Presupuestos cruzados en Carolina del Norte: entre recortes, maestros y maniobras fiscales

La pugna republicana en el Congreso estatal expone profundas diferencias fiscales mientras el gobernador Stein intenta buscar consensos para evitar un veto

RALEIGH, Carolina del Norte – El proceso de aprobación presupuestaria en Carolina del Norte se ha transformado en un campo de batalla político donde las diferencias entre las dos cámaras controladas por republicanos —la Cámara de Representantes y el Senado estatal— ponen de manifiesto las tensiones en torno a impuestos, salarios, y recortes de empleos gubernamentales. Con el reloj avanzando hacia el inicio del nuevo ejercicio fiscal el 1 de julio, los legisladores se debaten entre la austeridad, el crecimiento y la necesidad de mantener la gobernabilidad bajo el recién elegido gobernador demócrata Josh Stein.

Dos visiones fiscales enfrentadas

Ambas cámaras acordaron las cifras generales de gasto para el bienio fiscal: 32.600 millones de dólares para el año que comienza el 1 de julio y 33.300 millones de dólares para el año siguiente. Sin embargo, las coincidencias acaban ahí. Mientras el Senado presiona por reducciones agresivas en los impuestos sobre la renta —buscando una desgravación de hasta el 1,99% en el futuro—, la Cámara propone un enfoque más moderado y prudente.

El presidente de la Cámara, Destin Hall, defendió la moderación de su cámara afirmando que el enfoque de la Cámara es “la opción más fiscalmente conservadora entre las dos cámaras”, aludiendo a la voluntad de mantener solvencia presupuestaria ante un entorno económico inestable, marcado por inflación, incertidumbre en el gasto federal y proyecciones de ingresos fiscales estancados o en descenso.

¿Reducción de impuestos o trampa fiscal?

Bajo una ley ya aprobada, la tasa del impuesto sobre la renta individual pasaría del actual 4,25% a 3,99% en 2026. Sin embargo, el Senado impulsó nuevas reducciones escalonadas: 3,49% en 2027 y 2,99% en 2028. El problema reside en que esta agresiva reducción podría comprometer ingresos estatales clave.

El gobernador Josh Stein, que ha intentado encontrar un equilibrio entre la disciplina fiscal y el gasto social, criticó la propuesta del Senado como una “esquema fiscal irresponsable”, advirtiendo que manteniendo los umbrales actuales se corre el riesgo de infligir al estado un “dolor financiero autoinfligido”.

Legisladores de la Cámara, por su parte, han decidido hacer más difícil cualquier rebaja por debajo del 3,99% elevando los umbrales de ingresos que el estado debe alcanzar para activar automáticamente esas reducciones.

“Hemos tenido que apretarnos el cinturón más de lo normal”, señaló Donny Lambeth, presidente del Comité de Apropiaciones de la Cámara. Esta declaración sintetiza la postura de contención presupuestaria que sostiene su bancada.

Club for Growth, un influyente grupo conservador nacional, lanzó una advertencia en redes sociales afirmando que cualquier voto a favor del presupuesto con ajustes fiscales debía ir atado a consecuencias electorales: “esperen rendir cuentas el día de las elecciones”. Lejos de intimidarse, los republicanos de la Cámara tacharon esta declaración de “táctica de intimidación”.

Educación en el centro del debate: salarios docentes

Uno de los apartados más llamativos del presupuesto de la Cámara está relacionado con la educación: un aumento promedio del 8,7% en los salarios de los docentes de educación K-12 durante los próximos dos años. Especialmente beneficiados serían los maestros que inician su carrera, a quienes se busca posicionar con los salarios más competitivos del sureste del país.

En contraste, el Senado ha propuesto cifras significativamente más bajas en cuanto a aumento directo de salarios, aunque su plan incluye bonos únicos de 3.000 dólares. El gobernador también presentó anteriormente una propuesta incluso más ambiciosa, con una media de aumento superior al 10%.

Este enfoque por parte de la Cámara parece responder a dos realidades clave: la pérdida de talento por salarios poco competitivos y la creciente presión social por mejorar la calidad del sistema educativo estatal.

El otro campo de batalla: empleos vacantes

La racionalización del aparato estatal también es un punto de fricción en esta contienda presupuestaria. La Cámara quiere eliminar casi 3.000 puestos vacantes en agencias y departamentos del estado —más del triple de lo que propone el Senado (850).

Según la Oficina de Recursos Humanos del Estado, a inicios de mes había más de 14.000 vacantes en oficinas estatales. Aproximadamente dos tercios de los recortes propuestos por la Cámara provienen de la exigencia directa de eliminar el 20% de los roles sin ocuparse.

Los fondos liberados por estos recortes tendrían como objetivo mejorar salarios en sectores críticos o difíciles de ocupar, como personal de salud, educadores especialistas, trabajadores sociales y técnicos estatales.

El arte del compromiso: ¿presupuesto aprobado para julio?

Después de la votación definitiva esperada en la Cámara, el proyecto de presupuesto regresará al Senado, abriendo una etapa de negociaciones entre ambas cámaras para presentar un plan unificado al gobernador. A pesar de que el objetivo es lograr una ley vigente antes del 1 de julio, el historial reciente sugiere que no será fácil.

Los republicanos no tienen mayoría calificada para superar un veto, por lo cual el gobernador Stein se vuelve una figura clave. Aunque ha señalado que el plan de presupuesto de la Cámara no es perfecto, lo considera más razonable que el del Senado, destacando sus propuestas de aumentos salariales docentes, estrategias fiscales prudentes y recortes de impuesto para trabajadores con ingresos bajos.

“Reducir los impuestos sobre la renta cuando la economía está creciendo, y no antes, es lo sensato”, remarcó Stein durante el debate del miércoles.

Unión temporal, fractura persistente

A pesar del enfrentamiento interno en las filas republicanas, la votación del miércoles mostró cierta unidad coyuntural: después de cinco horas de debate y docenas de enmiendas, 27 demócratas se unieron a todos los republicanos presentes para aprobar la propuesta por 93 votos contra 20.

Sin embargo, esto no significa que el consenso esté al alcance. Las tensiones ideológicas entre el conservadurismo fiscal más extremo del Senado y el pragmatismo de la Cámara sugieren que las conversaciones podrían extenderse hasta bien entrado el verano.

Y aunque la política estatal rara vez es noticia nacional, lo que pasa en Carolina del Norte refleja debates más amplios sobre cómo gestionar la economía en tiempos de incertidumbre, cómo tratar al funcionariado estatal, y qué prioridad se le da a la educación pública en zonas que han sido históricamente conservadoras pero que muestran matices crecientes.

Una batalla de principios

Este presupuesto es mucho más que números en una hoja de cálculo. Es una declaración de principios sobre cómo debería funcionar un estado: ¿gobierna mejor con menos? ¿O necesita más recursos humanos y salariales para ofrecer servicios esenciales de calidad? ¿Es más importante reducir impuestos, o asegurar estabilidad económica a través de ingresos sostenibles?

Estos son los dilemas que enfrentan los legisladores en Raleigh. Las respuestas que den marcarán el futuro económico, educativo y administrativo del estado, y quizás redefinan la política local para años por venir.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press