Manchester United y Tottenham: la Europa League como tabla de salvación en una temporada para el olvido
Dos gigantes ingleses se juegan algo más que un trofeo: evitar el desastre total y resucitar entre las cenizas del fracaso
El cruce que define el destino
Cuando Manchester United y Tottenham se enfrenten en la final de la Europa League en Bilbao, no estarán disputando un simple trofeo. En juego está mucho más: una oportunidad única de redención, el acceso directo a la codiciada Champions League y la posibilidad de lavar una campaña que, por múltiples razones, ha sido catastrófica para ambos clubes.
Ambos equipos han caído a niveles impensados para entidades que se consideran parte de la élite del fútbol europeo. Manchester United ha sufrido 18 derrotas en la Premier League, un récord negativo desde que la competencia fue instaurada en 1992. Tottenham, por su parte, ha batido su propia marca con 21 derrotas en una sola temporada.
Europa como vía de escape
Para estos dos colosos del fútbol inglés, la Europa League no es simplemente un segundo plano europeo; es una herramienta de resurrección. El ganador no solo se lleva una copa a casa, sino que también obtiene un boleto directo a la Liga de Campeones, algo que parecía imposible por sus posiciones en la Premier.
“Dos meses atrás, deberíamos haber estado peleando por un lugar en la Champions o al menos en Europa League. Es lo que este club exige”, expresó el defensa central Harry Maguire del Manchester United. “Este año no ha sido ni remotamente lo que se espera de nosotros.”
Más allá del orgullo: el dinero en juego
El acceso a la Champions League no solo significa prestigio deportivo. También significa millones. El Real Madrid, ganador de la anterior edición, se llevó casi $154 millones de dólares en ingresos. En una temporada con ingresos totales que aumentaron de $2 mil millones a $2.7 mil millones, sumarse a esa élite tiene además un efecto dominó en patrocinios y formación de la plantilla.
El United, bajo la presión financiera del cambio de propietario con la llegada de Jim Ratcliffe, podría beneficiarse enormemente de ese impulso económico, especialmente con la necesidad de reconstruir un plantel que ha caído en la mediocridad tras años de inversiones sin retorno.
Manchester United: el ocaso de un imperio
Desde que Alex Ferguson se retiró en 2013, el Manchester United ha sido una sombra de lo que fue. Doce años sin ganar la Premier y campañas erráticas han dejado a la afición frustrada. No obstante, aún ha logrado mantener cierta dignidad con títulos de copa: la Copa de la Liga 2023 y la FA Cup 2024.
Pero esta temporada ha tocado fondo. Con seis derrotas en los últimos ocho partidos de liga bajo la dirección de Rúben Amorim (quien sustituyó a Erik ten Hag en noviembre), las opciones eran mínimas. “Estamos avergonzados con nuestro rendimiento”, reconoció Amorim, quien perdió 14 de sus 26 partidos de liga.
Tottenham: sin títulos desde 2008
Para los Spurs, el problema no solo ha sido el presente, sino la falta de títulos a largo plazo. Desde la Copa de la Liga en 2008, el club del norte de Londres no ha alzado ningún trofeo, a pesar de haber contado con técnicos de renombre como José Mourinho, Antonio Conte y Mauricio Pochettino.
Con Ange Postecoglou a la cabeza desde 2023, los Spurs están intentando un nuevo comienzo. El técnico australiano, famoso por ganar trofeos en su segundo año con otros clubes, espera romper esa maldición. “No se trata de tener jugadores o técnicos de clase mundial. Es algo más profundo lo que tiene que cambiar aquí”, afirmó el técnico.
El peso de la historia
Aunque ambos clubes han tenido temporadas deplorables, la situación del Manchester United es aún más llamativa por su historia reciente. Era el equipo dominante de Inglaterra, con 13 títulos de Premier League bajo Ferguson. Verlo ubicado en el puesto 16 (de 20) es casi surrealista.
Tottenham tampoco se salva: finalista de Champions en 2019, hoy está un peldaño debajo del United. Su caída ha sido tan estrepitosa como decepcionante.
La afición no abandona
En medio de este naufragio deportivo, una constante ha sido la lealtad de los fans. “Nos ha sorprendido el respaldo que hemos recibido esta temporada”, dijo Maguire. “Probablemente sea la base más fiel del mundo, y esta temporada lo han demostrado con creces.”
En medio de protestas, decepciones e incertidumbres, ver estadios llenos sigue siendo un testimonio del afecto de la hinchada. Pero incluso los más fieles necesitan razones para seguir creyendo.
Presión, incertidumbre y un solo camino
Tanto Amorim como Postecoglou enfrentan sus propias encrucijadas. Mientras Amorim se juega su futuro en Old Trafford, Postecoglou intenta resistir al ciclo de cambios constantes en el banco de los Spurs (cuatro entrenadores en cuatro años).
“Desde lo emocional y el ruido que hay alrededor de nuestros clubes, estamos lidiando con contextos similares”, explicó Postecoglou. “Lo que podría ser lo mejor del año, también podría ser el final.”
Todo o nada en San Mamés
El estadio San Mamés de Bilbao será el escenario perfecto para este duelo a vida o muerte. Uno de estos clubes cerrará la temporada con una sonrisa, el otro con crisis.
Porque hay derrotas… y luego está perderlo todo: sin Champions, sin Europa, sin mérito y sin futuro claro.
La Europa League suele pasar desapercibida entre los grandes, pero esta vez, es el todo o nada. Y no solo por el trofeo: lo que está en juego va mucho más allá.
Bilbao no verá solo una final, verá un duelo épico entre el olvido y la redención.