Una ovación de 19 minutos: 'Sentimental Value' y el renacer emocional de Joachim Trier

El director noruego conmueve Cannes con su reencuentro cinematográfico con Renate Reinsve en una historia de familia, arte e identidad

Por fin llegó el momento catártico que todo Festival de Cannes espera año con año: una película que no solo conquista a los críticos, sino que arranca lágrimas, aplausos inagotables y hasta se convierte en leyenda. Esa película, en la edición 2025, se llama 'Sentimental Value', y marca el regreso triunfal del cineasta noruego Joachim Trier. La ovación de 19 minutos tras su estreno no fue un acto escénico ni una cortesía de gala. Fue, sencillamente, emoción desbordada.

Joachim Trier y una narrativa profundamente íntima

Después del éxito internacional de 'The Worst Person in the World' (2021), Trier se enfrentaba al complicado reto de crear una obra que no solo igualara esa marca emocional, sino que ofreciera nuevas capas de complejidad artística. Con 'Sentimental Value', parece haberlo conseguido.

En el centro de esta historia se encuentra de nuevo Renate Reinsve, quien vuelve a colaborar con Trier, consolidando una de las duplas actor-director más conmovedoras del cine europeo reciente. Ella interpreta a la hija de un aclamado cineasta (interpretado por Stellan Skarsgård), quien siempre priorizó el arte sobre la paternidad. El conflicto surge cuando él escribe un guión pensado especialmente para ella, que ella se niega rotundamente a aceptar.

Metacine, heridas familiares y el paso del tiempo

La película juega entre la autoficción, la meta-narrativa y el drama familiar. El personaje de Gustav, el padre, intenta reconstruir una relación fallida a través del arte, mientras que su hija busca autonomía más allá de la figura paterna. En medio aparece una estrella joven de Hollywood, encarnada por Elle Fanning, que asumirá el papel pensado originalmente para la hija, desatando un torbellino de emociones y enfrentamientos.

Buena parte de la cinta transcurre en la vieja casa familiar en Oslo, lo que dota a la historia de una atmósfera nostálgica, íntima y melancólica. Aquí Trier toca temas como la memoria, el peso de las expectativas artísticas y el duelo por lo que no fue.

Una ovación genuina: Cannes a los pies de Trier

A menudo se exagera el tiempo de ovación en Cannes —incluso se especula que hay quien lo cronometra con cronómetros de cocina o apps dedicadas— pero 19 minutos son 19 minutos. Una eternidad en el lenguaje de la emoción.

“¿Cuál era esa cita de Buñuel? ‘Hago películas para mis amigos’. Esta noche, siento que todos ustedes son mis amigos”,

declaró emocionado Trier, mientras la sala continuaba rompiendo en aplausos, y Fanning se limpiaba discretamente las lágrimas. El momento fue registrado por fotógrafos y periodistas, y ya forma parte de los anales dorados del festival.

La consolidación de Neon como gigante del cine indie

Si 'Sentimental Value' gana la Palma de Oro este sábado, significaría un hito para el cine noruego, pero también consolidaría algo más: el impresionante dominio de Neon como distribuidora.

Neon ha liderado las últimas cinco Palm d'Or en el festival, incluyendo 'Anatomy of a Fall' (2023), 'Titane' (2021) y la oscarizada 'Parasite' (2019). Este año, además de la obra de Trier, Neon adquirió los derechos del filme brasileño 'The Secret Agent' de Kleber Mendonça Filho, lo que les permite apostar doble.

La posibilidad de que una película noruega gane por primera vez la Palma de Oro parece más real que nunca. Y quizá no es tanto una cuestión de nacionalidad sino de sensibilidad. Cannes ha sido receptiva a trabajos que escarban en la psique humana, y 'Sentimental Value' lo hace con una honestidad devastadora.

Renate Reinsve y la consolidación de una estrella europea

Renate Reinsve ya deslumbró en 'The Worst Person in the World'. Allí, su interpretación de Julie le valió el premio a Mejor Actriz en Cannes, y más tarde la llevó a recorridos globales en festivales y premiaciones. Con 'Sentimental Value', su presencia se vuelve aún más compleja y afilada. Ahora no es solo una mujer en crisis existencial, sino una artista enfrentada con la figura mítica, devastadora y distante de un padre que también es cineasta —y, por ende, poder.

En una época donde las actrices buscan papeles con capas y conflictos humanos genuinos, lo que Trier ofrece a Reinsve es una carta de amor interpretativa. Sin exagerar, podría estar ante una segunda Palma de Oro, ahora para Trier, gracias a ella.

Elle Fanning: juventud en contraste

La elección de Elle Fanning como la estrella de cine joven que reemplaza a la hija en el filme dentro del filme funciona como un dispositivo narrativo y simbólico. Es el choque entre generaciones, entre estilos de actuación, incluso entre culturas cinematográficas: el Hollywood de niebla y premios frente a la introspección espartana del cine escandinavo.

Fanning mantiene el control frente a monstruos actorales como Skarsgård y la intensidad de Reinsve, y eso también da mérito a Trier como director de actores. Su casting es quirúrgico. Sus tiempos emocionales, impecables.

Una historia sobre hacer cine y ser padre

Esta película también puede leerse como una meditación sobre lo que significa hacer cine. ¿Hasta qué punto se puede utilizar el arte como redención personal? ¿Es válido perdonar en la pantalla lo que no se supo pedir perdón en la vida real?

En una línea del filme, muy aplaudida por la crítica, Gustav dice:

“El cine es el hogar que construí cuando no quise volver al verdadero”.

Y ahí está el corazón de 'Sentimental Value': la pugna entre el legado artístico y las ruinas emocionales que, muy a menudo, ese mismo arte deja a su paso.

¿La Palma de Oro 2025 ya tiene dueño?

Hay muchos nombres resonando en esta edición del Festival de Cannes, como siempre, pero ninguna obra ha generado un consenso tan unánime como 'Sentimental Value'. Incluso miembros del jurado —presidido por Juliette Binoche— han sido vistos profundamente conmovidos durante la proyección.

Si la película logra coronarse, sería un justo reconocimiento a un cine lleno de alma, humanidad y emociones no siempre confortables. No todas las películas nos hacen reír. Pero las que nos hacen pensar y llorar con dignidad, suelen quedarse para siempre.

Joachim Trier no ha hecho cualquier película. Ha hecho un legado.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press