¿Trump a favor de la FIV? El incierto giro del Partido Republicano ante la fertilidad asistida
Mientras promete acceso universal a la fertilización in vitro, su historial político y judicial siembra dudas sobre la verdadera intención detrás de la nueva estrategia reproductiva republicana
El nuevo frente «familiar» de Donald Trump
En un movimiento que ha tomado por sorpresa a muchos, la administración del expresidente Donald Trump ha iniciado una revisión formal para promover el acceso a la fertilización in vitro (FIV), según confirmó un alto funcionario de la Casa Blanca. Esta inesperada iniciativa ocurre en un contexto altamente polémico: un atentado reciente a una clínica de fertilidad en California y a pocos meses de las elecciones presidenciales de 2024.
La revisión es parte de una orden ejecutiva firmada por Trump en febrero, que ordena la creación de recomendaciones para expandir el acceso al tratamiento de FIV y reducir los costos directos para los pacientes.
¿Un giro sincero o una táctica electoral?
La pregunta que muchos se hacen es si este movimiento representa una verdadera preocupación por el acceso a la salud reproductiva, o si es solamente un intento electoral de suavizar la imagen del Partido Republicano tras haber impulsado legislaciones restrictivas al aborto que ahora amenazan también a tratamientos como la FIV.
Recordemos que la anulación de Roe vs. Wade en 2022, gracias en gran parte a los jueces nombrados por Trump, abrió la puerta a medidas estatales más radicales que redefinen la vida desde la concepción, complicando legalmente incluso el uso y la eliminación de embriones en laboratorios de fertilidad.
La paradoja entre el discurso y la acción
Trump ha asegurado que hará que la FIV sea “gratuita para todas las mujeres”, pero no ha ofrecido detalles financieros ni ha explicado cómo lograría esa promesa. Este tipo de discurso está dirigido tanto al votante moderado como al electorado femenino, clave en estados pendulares.
Sin embargo, organizaciones como Reproductive Freedom for All opinan que estas promesas carecen de sustancia. Su presidenta, Mini Timmaraju, señala: “Todo lo que Trump ha hecho es colocar a extremistas en su gobierno y atacar derechos reproductivos. Este nuevo discurso pro-FIV no es más que ‘lip service’.”
Por qué ahora: la política detrás del útero
- Un ataque terrorista a una clínica de fertilidad en Palm Springs volvió a poner el tema en la agenda pública.
- Los costos de la FIV en EE.UU. oscilan entre $12,000 y $25,000 por ciclo, muchas veces sin cobertura de seguros médicos.
- Un sondeo de AP-NORC de 2023 reveló que el 60% de los estadounidenses apoyan el acceso a la FIV.
Políticamente, la estrategia parece apuntar a moderar la imagen republicana respecto a la salud reproductiva tras el retroceso legislativo que significó la caída de Roe v. Wade.
La división dentro del Partido Republicano
Mientras Trump intenta viralizar su apoyo a la FIV, muchos legisladores estatales republicanos han promovido medidas destinadas a reconocer legalmente a los embriones como personas desde la concepción. Esta postura legal pone en riesgo el tratamiento tal como se conoce hoy.
Incluso tribunales dominados por conservadores han avalado restricciones indirectas a la FIV. Mientras tanto, intentos legislativos para proteger la práctica no han avanzado ante la oposición de sectores antiaborto dentro del GOP.
El factor militar y de empleados federales
Una de las propuestas que se espera incluya la Casa Blanca en su informe es la expansión de la cobertura de FIV para personal militar y empleados federales. Esta medida tendría un impacto concreto y es bien recibida por especialistas como el doctor Brian Levine, endocrinólogo reproductivo:
“Por primera vez en mi carrera, siento que la FIV es una prioridad gubernamental. Ambas partes políticas están comenzando a entender el problema que tenemos con el acceso al tratamiento en este país.”
¿Puede el Partido Republicano reconciliar sus contradicciones?
El dilema republicano es profundo. Por un lado, necesitan atraer a votantes moderados y mujeres de clase media; por otro, continúan aprobando leyes radicales que, irónicamente, podrían erradicar los mismos tratamientos de fertilidad que ahora dicen proteger.
Trump está intentando presentar al GOP como el nuevo partido “pro-familia” en términos reproductivos, pero el registro legislativo conservador dice lo contrario. ¿Será suficiente una orden ejecutiva o promesas vagas para revertir esa percepción?
El contexto internacional: ¿una tendencia global?
EE.UU. no está solo en este debate. Países como Italia y Polonia, también golpeados por olas conservadoras, han visto fuertes restricciones en derechos reproductivos. Aun así, en Europa, la FIV suele estar total o parcialmente cubierta por la sanidad pública, reflejando una visión más holística del derecho a formar una familia.
En contraste, el modelo estadounidense es uno de los más costosos y privatizados del mundo. De ahí que el acceso universal promovido por Trump sea recibido con tanto escepticismo como esperanza.
Más allá del marketing político: el futuro de la FIV
El paso de Trump puede marcar un nuevo enfoque en la agenda republicana, al menos en apariencia. Pero si esta prioridad no se traduce en leyes federales sólidas que blindan el acceso a la FIV, protejan los embriones sin criminalizar al médico y cubran los costos para la población más vulnerable, todo podría quedar en una jugada de campaña.
Mientras tanto, pacientes, médicos y activistas observan con cautela. El tratamiento de FIV no es solo una técnica médica: para muchos, es la única llave para formar una familia. Jugar con eso por votos es terreno delicado.