Gaza: La crisis humanitaria que pone en jaque la ética internacional

Israel cede parcialmente el control de ayuda humanitaria en Gaza mientras aumentan las muertes, el hambre y la presión internacional

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Una crisis sin precedentes que no da tregua

Desde el comienzo del conflicto en Gaza el 7 de octubre de 2023, la región ha sido escenario de una tragedia humanitaria de proporciones alarmantes. Más de 53,900 palestinos han muerto, una cifra que, según el Ministerio de Salud de Gaza, incluye en su mayoría a mujeres y niños. En paralelo, más de 2.3 millones de personas viven bajo una amenaza constante de hambre, enfermedad y desplazamiento forzoso.

En medio de esta catástrofe, las políticas implementadas por el gobierno israelí en torno al acceso y distribución de ayuda humanitaria han sido duramente criticadas por la comunidad internacional. Sin embargo, nuevos indicios sugieren que Israel parece estar reconsiderando su enfoque sobre el control de las ayudas, especialmente en lo referido a los suministros no alimentarios.

GHF: La nueva fundación que busca gestionar el caos

Una carta fechada el 22 de mayo y dirigida al organismo militar israelí COGAT, escrita por Jake Wood, presidente de la nueva Fundación Humanitaria de Gaza (GHF, por sus siglas en inglés), reveló un posible nuevo plan. Según el documento, Israel permitiría que las agencias humanitarias continúen distribuyendo ayuda no alimentaria (como medicinas, artículos de higiene y materiales para refugios) bajo el sistema actual encabezado por Naciones Unidas. La distribución de comida, por otro lado, será controlada por la nueva fundación con respaldo estadounidense.

El GHF, que aún no está operativo completamente en Gaza, está conformado por contratistas de seguridad, exoficiales militares y expertos en ayuda humanitaria. Se planea que comience a operar desde pocos centros en el sur y centro del enclave, progresivamente expandiéndose al norte. Lo preocupante: estas entregas estarán escoltadas por personal armado, una metodología controversial en terreno humanitario.

Críticas y preocupaciones: ¿una ayuda realmente neutral?

El argumento oficial de Israel es que Hamas desvía la ayuda para su propio beneficio, algo negado constantemente por la ONU y las principales ONG humanitarias. Las Naciones Unidas rechazaron este nuevo enfoque israelí, alegando que permitiría a Israel usar los alimentos como arma de guerra. La misma posición comparten organizaciones como Project HOPE, Save the Children y Mercy Corps.

"La entrega de medicinas y otros productos no alimentarios bajo el sistema actual es una señal positiva, pero pedimos que los alimentos también lleguen sin obstrucciones ni politización", expresó Rabih Torbay, presidente de Project HOPE.

Otra crítica proviene del International Crisis Group. Mairav Zonszein, su analista principal para Israel, dijo que la carta demuestra que tanto GHF como Israel son plenamente conscientes del desastre humanitario: "Están improvisando una estructura que ni está preparada ni es apropiada para las necesidades del pueblo gazatí".

La dura realidad: hambre, muerte y desplazamientos masivos

El bloqueo impuesto por Israel ha impedido la entrada regular de alimentos, combustible y medicamentos por cerca de tres meses. Esto ha acrecentado el riesgo de hambruna en Gaza, como lo alertan numerosos expertos en seguridad alimentaria. Imágenes de palestinos peleando por un plato de comida en cocinas comunitarias se han vuelto comunes. Estas cocinas, que alguna vez fueron abundantes, son cada vez más escasas.

En solo un día, el Ministerio de Salud de Gaza reportó la llegada de 79 cadáveres a los hospitales, víctimas de los bombardeos israelíes. En uno de los ataques más dramáticos, el hogar de una pediatra ardió en llamas en Khan Younis. De sus diez hijos, nueve murieron. Su esposo está gravemente herido y el único hijo sobreviviente, de 11 años, lucha por su vida en estado crítico.

Los números detrás de la catástrofe

  • 53,901 muertos desde el inicio del conflicto, según el Ministerio de Salud de Gaza.
  • 1,200 muertos en Israel por el ataque inicial de Hamas, incluyendo civiles.
  • 251 personas fueron secuestradas por Hamas; menos de la mitad permanecerían con vida según estimaciones israelíes.
  • 600 camiones diarios de ayuda entraban a Gaza antes del bloqueo. Tras la reapertura parcial, solo una pequeña fracción ha logrado llegar.

¿Ayuda o desplazamiento forzado?

Organizaciones humanitarias también han denunciado que los centros de distribución gestionados por GHF obligarán indirectamente a miles de palestinos a desplazarse hacia estas zonas, para recibir lo mínimo necesario para sobrevivir. Esto puede provocar un efecto devastador, ya que muchas personas serán obligadas a abandonar sus hogares bajo presión humanitaria indirecta.

No ayuda el hecho de que no se haya revelado quién está financiando al GHF. Aunque aseguran que cuentan con compromisos por más de 100 millones de dólares de parte de un gobierno extranjero, se niegan a dar mayores detalles. Esta falta de transparencia ha disparado aún más las alarmas.

¿Dónde queda el papel de Israel?

Ahmed Bayram, portavoz para Medio Oriente del Consejo Noruego para los Refugiados, lo deja claro: "Israel es parte del conflicto y no debería controlar la distribución de ayuda". Mientras, TRIAL International ha anunciado acciones legales para exigir a las autoridades suizas que monitoreen las operaciones del GHF, ya que están registradas en Suiza.

El GHF ha defendido su actuar bajo principios humanitarios y afirma que aunque cuenta con seguridad armada, no se trata de una operación militar. Sin embargo, la percepción en Gaza es distinta: cualquier figura vinculada con actores armados genera temor y desconfianza.

Un sistema colapsado y una población al límite

El gobierno de Benjamin Netanyahu ha insistido en mantener la presión sobre Hamas, exigiendo la liberación de los rehenes remanentes y el desarme completo del grupo. Mientras tanto, las vidas civiles en Gaza siguen pagando el precio de esta contienda, librada también en el frente humanitario.

La comunidad internacional, incluyendo a los Estados Unidos, tradicional aliado israelí, ha comenzado a mostrar su incomodidad. Incluso Washington ha presionado para que se garantice al menos un mínimo flujo de ayuda, algo que ahora parece materializarse parcialmente con esta nueva política compartida por Israel y el GHF.

¿Replanteamiento real o maniobra diplomática?

Es probable que esta apertura a permitir que las ONG sigan distribuyendo parte de la ayuda no alimentaria sea más una estrategia de imagen internacional que una solución profunda. Lo cierto es que mientras pasan los días, la situación se agrava y los centros hospitalarios, refugios y cocinas comunitarias enfrentan el colapso total.

Con una población atrapada, siendo víctima de indiscriminados ataques aéreos, sin agua potable ni acceso estable a comida, Gaza se ha convertido en el escenario de una tragedia humanitaria de escala histórica. Las acciones diplomáticas por parte de Israel y sus socios, sean sinceras o no, llegan con retraso. Y para miles de gazatíes, quizás, demasiado tarde.

La comunidad internacional tendrá que decidir si es cómplice por omisión o si se convierte en agente de cambio. Mientras tanto, Gaza espera. Y muere.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press