Meloni, Vance y Von der Leyen: ¿puede Italia convertirse en el puente entre Europa y Estados Unidos?

Una jugada diplomática estratégica desde Roma busca reconciliar intereses transatlánticos en medio de tensiones políticas y la guerra en Ucrania

Un encuentro clave en Roma

La primera ministra italiana Giorgia Meloni logró reunir en Roma a dos figuras de peso en la geopolítica actual: el vicepresidente estadounidense JD Vance y la presidenta de la Comisión Europea Ursula von der Leyen. El encuentro trilateral no solo representa una victoria simbólica para Meloni en un momento de crecientes tensiones entre Europa y Estados Unidos, sino que también marca un intento significativo de posicionar a Italia como actor central en la diplomacia global.

La estrategia Meloni: entre Washington y Bruselas

Desde que asumió el poder, Meloni ha intentado sostener una relación firme con Washington, especialmente con la administración Trump. Aunque sus esfuerzos por consolidar una influencia tangible en las decisiones europeas se han visto limitados, la cumbre en Roma apunta claramente a un cambio de dinámica. "Estoy muy orgullosa de acoger hoy a dos de los líderes más importantes de la UE y EE. UU. para iniciar un nuevo diálogo", declaró en rueda de prensa antes del encuentro.

La mandataria italiana ha sido vista por algunos analistas como una posible "puente" entre el gobierno de Trump, con el que mantiene buenas relaciones, y una Unión Europea fracturada por intereses divergentes. Esta iniciativa fue propuesta por ella misma un mes antes en su visita a la Casa Blanca.

JD Vance y el respaldo a Meloni como aliada estratégica

El vicepresidente Vance reconoció explícitamente la cercanía con Meloni, afirmando que se ha convertido en "una buena amiga" y en una figura clave para tender puentes entre ambos lados del Atlántico. Aunque admitió que existen traiciones pendientes —como las disputas comerciales relacionadas con aranceles—, subrayó que la cooperación sigue siendo sólida en áreas fundamentales, particularmente en el conflicto ucraniano.

“A veces los amigos tienen desacuerdos, pero hay mucho en lo que sí estamos de acuerdo”, dijo Vance. En este contexto, valoró el intento de Italia por promover un entorno diplomático que incluya tanto a Estados Unidos como a Europa en la solución de conflictos multilaterales.

Von der Leyen apuesta por el diálogo económico y la paz en Ucrania

Por su parte, Ursula von der Leyen hizo hincapié en que la resolución más esperada está en el ámbito económico: alcanzar un acuerdo comercial beneficioso para ambas partes. Recordó que EE.UU. y la UE mantienen el mayor volumen de intercambios comerciales del mundo, lo que hace imprescindible un entendimiento duradero.

En relación con Ucrania, Von der Leyen aseguró que “lo que nos une es la búsqueda de una paz justa y duradera”. Además, pidió a las partes acelerar las negociaciones e hizo referencia a que "la próxima semana será crucial" para avanzar en las conversaciones de paz entre Moscú y Kiev.

Contexto diplomático: Italia desplazada del núcleo europeo

A pesar del esfuerzo por liderar iniciativas diplomáticas a nivel europeo, Giorgia Meloni ha sido recientemente marginada de decisiones clave. En una videollamada con la llamada “coalición de los dispuestos” —conformada por Reino Unido, Francia, Alemania y Polonia— pareció haber consenso, pero posteriormente fue excluida de nuevas conversaciones lideradas por estos países y EE.UU.

La tensión aumentó cuando Emmanuel Macron acusó a Meloni de "difundir información falsa" para justificar su ausencia en una reunión con Zelenskyy. Esta exclusión reflejó un debilitamiento del rol de Italia dentro de la diplomacia europea, lo que hace aún más relevante su intento de reposicionamiento mediante esta cumbre trilateral.

¿Puede Italia convertirse en mediador global?

Según Lorenzo Castellani, profesor de la LUISS University de Roma, “la estrategia de Meloni logró un punto importante el domingo. Ella está navegando un delicado equilibrio entre la UE y EE.UU.”. El analista destaca que para Meloni, Estados Unidos es el actor imprescindible en toda solución a largo plazo para Ucrania, por lo que su objetivo es incluirlo en cualquier acuerdo de paz o comercial relevante para Europa.

En esta línea, Meloni busca potenciar el papel diplomático de Italia más allá del continente europeo. En palabras de Castellani, “puede tener éxito si sabe capitalizar el momento”; especialmente si logra consolidar una alianza permanente entre Washington y Bruselas sobre temas concretos como el comercio o la seguridad mundial.

El factor Ucrania y la diplomacia de alto riesgo

Mientras tanto, Roma se convirtió ese fin de semana en el foco de la diplomacia mundial. Además de la reunión de alto nivel, el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy mantuvo conversaciones con Vance y el secretario de Estado Marco Rubio en la residencia del embajador estadounidense. Estas se produjeron antes de una importante llamada entre el expresidente Trump y Vladimir Putin para buscar vías de salida al conflicto ucraniano.

A pesar de la búsqueda por la paz, la guerra en Ucrania continúa siendo el epicentro de las contradicciones entre los discursos conciliadores de los líderes y la realidad geopolítica del terreno. La UE sigue afianzada en su respaldo a Kiev, pero enfrenta dificultades internas y división de sus miembros sobre cómo abordar una eventual resolución del conflicto.

Italia entre sombras europeas y relanzamiento atlántico

Italia ha pasado por una fase de escasa influencia real en los foros de mayor envergadura, pero esta cumbre supone un intento claro de cambiar el rumbo. Presentarse como mediador neutral, especialmente en conflictos multilaterales como el de Ucrania, le puede otorgar materias primas valiosas para reforzar alianzas.

El gesto de Meloni se interpretó como una clara toma de distancias respecto a iniciativas británicas o francesas que contemplaban incluso el envío de tropas a territorio ucraniano. Para Roma, ese camino no era viable ni deseable, tanto por su relación con el electorado interno como por los riesgos estratégicos que supondría en una región ya altamente militarizada.

Una oportunidad única en tiempos de incertidumbre

Con el retorno de Trump a la escena internacional y la guerra de Ucrania lejos de su fin, los márgenes de maniobra de los líderes europeos se han estrechado. Sin embargo, Meloni podría aprovechar esta coyuntura para redefinir el papel de Italia en el tablero global. Si logra mantener su imagen de aliada confiable para Washington y de diálogo para Bruselas, podría consolidarse como una figura imprescindible en los próximos años.

Como dijo JD Vance: “Meloni puede ser el puente que necesitamos”. Queda en sus manos y en la de los líderes europeos y estadounidenses decidir si este primer paso trilateral fue un gesto simbólico o el inicio de una diplomacia renovada.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press