Escándalo en la Indy 500: ¿Cómo se mancha la reputación de una leyenda como Roger Penske?
La expulsión de los altos mandos de Team Penske tras acusaciones de trampa reaviva el debate sobre la ética en las carreras y la necesidad de un ente regulador independiente
Una leyenda bajo escrutinio
Roger Penske es, sin lugar a dudas, una de las figuras más influyentes y respetadas del automovilismo mundial. Propietario de Team Penske, de la serie IndyCar, del Indianapolis Motor Speedway y del icónico Indianapolis 500, Penske ha acumulado un récord sin precedentes de 20 victorias en la histórica carrera. Sin embargo, los recientes escándalos de trampa en su propia escudería amenazan con empañar su legado y poner en tela de juicio la integridad de un deporte que ha buscado reposicionarse en los últimos años.
El escándalo más reciente: modificaciones ilegales
En mayo de 2025, la comunidad del automovilismo se sacudió con el anuncio de que dos de los coches de Team Penske —manejados por los campeones Josef Newgarden y Will Power— habían sido encontrados con modificaciones ilegales en sus piezas aerodinámicas, específicamente en el attentuator trasero, una parte crítica de seguridad que absorbe el impacto en choques.
Estos cambios no autorizados fueron detectados antes de la ronda final de clasificación del 109º Indianápolis 500. Como resultado, ambos pilotos fueron desplazados al final de la parrilla, comenzando desde las posiciones 32 y 33. Sin embargo, muchos dentro del paddock consideraron que esta penalización era insuficiente.
Caen las cabezas: despidos en la cúpula de Penske
En un movimiento inesperado pero necesario, Penske despidió a tres de los ejecutivos de más alto perfil de su organización:
- Tim Cindric, presidente de Team Penske y mano derecha de Penske durante décadas.
- Ron Ruzewski, director gerente de IndyCar.
- Kyle Moyer, gerente general en IndyCar.
Este fue el primer reconocimiento público del escándalo por parte de Penske. En una declaración, comentó:
“Nada es más importante que la integridad de nuestro deporte y de nuestros equipos. Hemos tenido fallas organizacionales en los últimos dos años, y era necesario tomar acciones. Pido disculpas a nuestros fans, socios y miembros de la organización por haberlos decepcionado.”
Una sombra persistente: el historial reciente de trampa
Este no fue un incidente aislado. En 2023, Newgarden también fue encontrado utilizando ilegalmente el sistema “push-to-pass”, que otorga potencia extra al motor durante las carreras. El piloto fue despojado de su victoria en la carrera de apertura de la temporada y Cindric fue suspendido por dos fechas, incluyendo el mismo Indy 500.
Este patrón de comportamiento ha desencadenado llamados urgentes por parte de equipos rivales y expertos a establecer un órgano regulador independiente para IndyCar, que no esté vinculado directa ni indirectamente a Penske, quien domina muchos elementos clave del ecosistema del deporte.
¿Una ventaja estética o aerodinámica?
Helio Castroneves, triple ganador del Indy 500 con Penske, fue uno de los pocos que defendió a la escudería:
“Creo que lo hicieron por estética. No creo que ese pequeño labio modificado les haya dado tres millas más de velocidad. Conozco cómo opera Roger. Quiere que todo luzca perfecto. Fue un error, tocaron un área que no debían.”
Otros como Colton Herta, de Andretti Global, también minimizaron el impacto:
“¿Creo que lo tenían durante la clasificación del sábado? Absolutamente. ¿Creo que es la razón por la que fueron rápidos? Absolutamente no.”
Sin embargo, el hecho de que incluso el coche ganador del año anterior exhibido en el museo del Indianapolis Motor Speedway y el vehículo mostrado en la Casa Blanca tuvieran las mismas modificaciones sugiere que no se trató de un “descuido aislado”.
¿Dónde queda la credibilidad del deporte?
El gran problema ahora no es solo la trampa en sí, sino el desequilibrio de poder. ¿Cómo se puede confiar en la imparcialidad de una competición si el propietario del equipo más poderoso también es dueño de la pista y la liga?
Chip Ganassi, otro gran nombre del automovilismo, ha sido uno de los críticos más vocales, pidiendo medidas concretas y una reforma estructural. Otros propietarios también están cuestionando si es viable continuar sin una separación clara entre competición, fiscalización y propiedad.
¿Y ahora qué sigue para Cindric?
El despido de Tim Cindric es simbólicamente devastador. Presidente de Penske Performance desde 2005, hombre clave en el éxito de múltiples campeonatos y considerado el heredero natural de Penske en las operaciones deportivas, ahora entra en un limbo de credibilidad. Su hijo, Austin Cindric, compite en NASCAR, lo que hace aún más dolorosa la caída de un apellido tan ligado al éxito deportivo.
Implicaciones a largo plazo
Este escándalo podría marcar un punto de inflexión. Algunos escenarios posibles:
- Creación de un ente regulador independiente para todas las operaciones de IndyCar.
- Reevaluación del rol de Roger Penske como propietario y dirigente del deporte.
- Mayor escrutinio a los coches, incluidos los exhibidos en instalaciones oficiales.
- Pérdida de confianza de patrocinadores clave si no se remedian las fallas institucionales.
En el pasado, otras grandes ligas como la NFL y la Fórmula 1 han sobrevivido a escándalos similares mediante medidas duras, transparencia y cambios estructurales. IndyCar hoy enfrenta una prueba equivalente.
La dualidad de Penske: mentor y juez
Roger Penske sigue siendo una figura venerada. Su obsesión por la perfección, su transformación del Indianapolis Motor Speedway durante la pandemia y su papel como motor de crecimiento de IndyCar son logros innegables. Pero incluso las leyendas deben rendir cuentas, especialmente cuando la línea entre liderazgo y conflicto de intereses se difumina peligrosamente.
Lo que está en juego va más allá del rendimiento de unos coches. Se trata de la credibilidad de todo el sistema IndyCar.