Tormentas, recortes y caos: ¿está EE.UU. preparado para su temporada más destructiva de tornados?
Mientras las tormentas azotan desde Kansas hasta Kentucky, los recortes presupuestarios golpean al Servicio Meteorológico Nacional justo cuando se espera una de las temporadas de tornados más intensas de la historia.
Un país bajo amenaza: tornados cada vez más frecuentes y mortales
En mayo de 2025, Estados Unidos vive una de sus temporadas de tormentas más devastadoras en años. Con un incremento del 35% en la cantidad de tornados reportados en comparación con el promedio histórico para esta fecha, las autoridades meteorológicas se encuentran en una carrera contra el tiempo y los elementos. Sin embargo, algo aún más alarmante amenaza con paralizar la capacidad de respuesta del país: profundos recortes presupuestarios y de personal en el Servicio Meteorológico Nacional (NWS).
Desde Kansas hasta Kentucky, ciudades enteras han sido arrasadas por tormentas violentas que han dejado más de veinte muertos, decenas de heridos y miles de viviendas destruidas. Pero mientras los ciudadanos buscan refugio y medios para reconstruir sus vidas, el propio organismo encargado de anticipar estas emergencias está al límite de sus capacidades.
Elon Musk y los recortes que pusieron al NWS contra las cuerdas
Tras la creación del Departamento de Eficiencia Gubernamental liderado por Elon Musk, múltiples agencias federales han enfrentado recortes presupuestarios con el fin de “agilizar y optimizar” la administración pública. El NWS ha sido una de las principales víctimas, con una reducción superior al 20% en su personal operativo en varias oficinas clave.
Oficinas como la de Wichita (32% de vacantes), Louisville (29%) y Jackson (25%) han visto afectadas sus capacidades de reacción justamente cuando los expertos advierten del incremento de tornados en el centro del país. Algunos pronósticos llegan a alertar de al menos un 10% de riesgo de tornados este mismo mes para más de 10 millones de personas en estados como Texas, Oklahoma, Arkansas y Missouri.
“No hay suficiente gente para sostener esto”: expertos alertan de caos operativo
Rich Thompson, meteorólogo principal del Centro de Predicción de Tormentas (SPC, por sus siglas en inglés) en Norman, Oklahoma, advierte que aunque el personal actual hace un trabajo heroico, “sería imposible mantener este ritmo durante meses o años sin consecuencias serias”.
El equilibrio que actualmente mantiene operaciones activas se basa en horas extras interminables y la movilización temporal de personal de oficinas regionales. Sin embargo, esto tiene un límite. Como señala Elbert “Joe” Friday, exdirector del Servicio Meteorológico Nacional: “No puedes pedirle a alguien que trabaje 120 horas a la semana perpetuamente sin deterioro físico y cognitivo.”
¿Más tornados por el cambio climático?
Si bien la relación directa entre cambio climático y tornados sigue siendo objeto de estudio, algunos indicios ya preocupan a científicos y meteorólogos.
- Las temperaturas del Golfo de México están más elevadas de lo usual, alimentando tormentas más fuertes.
- Se han identificado tornados en meses atípicos como enero o febrero en estados del sur como Alabama o Georgia, que históricamente no enfrentaban este tipo de amenaza tan temprano en el año.
- Condiciones atmosféricas más inestables, “supercargando la atmósfera algunos días”, según la profesora Jana Houser de la Universidad Estatal de Ohio.
Howard Bluestein, meteorólogo de la Universidad de Oklahoma, señala: “El calor adicional hace que la probabilidad de que una tormenta se intensifique rápidamente sea más alta, y eso es inquietante.”
Más personas en riesgo y menos capacidad de respuesta
Otro factor clave es el aumento en la población en zonas de alto riesgo. A medida que más personas se asientan en áreas vulnerables, el margen de error se reduce drásticamente.
Louis Uccellini, exdirector del NWS, alerta: “Cuando tienes una amenaza de esta magnitud y estás trabajando con personal subdimensionado, en algún momento algo se desliza entre los dedos.”
Además, los recortes han limitado drásticamente otras operaciones esenciales como:
- Lanzamiento de globos meteorológicos, claves para recopilar datos atmosféricos en tiempo real.
- Traslados de meteorólogos para capacitar a equipos locales en intervenciones ante desastres.
- Actualización de tecnología y mantenimiento del radar Doppler, esencial para detectar vientos rotacionales anticipatorios de tornados.
El valor del factor humano: tecnología vs experiencia
A pesar del avance de tecnologías meteorológicas, como satélites de alta resolución y modelos numéricos cada vez más precisos, el juicio de meteorólogos expertos sigue siendo decisivo.
“El radar puede indicar si hay rotación, pero solo un profesional experimentado puede interpretar si esa rotación se convertirá en un tornado que dure más de 30 minutos o si es una amenaza menor”, explica Karen Kosiba, directora del proyecto FARM (Flexible Array of Mesonets and Radars).
La vulnerabilidad del sistema se incrementa con cada vacante no cubierta y cada meteorólogo agotado.
Escenarios reales: casas destruidas e historias de resistencia
En Londres, Kentucky, Edwina Wilson se lamenta entre los escombros que hasta hace días eran su hogar. “Nadie nos advirtió con tiempo suficiente. Apenas pudimos correr al sótano.”
Anthony Broughton, otro residente afectado, dijo que “escuchábamos que tal vez habría tormenta, pero no que vendría con este nivel de violencia.”
Estos testimonios contrastan con las advertencias del NWS, que sí emitió alertas, aunque muchas de ellas llegaron con escasos minutos de diferencia antes del impacto. ¿Falta de difusión o lentitud del sistema? Tal vez ambas.
Un llamado urgente: no se puede seguir así
La Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA), de la cual depende el NWS, enfrenta una disyuntiva existencial: seguir sobreviviendo con limitaciones extremas o exigir un cambio sistémico que recupere su capacidad operativa base.
Mientras tanto, la temporada 2025 ya marca cifras históricas y los meteorólogos que aún se mantienen en funciones hacen malabares con funciones múltiples mientras cargan el peso literal de salvar vidas.
“No es solo una cuestión técnica o de eficiencia, es ética. No podemos permitir que los recursos económicos decidan quién vive o quién muere ante un tornado”, concluye Uccellini.
La nación más poderosa del mundo debe decidir: ¿seguirá poniendo parches con cinta adhesiva o apostará por fortalecer su red climática como prioridad nacional?