Elección presidencial en Rumanía: entre tensiones, teorías de fraude y una clara victoria proeuropea

El rechazo del tribunal constitucional a la impugnación de George Simion consolida la victoria del centrista pro-UE Nicusor Dan y refleja las profundas fracturas políticas en el país.

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Una votación marcada por la tensión

El pasado domingo, Rumanía celebró una de las elecciones presidenciales más polarizadas de su historia reciente. Tras una campaña intensa y una segunda vuelta decisiva, el centrista Nicusor Dan, actual alcalde de Bucarest, se impuso con claridad al candidato ultranacionalista George Simion, obteniendo el 53.6% de los votos y una diferencia de más de 829,000 sufragios.

Pero la elección no cerró con la proclamación del ganador. Simion, líder de la formación Alianza por la Unidad de los Rumanos (AUR), cuestionó los resultados casi de inmediato, alegando interferencias extranjeras, manipulación electoral y hasta participación de votantes fallecidos. Acusaciones rimbombantes que, sin embargo, no vinieron acompañadas de pruebas concretas.

La tensión aumentó mientras el país esperaba una resolución judicial. Finalmente, el Tribunal Constitucional de Rumanía anunció el rechazo unánime de la solicitud de anulación de los comicios. Según el fallo, no existían fundamentos legales ni evidencias que justificaran invalidar el proceso electoral.

El regreso de los fantasmas del pasado

Las acusaciones de Simion recuerdan inevitablemente al proceso electoral del año anterior, que fue anulado por la misma corte debido a supuestas irregularidades y señales de intervención extranjera, con menciones específicas a influencias rusas, algo que el Kremlin negó categóricamente.

Aquel antecedente alimentó el discurso de Simion, quien aprovechó el clima de sospecha para consolidar su imagen de “víctima del sistema”. Esto le valió una sorpresiva victoria en la primera ronda, donde ganó con contundencia entre 11 candidatos. Para la segunda vuelta, sin embargo, su discurso radical y su alianza con el polémico Calin Georgescu —vetado de la nueva elección— no fue suficiente para superar a Dan.

¿Quién es Nicusor Dan?

Matemático de formación, activista cívico y defensor de los valores europeos, Nicusor Dan representa un perfil diametralmente opuesto al de Simion. Alejado de las estridencias del populismo, su campaña se centró en la transparencia gubernamental, el fortalecimiento del Estado de derecho y la integración europea de Rumanía.

Su victoria no solo reafirma el rumbo pro-UE del país, sino que también envía un mensaje claro en contra del extremismo que ha ganado terreno en Europa del Este en los últimos años. Según cifras del Ministerio del Interior rumano, más de 8 millones de ciudadanos acudieron a votar, reflejando una participación del 57%.

El papel de Moldavia y el voto exterior

Uno de los argumentos más repetidos por Simion fue la supuesta manipulación del voto en Moldavia, país vecino donde más de medio millón de ciudadanos posee nacionalidad rumana. En la segunda vuelta, cerca de 158,000 personas votaron en territorio moldavo. Simion aseguró que se transportaron de forma “ilegal” a miles de electores para alterar los resultados, algo que fue rechazado tanto por Bucarest como por Chisináu.

La participación del voto exterior fue clave dado que, según el Instituto Electoral Rumano (IER), más de 850,000 votos provinieron del extranjero. Muchos de estos sufragios, como confirmaron los primeros análisis, fueron a favor de Dan.

Reacciones tras la decisión judicial

Luego del fallo judicial, Simion publicó un mensaje en redes sociales en el que denunció que “la Corte ha continuado el golpe de Estado” y llamó a sus seguidores a “seguir luchando”. Aunque su tono fue combativo, no se han registrado protestas multitudinarias hasta ahora, aunque podrían intensificarse en las próximas semanas.

Analistas como Andrei Radu, politólogo de la Universidad de Cluj-Napoca, consideran que “Simion está tratando de capitalizar un electorado cansado, que desconfía del sistema, pero carece de las estructuras y estrategias para convertir esa desafección en resultados sostenibles”.

La amenaza persistente del populismo

El surgimiento del AUR como fuerza política relevante pone sobre la mesa una realidad compartida con países como Hungría, Polonia o Eslovaquia, donde las fuerzas ultraderechistas han encontrado terreno fértil gracias a discursos nacionalistas, euroescépticos y antiinmigración.

No obstante, el caso rumano demuestra que aún existe un núcleo duro en la sociedad que defiende valores liberales y europeos. De hecho, Rumanía es uno de los países donde el eurobarómetro ha mostrado un apoyo constante a la pertenencia a la UE, con más del 65% de los ciudadanos a favor, según datos de 2023.

Lecciones para Europa

La elección rumana ofrece importantes lecciones en un escenario geopolítico convulso:

  • La desinformación sigue siendo una amenaza grave: las acusaciones sin pruebas de fraude, participación de fallecidos o manipulación extranjera son parte de un manual consolidado en campañas antidemocráticas.
  • Las instituciones deben reforzar su credibilidad: el respaldo unánime del Tribunal Constitucional refuerza la institucionalidad, pero necesita acompañarse de una mayor pedagogía pública sobre cómo funciona el sistema electoral.
  • La UE debe mantenerse atenta: frente al avance de los populismos, el respaldo activo a líderes moderados y democráticos como Dan puede ser clave para el futuro del bloque.

Un país dividido, pero movilizado

Aunque Dan ha triunfado, le espera una presidencia desafiante. Las profundas fracturas internas entre proeuropeos y nacionalistas no desaparecerán pronto. Tampoco los intentos de deslegitimación por parte de figuras como Simion, que probablemente se mantendrán activos en la escena política, buscando debilitar al gobierno desde el Parlamento y las redes sociales.

Sin embargo, hay señales alentadoras: la participación ciudadana, el compromiso institucional y la presencia creciente de una sociedad civil vibrante auguran un proceso democrático aún en formación, pero con bases cada vez más firmes.

Como afirmó la analista política Dana Grecu: “Rumanía ha decidido avanzar, pero seguirá siendo un país en disputa ideológica por muchos años”.

Con Europa enfrentando retos internos y externos, los ojos estarán puestos en Bucarest como ejemplo de resistencia democrática e institucionalidad frente a las fuerzas del caos.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press