El auge evangélico en Venezuela: una respuesta espiritual a la crisis
Cómo el crecimiento de iglesias evangélicas está transformando comunidades en Caracas y más allá, frente al colapso económico, la violencia y la necesidad de esperanza
Una fe que florece entre ruinas
En un país azotado por una crisis que no parece tener fin, la fe ha encontrado nuevos caminos para manifestarse. Las iglesias evangélicas en Venezuela están creciendo de manera silenciosa pero imparable. En medio del caos político, el colapso económico y el dominio de pandillas, miles de venezolanos han encontrado refugio, orientación y un nuevo propósito en comunidades lideradas por pastores como Fernanda Eglé y José Luis Villamizar, ambos con sede en Caracas.
Un llamado espiritual en tiempos desesperados
La historia de la pastora Eglé no comienza en una catedral con vitrales ni con sermones escritos a conciencia. Empieza con una pregunta peligrosa: ¿Puedo llevar mi arma al servicio? Un joven miembro de una banda delictiva le hizo esa inquietante consulta. Su respuesta —llenar el templo de personas rechazadas por la sociedad— se convirtió en un hito de valentía y fe.
“Fue arriesgado, pero era el plan de Dios. Él conoce los corazones de estas personas, su necesidad de cambio”, declaró Eglé. Su iglesia, llamada Resurrección, es ahora lugar de transformación para adictos, delincuentes y olvidados.
El perfil de la Venezuela evangélica
Venezuela no siempre fue tierra fértil para el movimiento evangélico. Tradicionalmente un país católico, los cambios sociales y económicos de las últimas décadas han abierto la puerta a nuevas expresiones de fe. Según cifras extraoficiales citadas por académicos como Enrique Alí González, hoy entre el 10% y el 12% de los venezolanos son evangélicos —una cifra aún pequeña, pero en claro ascenso comparado con datos anteriores.
El crecimiento evangélico en América Latina, incluyendo Venezuela, ha sido consistente durante los últimos 30 años. ¿Las razones? El debilitamiento de la Iglesia Católica, la falta de sacerdotes, y una estructura eclesial más horizontal y accesible en las iglesias evangélicas.
Estrategias pastorales: fe y ayuda práctica
Los pastores evangélicos están desempeñando múltiples roles. No sólo guían espiritualmente, sino que también son trabajadores sociales, médicos improvisados, psicólogos y hasta amigos. Muchos como Villamizar comenzaron durante la pandemia con predicaciones desde una ventana. Hoy están en las calles de Caracas, distribuyendo alimentos, medicinas, ropa, y esperanza.
Villamizar relata con orgullo cómo exsicarios abandonaron sus armas tras escuchar la palabra de Dios. Su congregación ayuda a estas personas a conseguir hospedaje temporal, empleo y una forma de reintegrarse a la sociedad. “Si no los ayudamos, volverán a vivir lo mismo”, afirma tajantemente.
¿Cómo impacta esto en el tejido social?
El sociólogo David Smilde de la Universidad de Tulane interpreta este movimiento como una herramienta de cohesión social. "La participación en iglesias evangélicas puede ofrecer fortaleza, enfoque y una red de apoyo mutuo", señala. Es decir, no es sólo espiritual: es estructural.
Algunas iglesias incluso organizan días de estética gratuitos, experiencias de entretenimiento, talleres financieros y campamentos para jóvenes vulnerables. Como lo describe Eglé: “Nos reímos, pintamos las uñas a las mujeres, hacemos cosas que les devuelven algo de dignidad”.
Relación con el poder: la oferta de Maduro
El presidente Nicolás Maduro, viendo el auge evangélico, se ha acercado a estas comunidades a través del programa “Mi iglesia bien equipada”. Aunque algunos líderes han aceptado apoyo gubernamental, muchos prefieren seguir caminos independientes. Es el caso de Villamizar: “Le ofrecieron ayuda, pero si la iglesia se enreda con la política, termina debiendo favores. Prefiero que Dios provea, y hasta ahora, no me ha fallado”.
A pesar de estos acercamientos, los analistas aseguran que la estrategia gubernamental no ha resultado en apoyo político significativo. Smilde señala: “El intento por movilizar evangélicos para fines electorales ha sido ampliamente sobreestimado en Venezuela”.
¿Qué buscan los fieles evangélicos?
Israel Guerra, fiel de una megaiglesia evangélica en Caracas, lo resume así: “En el catolicismo nunca sentí que Dios me amaba. Aquí encontré un refugio”. Según Guerra, las iglesias evangélicas han dejado de ser vistas como centros de reglas rígidas, y son ahora espacios inclusivos tanto para exdelincuentes como para empresarios.
Génesis Díaz, misionera e influencer cristiana, dice haber visitado barrios con hasta 20 iglesias evangélicas por cada una católica: “Es evidente el despertar espiritual que vive el país”, comenta. Este despertar abarca desde zonas populares hasta clases medias emergentes.
Estadísticas y futuro
- 12 años en emergencia económica lleva Venezuela, empujando a millones al exilio.
- 82%-84% de la población sigue siendo católica, pero el segmento evangélico crece rápido (según estimaciones de González).
- Más de 7 millones de venezolanos han emigrado desde 2013.
La Oficina de Libertad Religiosa del Departamento de Estado de EE.UU. estima en su informe de 2023 que el 96% de los venezolanos son católicos, pero admite la falta de datos actualizados. Según testimonios y estudios de campo, el crecimiento evangélico es real y probablemente más destacado en zonas urbanas empobrecidas.
Cierra el telón, pero se abre un camino espiritual
En un contexto de decadencia institucional, violencia, corrupción y pobreza, las iglesias evangélicas han sabido construir un ecosistema de apoyo, tanto espiritual como práctico. Es un modelo de fe activa, empática y, quizá lo más importante, presente.
Para muchos venezolanos, lo que empezó como una búsqueda religiosa se ha transformado en una nueva forma de comunidad. Una donde la oración se combina con la acción, y donde incluso antiguos delincuentes se convierten en predicadores. La Venezuela evangélica no sólo es un fenómeno religioso —es una historia de resiliencia.