US Open 2027: El ambicioso proyecto de 800 millones que transformará el templo del tenis en Nueva York
La remodelación del Arthur Ashe Stadium y el complejo de Flushing Meadows busca redefinir la experiencia del tenis para jugadores, aficionados y el futuro del Grand Slam estadounidense.
En el corazón de Nueva York, el epicentro del tenis estadounidense está a punto de experimentar una metamorfosis histórica. El Arthur Ashe Stadium, hogar del US Open, será objeto de una ambiciosa transformación como parte de un megaproyecto valorado en 800 millones de dólares anunciado por la Asociación de Tenis de los Estados Unidos (USTA). Esta será la mayor inversión en infraestructura en la historia de este Grand Slam, y promete cambiar el rostro del tenis mundial.
Arthur Ashe: Más que un estadio, un símbolo del tenis moderno
Desde su inauguración en 1997, el Arthur Ashe Stadium se ha convertido en un ícono del tenis, no solo por su imponente capacidad para más de 23,000 espectadores, sino también por su vibrante atmósfera neoyorquina. Bautizado en honor a Arthur Ashe, el primer afroamericano en ganar un Grand Slam y un ferviente defensor de los derechos humanos, este estadio ha sido escenario de algunos de los duelos más memorables del deporte blanco.
En 2016, se le añadió un techo retráctil, convirtiéndolo en el estadio más vanguardista del circuito. Sin embargo, con miras al futuro, la USTA considera que es tiempo de una reinvención más profunda.
La transformación: ¿qué incluye el proyecto de 800 millones?
Este colosal plan de inversión abarcará todo el complejo de Flushing Meadows, y se espera que esté culminado justo a tiempo para el US Open 2027. Según la USTA:
- Se construirá un nuevo centro de alto rendimiento para jugadores, con una inversión de 250 millones de dólares. Este incluirá nuevas canchas de práctica, vestidores, lounges y otras facilidades que los atletas de élite demandan.
- La capacidad a nivel de cancha del Arthur Ashe se incrementará de 3,000 a 5,000 asientos, acercando a más fanáticos a la acción. Aun así, la capacidad total del estadio se mantendrá entre 23,000 y 24,000.
- El estadio contará con una nueva gran entrada, dos niveles adicionales de suites de lujo, nuevos clubes, restaurantes más amplios y renovados, y mejoras sustanciales en accesibilidad, como escaleras mecánicas y ascensores.
Lo más impresionante: todo el proyecto se está financiando sin dinero público, hecho que la USTA enfatizó como un logro de independencia financiera.
¿Por qué ahora? Un torneo que cambia sus reglas y busca el liderazgo
En un contexto donde se discute intensamente sobre la distribución de los ingresos en el tenis profesional, el US Open busca reafirmar su dominio dentro del panorama mundial del tenis. En 2024, se generaron colectivamente más de 1,500 millones de dólares entre los cuatro Grand Slams, según una demanda antimonopolio federal en Nueva York. Sin embargo, los jugadores solo recibieron entre el 10% y el 20% de esos ingresos.
Grandes estrellas como Novak Djokovic, Jannik Sinner, Aryna Sabalenka y Coco Gauff han firmado una carta exigiendo mayor participación en decisiones clave, más transparencia, y mejor repartición del pastel económico del tenis. En este clima de tensión, el US Open da un golpe sobre la mesa con esta remodelación multimillonaria.
Adicionalmente, el torneo incorporará, por primera vez desde 1968, un día 15 de competencia al mover el inicio del cuadro principal al domingo 24 de agosto.
¿Se beneficiarán también los jugadores?
Si bien las nuevas instalaciones para jugadores parecen una mejora crucial, queda la duda si esto irá acompañado de una mejora en la distribución de premios. Los organizadores no han especificado cifras todavía, pero en años anteriores las críticas de los tenistas apuntaban a que, a pesar del incremento de ingresos, las recompensas para la mayoría de los jugadores permanecen insuficientes.
Quizás este nuevo enfoque de infraestructura pueda ser un primer paso para un reequilibrio institucional: más allá del espectáculo, una señal de que el tenis estadounidense está dispuesto a poner a sus protagonistas —los jugadores— en el centro del escenario.
Una rivalidad silenciosa por dominar el Grand Slam del futuro
En un mundo en que los otros Slams también buscan reinventarse —Wimbledon con su expansión a nuevas canchas, Roland Garros abriendo sus puertas en sesiones nocturnas y el Australian Open incorporando tecnología de vanguardia—, el US Open quiere marcar la diferencia.
La incorporación de lujos, accesos inteligentes, zonas VIP modernizadas y un enfoque más inclusivo para los espectadores (más equipos de accesibilidad, mejor señalización y experiencias digitales) refleja una visión de evento global, más allá del deporte.
Desde 2027, la experiencia de asistir al US Open será más cercana a presenciar un Super Bowl del tenis: ambiente espectacular, accesos eficientes, zonas interactivas y hospitalidades únicas. En el año del centenario del nacimiento de Billie Jean King, cuyo nombre adorna el complejo, este cambio puede entenderse también como un homenaje a su legado de excelencia, coraje y visión.
El impacto en la ciudad de Nueva York
Por supuesto, el impacto no será solo tenístico. El US Open representa anualmente un aporte económico de más de 800 millones de dólares a la economía local, y emplea a aproximadamente 11,000 personas —desde boleteros hasta personal de marketing, seguridad y tecnología.
Con las nuevas instalaciones, la expectativa del gobierno estatal y del sector hotelero es que esta cifra crezca aún más. La reactivación del turismo deportivo será clave, especialmente después de años de incertidumbre post-pandemia.
El futuro ya comenzó
Pese a lo ambicioso del proyecto, la USTA promete que no habrá interrupciones en el desarrollo del torneo durante las ediciones de 2025 y 2026. De hecho, han afirmado que toda obra será realizada fuera de la ventana del torneo.
El Grand Slam estadounidense se reinventa, buscando no solo mantener su legado competitivo, sino también afianzarse como un epicentro cultural, económico y tecnológico para el deporte mundial. El tenis cambia, y el US Open no quiere quedarse atrás.
“No es solo una ampliación de un estadio; es una ampliación de todo lo que representa el tenis moderno: inclusión, espectáculo, impacto y legado”, dijo Stacey Allaster, directora de operaciones de tenis del US Open.
Con este megaproyecto, el camino hacia 2027 promete romper todos los récords... dentro y fuera de la cancha.
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