Omer Shem Tov: del cautiverio al activismo global en nombre de los rehenes
La historia del joven israelí secuestrado por Hamás durante 505 días y su lucha por los que aún permanecen en Gaza
Omer Shem Tov jamás imaginó convertirse en una figura pública reconocida a nivel global. A sus 22 años, pasó de ser un joven que planeaba un simple viaje al extranjero tras completar el servicio militar, a convertirse en símbolo de supervivencia y vocero de una de las tragedias más mediáticas del conflicto entre Israel y Hamás. Esta es una historia de resiliencia, trauma, fama inesperada e incansable activismo.
Un secuestro que cambió su vida para siempre
El 7 de octubre de 2023, la vida de Shem Tov cambió radicalmente. Asistía al festival de música electrónica Tribe of Nova en el sur de Israel cuando militantes de Hamás atacaron y mataron a unos 1,200 civiles, además de secuestrar a 251 personas, entre ellas Omer, sus amigos Maya e Itay Regev, y Ori Danino, un desconocido que intentó ponerlos a salvo.
Según Shem Tov, los militantes los obligaron a bajar de un coche baleado, y luego fueron llevados a Gaza. Maya e Itay fueron liberados tras un alto al fuego en noviembre de 2023, pero Danino murió. Él, en cambio, estuvo cautivo durante 505 días.
Oscuridad, hambre y oración: la vida bajo tierra
Tras una primera etapa en apartamentos por la ciudad, donde tuvo que disfrazarse con ropa femenina para evitar el reconocimiento, Shem Tov fue trasladado a una celda subterránea a más de 40 metros de profundidad. Pasaba gran parte del tiempo a oscuras y apenas comía una galleta al día, lo que le hizo perder más de 20 kilogramos: de 80 kg bajó a 55 kg.
“Hubo momentos donde realmente pensé que me estaba quedando ciego”, confesó. También relató haber sido escupido, insultado y completamente aislado del mundo exterior. Su única tabla de salvación fue entablar cada día una conversación con Dios. “Le agradecía por el aire en mis pulmones, por cada trozo de pan, por saber que mi familia estaba a salvo”, dijo.
El rescate, la luz y el abrazo
El 22 de febrero de 2025 llegó finalmente su liberación como parte de un acuerdo temporal de cese al fuego. Fue entregado por milicianos enmascarados a representantes de la Cruz Roja. “Vi el cielo. El sol. Era la primera vez en tanto tiempo que me sentía seguro”, contó visiblemente emocionado.
Lo trasladaron a zona controlada por el Ejército de Israel, donde entre lágrimas abrazó a una soldado y pidió verla sonreír. Finalmente, se reencontró con sus padres, quienes habían mantenido su habitación intacta. “Soñé con este momento tantas veces. Es lo que deseo para todos los rehenes”.
Una celebridad inesperada
Desde su liberación, Shem Tov ha recorrido diversas partes del mundo promoviendo la causa de liberar a los 58 rehenes restantes, de los cuales un tercio se cree que siguen vivos. Figuras públicas lo reconocen, se toma selfies a diario con gente en las calles, y recientemente lanzó la primera bola en un partido de béisbol de los Boston Red Sox, en su primera visita a Estados Unidos.
Fue recibido en el aeropuerto internacional Logan por decenas de niños con camisetas que decían “Boston Loves Omer”, quienes entonaron canciones en hebreo y bailaron en su honor. También visitó el estadio Gillette, casa de los Patriots y el equipo de fútbol New England Revolution, ambos propiedad de Robert Kraft, reconocido por su activismo contra el antisemitismo.
Pero Omer no se siente del todo cómodo con su nueva fama. “No me gusta la palabra, pero soy famoso. No pedí esto. Solo quiero usarlos para traer a los demás de vuelta”.
El regreso a la vida normal, con culpa a cuestas
Aunque trata de recuperar su vida cotidiana, aún se sobresalta cuando oye el sonido de un avión, y confiesa sentirse culpable por tener acceso a privilegios que los rehenes aún cautivos no tienen. “Cuando como algo, me siento ahogado. Pienso que quizás ellos no tienen comida. Me baño y me invade la culpa porque ellos no pueden hacerlo”.
La libertad tiene un sabor agridulce para él, y aunque ama su nuevo rol, desearía no tener razones para ejercerlo: “Lo que hago es importante, pero no me gusta la causa”.
Hostilidad política y la incertidumbre restante
A pesar de su esfuerzo por mantenerse alejado de los debates políticos, Shem Tov expresó su temor de que la ofensiva israelí en Gaza ponga en riesgo a los rehenes que aún siguen ahí. “Cada soldado para mí es un héroe, pero hay un gran ‘pero’. Si aumentan la presión militar, hay muchas probabilidades de que los maten”.
Según el Ministerio de Salud de Gaza, más de 53,000 palestinos, en su mayoría mujeres y niños, han muerto desde que Israel comenzó su ofensiva en respuesta al ataque del 7 de octubre de 2023. Las cifras ponen de manifiesto la tragedia civil creciente detrás de cada operación militar.
Omer teme que en medio de esta guerra sin aparente fin, la vida de quienes siguen en cautiverio penda de un hilo.
¿Símbolo, portavoz o sobreviviente?
La figura de Omer Shem Tov representa algo más que un sobreviviente: es un joven que ha pasado por el infierno y ha regresado con un mensaje claro. Mientras su historia inspira a muchos, también visibiliza el brutal impacto humano del conflicto en Gaza e Israel, mostrando que detrás de cada cifra hay un ser humano con familia, sueños y heridas emocionales profundas.
Como dijo en una entrevista reciente: “Esto que hago me llena, pero deseo que nunca haya tenido que pasar. Ojalá pudiera estar planificando esa vuelta al mundo que quería hacer luego del servicio militar. Pero ahora estoy aquí, y quiero que cada uno de los rehenes pueda, como yo, ver de nuevo la luz del sol”.