Red Sox al límite: La lesión de Bregman y el dilema de Devers ponen en jaque al infield de Boston

Con Bregman lesionado y Devers brillando como DH, los Red Sox enfrentan una crisis en la tercera base que podría alterar sus aspiraciones en la temporada 2025

Un panorama inesperado para Boston

Los Boston Red Sox están ante una encrucijada crítica en 2025. La reciente lesión de su tercera base titular, Alex Bregman, ha encendido todas las alarmas en Fenway Park. Si bien el equipo venía sorteando con relativo éxito la ausencia de Triston Casas, su primera base lesionado de forma definitiva, la situación de Bregman podría desatar una crisis de profundidad en el infield difícil de superar. Durante el primer juego de una doble cartelera contra los Baltimore Orioles, Bregman se resintió del cuádriceps derecho y tuvo que abandonar el partido. En conferencia de prensa, el mánager Alex Cora fue claro: "Está adolorido. Se hará una resonancia magnética. Él dice que se siente peor de lo que pensaba". Si bien Cora no quiso anticipar una posible inclusión de Bregman en la lista de lesionados (IL), no descartó esa posibilidad: "No quiero adelantarme, pero sí, es posible".

¿Quién ocupará la tercera base?

La pregunta lógica es: si Bregman no puede jugar, ¿quién ocupará la tercera base? Muchos pensaron de inmediato en Rafael Devers, quien durante ocho temporadas defendió la esquina caliente para los Red Sox antes de convertirse en bateador designado (DH) a tiempo completo este año. Sin embargo, Cora descartó a Devers… al menos por ahora. "Tomamos una decisión en la temporada baja y hemos sido consistentes con eso", dijo el estratega. Devers, quien firmó una extensión de contrato importante en 2023 y tiene experiencia en la tercera base, ha sido una máquina ofensiva desde que se instaló como DH. Actualmente batea para .299, con 12 cuadrangulares y 47 carreras impulsadas, lo que lo posiciona como uno de los mejores bateadores designados de la liga.

El valor ofensivo de Devers y el dilema defensivo

No es casualidad que Cora no quiera mover a Devers. En palabras del propio mánager: "Si sigue así, va a estar en el Juego de Estrellas como DH y ganará un Silver Slugger como designado". El enfoque del cuerpo técnico ha sido priorizar la productividad ofensiva del equipo, especialmente ante la baja de un bate importante como el de Triston Casas. Pero este enfoque presenta un dilema táctico. Cambiar a Devers de nuevo a la tercera base podría debilitar su rendimiento ofensivo o exponerlo a nuevas lesiones. Además, el propio jugador ha sido tajante: a principios de mes se negó a moverse incluso a la primera base, dejando en claro que su rol actual es el más cómodo para él en este momento de su carrera.

Bregman: ¿piedra angular o error estratégico?

La adquisición de Bregman fue una de las más comentadas de la temporada baja. El veterano tercera base, dos veces All-Star, firmó un contrato de tres años por 120 millones de dólares con Boston y fue inmediatamente insertado como reemplazo natural de Devers en la defensa. Sin embargo, su 2025 ha sido irregular. Antes de su lesión, Bregman no había terminado de encajar en la alineación. A pesar de su experiencia, su nivel ofensivo estaba por debajo de las expectativas, y su presencia obligó a reconfigurar el orden defensivo y ofensivo de una manera que ahora, tras su posible baja, comienza a parecer un movimiento discutible. ¿Acaso valía la pena mover a Devers por alguien cuyo rendimiento todavía es una incógnita?

El vacío dejado por Casas y las apuestas fallidas

La situación actual se agrava cuando se recuerda la baja definitiva del inicialista Triston Casas. El talentoso jugador sufrió la ruptura de un tendón en la rodilla izquierda, lo que lo marginó por el resto del año. Esta pérdida fue ya un golpe duro para la ofensiva de los Red Sox, que ahora enfrenta otro desafío con la posible salida temporal de Bregman. Las opciones en ligas menores existen, pero como bien dijo Cora, "la construcción del roster entra en juego". Promocionar a un jugador desde AAA sin preparación específica o experiencia prolongada en MLB no solo es un riesgo, sino que podría producir más preguntas que respuestas. La idea actual es "mezclar y combinar", según el mánager. Pero esta falta de claridad en la planificación táctica refleja una deficiencia preocupante en la estructura deportiva del equipo.

La situación de Cannon abre una ventana en el sur

Mientras Boston enfrenta esta crisis interna, en Chicago ocurre otro caso que resuena por las similitudes: Jonathan Cannon fue apartado de su apertura contra los Texas Rangers por una rigidez en la parte inferior de la espalda. Cannon, un joven de 24 años y tercera ronda del Draft 2022, venía consolidándose en la rotación de los White Sox con una ERA de 3.76. Su baja obligó al equipo a reestructurar su rotación utilizando a Bryse Wilson, quien no ofrecía garantías (con ERA de 6.00). Ambos casos muestran cómo las lesiones pueden desestabilizar completamente la estructura de un equipo, en especial cuando jugadores clave están involucrados. Pero a diferencia de los White Sox, quienes se encuentran en un proceso de reconstrucción, Boston pretende competir por el título divisional, lo cual vuelve aún más costosa la pérdida de figuras como Bregman o Casas.

Estadísticas que definen el presente

Veamos algunos datos duros:
  • Rafael Devers: .299 de promedio, 12 HR, 47 RBI, OPS de .930
  • Alex Bregman: .251 de promedio, 6 HR, 34 RBI, OPS de .782
  • Desde su debut como DH en abril, Devers subió su promedio de bateo en 48 puntos
  • Boston ocupa el puesto 18 en carreras producidas en la MLB (al 23 de mayo): 198
El equipo necesita bateo. Y tiene en Devers la principal chispa ofensiva. Esto explica en gran parte por qué cambiarlo de posición sería, al menos de momento, desproporcionado respecto al riesgo que implica.

¿Y qué pasa con las decisiones de offseason?

Los movimientos de temporada baja son ahora motivo de debate. El contrato millonario a Bregman desplazó a uno de los íconos más productivos del equipo a un rol secundario —defensivamente hablando—. Si bien en lo ofensivo esto ha resultado en el mejor rendimiento de Devers en años, el precio ha sido quedarse sin un plan B confiable para la tercera base. Incluso existía la posibilidad de reforzar desde las menores o conseguir un utility de calidad. Pero los Red Sox prefirieron confiar en su estructura y gastar grande en Bregman. Esta decisión, hoy, parece comprometer la estabilidad del infield y provocar decisiones forzadas.

Lo que viene para los Red Sox

El calendario inmediato es exigente. Serie contra Orioles, después Tampa Bay —cuyo calendario también fue modificado recientemente para no coincidir con partidos de la NFL— y luego se enfrentarán a los Yankees. En este tramo, sin Bregman ni Casas, la ofensiva tendrá que reinventarse. Cora lo sabe: "Vamos a estar bien. Obviamente, él (Bregman) es una parte importante de nuestra ofensiva. Pero estamos preparados para encontrar otras maneras de generar carreras". Pero la frase, aunque esperanzadora, no esconde el desafío operativo del equipo. Mezclar y adaptar puede funcionar por unos días. Pero mantener esa estrategia durante semanas, sin contar con un plan más estructurado (como un reemplazo de calidad desde AAA o un movimiento en el mercado de cambios), podría llevar al equipo a perder terreno en lo más competitivo de la campaña.

¿Es momento de mover a Devers?

Alex Cora aún no cierra la puerta. Al hablar sobre una posible vuelta defensiva de Devers, dijo: "Seguiremos hablando. No diré que la puerta está cerrada". Aunque en el pasado Devers tuvo sus problemas defensivos, también ofreció cierta estabilidad que en la actualidad el equipo extraña tremendamente. Lo irónico del caso es que, en su mejor momento ofensivo, Devers podría terminar siendo la solución de emergencia para mitigar la pérdida de Bregman. Pero ¿vale la pena ese sacrificio ofensivo por un ajuste temporal? Es una decisión que deberá sopesarse en los próximos días.

Un futuro incierto con presión inmediata

Los Red Sox están jugando con una vara de doble filo. Si Bregman va a la IL —como todo parece indicar—, tendrán que decidir si forzar a Devers a cambiar de rol o impulsar a un jugador novato a una situación en la que puede no estar preparado. Las consecuencias deportivas y contractuales de ambas decisiones podrían ser significativas. Por ahora, la realidad es clara: Boston enfrenta una situación de profundidad complicada, agravada por el bajo rendimiento de algunos refuerzos, lesiones sensibles y una toma de decisiones que mezcla el pragmatismo con el riesgo. Como dice el refrán, en el béisbol las temporadas no se ganan en abril o mayo… pero sí se pueden perder.
Este artículo fue redactado con información de Associated Press