Incendios, negligencia y millones en juego: los altos costos de la impunidad empresarial en California

Southern California Edison deberá pagar $82.5 millones por el devastador Bobcat Fire, pero ¿es suficiente para frenar la crisis ambiental causada por la negligencia corporativa?

Un acuerdo millonario que no admite culpa

En mayo de 2024, la empresa eléctrica Southern California Edison acordó pagar $82.5 millones al gobierno federal de los Estados Unidos como compensación por el Bobcat Fire, un incendio forestal devastador que arrasó más de 178 millas cuadradas (aproximadamente 461 kilómetros cuadrados) de terreno en California en 2020.

Este acuerdo, anunciado por el Departamento de Justicia de EE. UU., es parte de una demanda federal presentada en 2023 contra Edison y su contratista de mantenimiento —Utility Tree Service— en representación del Servicio Forestal de EE. UU.. Según el gobierno, el incendio comenzó cuando árboles no mantenidos correctamente, bajo responsabilidad de la empresa, hicieron contacto con líneas eléctricas. El fuego resultante destruyó ecosistemas, hábitats de especies amenazadas y cerró más de 161 kilómetros de senderos durante años.

Lo destacable del acuerdo es que, aunque Edison pagará la millonaria suma, lo hará sin admitir culpa ni negligencia; un modelo común en litigios civiles de alto perfil, pero que abre nuevos debates sobre la verdadera rendición de cuentas en casos de desastres ambientales.

El impacto del Bobcat Fire

El incendio no solo trajo pérdidas a nivel medioambiental sino también una sacudida profunda al sistema de protección forestal de California. Los daños alcanzaron zonas protegidas del Bosque Nacional Ángeles, afectando hábitats como los del rana de patas amarillas de montaña (especie en peligro de extinción), pájaros e incluso peces catalogados como amenazados a nivel federal.

El subsupervisor forestal Tony Martinez declaró que la compensación ayudará a rehabilitar las áreas calcinadas, restaurar hábitats y fortalecer la resiliencia de los bosques ante futuras amenazas. Pero ¿puede realmente el dinero reponer lo que un incendio de esta magnitud destruye?

Una historia que se repite

El caso de Edison no es aislado. En 2023, la misma compañía acordó pagar otros $80 millones por un incendio masivo en 2017 que destruyó más de mil viviendas y estructuras. Y no es la única empresa bajo fuego: Pacific Gas & Electric (PG&E) fue hallada culpable de múltiples incendios durante la última década, incluyendo el tristemente célebre Camp Fire de 2018, el más mortífero en la historia de California, que cobró 85 vidas humanas y destruyó la ciudad entera de Paradise.

En ese caso, PG&E terminó pagando más de $13.5 mil millones como parte de su bancarrota y fue forzada a reorganizarse, convertirse en una empresa regulada aún más estrictamente por la Comisión de Servicios Públicos de California.

La negligencia estructural y el rol del mantenimiento

En incendios como el Bobcat Fire, las causas no suelen ser climatológicas, como se suele pensar de manera reduccionista. Si bien las olas de calor y la sequía agravan la propagación del fuego, en muchos casos —y especialmente en este— la chispa inicial fue resultado directo de negligencia humana.

La acusación principal contra Edison es que sus contratistas no cumplieron con el mantenimiento adecuado del arbolado en las zonas donde transitan cables de alta tensión. Este tipo de mantenimiento no es accesorio: está regulado y estipulado para prevenir catástrofes.

Según el Center for Climate and Energy Solutions, desde el año 2000, los incendios forestales en EE. UU. han quemado, en promedio, 7 millones de acres anualmente, una cifra que duplica la media anterior. En muchos casos, el origen de los incendios no ha sido únicamente natural, sino resultado de una mezcla entre negligencia empresarial, infraestructuras precarias y supervisión insuficiente.

Una justicia que llega sin castigos penales

Aunque los acuerdos multimillonarios ayudan a reparar daños ambientales, no sustituyen la rendición de cuentas real. En el caso del Bobcat Fire, no hubo cargos criminales, ni sanciones dirigidas hacia los ejecutivos o dirigentes de las compañías involucradas.

Esto perpetúa una sensación de impunidad: las empresas pueden pagar su salida de las consecuencias legales sin una transformación estructural real. Inclusivas declaraciones como la de la portavoz Diane Castro, que afirma que Edison está "comprometido con las medidas de mitigación de incendios forestales", suenan vacías sin acciones concretas auditable públicamente.

¿Puede el dinero reparar un ecosistema?

La respuesta corta es: no completamente. Dinero como el que Edison pagará ciertamente ayuda, pero la restauración ecológica es un proceso largo, incierto y que rara vez devuelve el ecosistema a su estado original.

Muchos de los impactos del Bobcat Fire son irreversibles. Algunos animales desplazados no regresarán. Plantas y árboles tardarán décadas en regenerarse. Y mientras tanto, millones de californianos viven bajo amenaza constante de nuevos fuegos, producto de una combinación explosiva entre el cambio climático y la negligencia corporativa.

Tal como dijo Michael Wara, director de políticas climáticas de Stanford, en una entrevista con NPR sobre incendios forestales: “Tenemos tecnología para evitar muchos incendios, pero no voluntad legislativa o corporativa para aplicarla de manera sistemática”.

¿Qué medidas están tomando las eléctricas?

Desde 2019, Edison y otras compañías como PG&E han intensificado programas de apagado preventivo durante días de alto riesgo. Esto quiere decir que prefieren cortar el servicio eléctrico por varias horas o días para prevenir una chispa en condiciones de sequedad extrema.

Además, algunas han comenzado a enterrar sus líneas de transmisión más vulnerables. No obstante, esto es costoso: PG&E estimó que el soterramiento completo de su red costaría más de $20 mil millones. Y hasta ahora, ningún plan de entierro ha alcanzado ni el 10% de sus líneas.

El problema es sistémico. Incluso cuando las empresas cumplen parcialmente con estos programas, los retrasos, la falta de transparencia y las prioridades financieras siguen pesando más que las ambientales o humanas.

La presión ciudadana y la acción regulatoria

Ante la insuficiencia de voluntades institucionales, la ciudadanía ha comenzado a organizarse. Existen grupos como Reclaim Our Power Utility Justice Campaign que exigen la transformación radical del modelo eléctrico californiano, abogando por la municipalización o democratización del suministro eléctrico.

Además, se han logrado avances legislativos como la creación de la Agencia de Seguridad de Infraestructura Pública que, aunque limitada, tiene como mandato fiscalizar condiciones que reduzcan el daño ambiental.

Pero sin reformas de fondo, los acuerdos como el de $82.5 millones terminan siendo más paliativos que curativos.

¿Cuánto cuestan realmente los errores corporativos?

Es tentador decir que Edison pagará caro por su implicación en el Bobcat Fire. Pero cuando ponemos todo en perspectiva, la cifra es bastante modesta:

  • $82.5 millones representa solo el 1.4% de los $5,800 millones en ingresos que tuvo Edison International en el primer trimestre de 2024.
  • En comparación, el presupuesto anual del Servicio Forestal de EE. UU. ronda los $6.5 mil millones; lo gastado en este único incendio es equivalente al ~1% de todo su presupuesto nacional anual.

Dicho de otro modo: quemar medio bosque nacional tiene, para una empresa eléctrica, menos peso financiero que fluctuar un punto en la Bolsa.

¿Y el futuro?

Mientras persistan las condiciones climáticas extremas —agravadas por el calentamiento global—, y mientras el modelo eléctrico se base en el lucro antes que en la sostenibilidad, es difícil pensar que este tipo de tragedias vayan a declinar.

Ningún plan de contingencia será suficiente sin voluntad política firme, presión ciudadana constante y un cambio radical en la noción de responsabilidad empresarial.

Por ahora, a quienes perdieron casas, amigos, paisajes o mascotas en el Bobcat Fire, todo lo que queda es la promesa de rehabilitación... y los millones que, si bien suenan a justicia, no alcanzan para contener las llamas.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press