Thomas Indian School: La herida abierta de las escuelas internados indígenas en Estados Unidos

Tras más de un siglo de abusos, Nueva York pide perdón a la Nación Séneca. Pero, ¿es suficiente un 'lo siento' para cerrar las cicatrices dejadas en generaciones de pueblos originarios?

Por siglos, las voces de los pueblos originarios en Estados Unidos fueron silenciadas, sus lenguas arrancadas, sus costumbres castigadas y sus lazos familiares rotos sistemáticamente en instituciones como la Thomas Indian School. Hoy, la visita de la gobernadora del estado de Nueva York a la Nación Séneca marca un hito de reconocimiento histórico, pero también levanta nuevas preguntas sobre reparación, justicia y memoria.

Una historia que apenas comienza a contarse

El 21 de mayo de 2025, la gobernadora Kathy Hochul realizó una visita formal a la Nación Séneca, uno de los pueblos originarios de Nueva York, para presentar una disculpa oficial del estado por los abusos cometidos en la escuela Thomas Indian School, un internado operado entre 1875 y 1957 en la región occidental del estado, a orillas del lago Erie.

No se trató de una disculpa aislada: este gesto forma parte de una lenta oleada de reconocimientos institucionales a lo largo de Estados Unidos por el papel del gobierno en un sistema de más de 400 escuelas quita-identidades, administradas federal o estatalmente, cuyo propósito fue la asimilación violenta de jóvenes indígenas a la cultura dominante euroamericana.

"La herida invisible": testimonios que rompen el silencio

J. Conrad Seneca, presidente de la Nación Séneca, acusó una espera de generaciones para escuchar la disculpa oficial del estado:

“Las atrocidades que nuestros niños sufrieron en la Thomas Indian School han permanecido escondidas en las sombras durante demasiado tiempo”, declaró. “Por fin, nuestro pueblo escuchará directamente de la Gobernadora las palabras que hemos esperado toda una vida: 'Lo sentimos'”.

El suyo no es un caso aislado. Lori Quigley, profesora de la Niagara University e hija de una sobreviviente de esta escuela, fue crítica en su valoración de la visita:

“Una disculpa es una cosa. ¿Qué acciones va a tomar el gobierno además de eso? Estas heridas continúan afectando nuestras comunidades”.

¿Qué fue realmente el Thomas Indian School?

Fundado inicialmente en 1855 como una misión presbiteriana y absorbido más tarde por el estado de Nueva York en 1875, el Thomas Indian School no fue una institución educativa tal como la entendemos. Su verdadero propósito era despojar a los niños indígenas de su cultura, lengua, religión y rasgos identitarios.

Las prácticas documentadas incluyen:

  • Corte forzado del cabello, considerado sagrado en muchas culturas indígenas.
  • Prohibición de hablar idiomas nativos.
  • Castigos físicos y psicológicos por ejercer prácticas culturales.
  • Separación total entre estudiantes y sus familias durante años.
  • Trabajo forzado bajo el disfraz de “formación laboral”.

Los estudiantes no podían salir. A menudo, eran internados bajo mandatos escolares obligatorios, arrancados de sus hogares por la fuerza o mediante coerción estatal. Las condiciones de vida eran duras y los abusos comunes. Muchos niños fueron víctimas de maltrato físico, tortura psicológica y abuso sexual. Con el tiempo, más de 900 niños murieron en estas instituciones a nivel nacional, cuyas tumbas, por lo general, están sin marcación.

Un sistema nacional de asimilación forzada

El internado Thomas fue solo una parte de una red de instituciones similares. Según datos del Departamento del Interior de los Estados Unidos, entre 1819 y 1969, más de 60.000 niños indígenas fueron internados forzadamente en estas escuelas. En muchos casos, se trataba de políticas conjuntas entre iglesias cristianas (presbiterianas, metodistas, católicas) y gobiernos estatales o federales.

En palabras del entonces Secretario del Interior en 2022, Deb Haaland, primera indígena en ocupar un cargo de gabinete en EE.UU.:

“Nuestros ancestros vivieron una generación de dolor intergeneracional. Muchos de ellos nunca regresaron a casa. Es tiempo de reconocerlos”.

El precedente federal y el rol de Joe Biden

En octubre de 2024, el presidente Joe Biden presentó una disculpa formal del gobierno federal por este sistema durante su visita a la comunidad de Gila River en Arizona. En sus palabras:

“Lo que nuestro país hizo fue un pecado. Este no es solo un capítulo vergonzoso de nuestra historia, es una herida que todavía sangra”.

A pesar del gesto, la financiación destinada a la investigación de estos crímenes ha sufrido recortes bajo administraciones anteriores. Durante la gestión de Donald Trump, al menos 1.6 millones de dólares destinados a proyectos de documentación y justicia restaurativa fueron eliminados bajo un programa de reducción burocrática federal.

¿Es suficiente decir “lo siento”? La comunidad tiene dudas

Numerosos líderes y miembros de la Nación Séneca expresan escepticismo sobre las verdaderas intenciones detrás de la disculpa. Matthew Hill, cuyo padre integró la última promoción del internado antes de su cierre en 1957, declaró:

“¿De qué sirve decir perdón si siguen extorsionándonos con los ingresos de los casinos tribales? Es un chiste”.

En efecto, el gobierno estatal de Nueva York se encuentra hace años en disputas legales con la Nación Séneca respecto a los ingresos por los casinos administrados bajo soberanía tribal. Los acuerdos originales garantizaban una repartición de fondos para infraestructuras locales, pero los líderes Séneca han denunciado tratos desiguales y coercitivos desde entonces.

¿Puede haber reparación sin justicia económica ni memoria activa?

Para que toda disculpa tenga un impacto genuino, diversos líderes indígenas y académicos han indicado la necesidad de acciones concretas. Algunas de las demandas más comunes incluyen:

  • Reconocimiento legal de responsabilidad estatal y federal.
  • Compensación económica directa a sobrevivientes y sus descendientes.
  • Restitución de tierras confiscadas a las tribus por parte del Estado.
  • Creación de memoriales y espacios públicos educativos.
  • Inversión en educación intercultural obligatoria en escuelas públicas.
  • Ayuda para salud mental comunitaria, adaptada culturalmente.

Además, activistas como Lori Quigley abogan por la apertura de todos los archivos estatales y eclesiásticos vinculados a las escuelas internado. “Hasta que todo lo que pasó esté fuera, exponerse públicamente y delante de todos, no tendrá sentido hablar de sanación colectiva”, afirmó.

Una herida en la historia de Estados Unidos, una esperanza de reconstrucción

Si bien la disculpa de Hochul marca un hecho histórico —ya que se trata de la primera vez que un gobernador de Nueva York visita oficialmente los territorios de la Nación Séneca—, el desafío real comienza ahora: hacer que este reconocimiento se traduzca en políticas que ayuden a cerrar una cicatriz abierta en la historia estadounidense.

Las nuevas generaciones de indígenas han retomado con dignidad lo que una política institucional intentó quitarles: sus lenguas, sus nombres, sus raíces. Pero dependen de un entorno de verdad y justicia para reconstruir lo perdido. Como escribió el poeta mohawk Tekaronianekon: "Lo que nos quitaron no lo olvidamos. Lo estás viendo renacer en nuestros hijos".

Quizás sea entonces ese el verdadero legado del Thomas Indian School: no el del trauma anónimo, sino el de la memoria recuperada.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press