphinha o Endrick, y figuras emergentes como João Gomes y Bruno Guimarães, el abanico de opciones es amplio.

Un grupo de Eliminatorias asequible, pero decisivo

La primera prueba de fuego le llegará en junio y julio con los partidos clasificatorios frente a Ecuador y Paraguay. Brasil nunca ha faltado a un Mundial, pero el inicio marca el tono. El objetivo inmediato no es solo ganar, sino reconectar con la afición, disipar las dudas y mostrar que hay un plan en marcha.

Hasta el Mundial, hay muchos escalones: Eliminatorias, Copa América 2026, fechas FIFA. Cada una será una prueba para Ancelotti. Y cada derrota, una lupa sobre su gestión.

¿Una revolución silenciosa?

Muchos esperaban que Ancelotti trajera consigo una revolución. En cambio, parece que optará por una evolución medida. El equipo todavía cuenta con veteranos como Alisson, Marquinhos o Danilo, pero se abre el camino de una nueva generación.

Puede que no lo veamos bailando samba, pero su enfoque puede devolver la sensatez táctica que la Canarinha necesita. Tal vez, el secreto no esté en imitar a Telê Santana o a Zagallo, sino en encontrar una versión actualizada del jogo bonito, aliada con orden y disciplina.

Un técnico europeo, una nación ansiosa, una promesa en camino

Carlo Ancelotti nunca había entrenado una selección. Lo ha ganado todo a nivel de clubes, pero ahora se enfrenta al desafío más emocionante de su carrera. A veces, los títulos no se ganan en los banquillos de clubes multimillonarios, sino en los corazones de un país que sueña despierto.

Brasil quiere volver a ser rey. Y Ancelotti tiene la corona en mente.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press