Fuga en Nueva Orleans: La increíble escapada de la cárcel y la crisis del sistema penitenciario local

El escape de siete presos peligrosos por un agujero tras un inodoro expone fallas estructurales y administrativas en una cárcel moderna con antecedentes de negligencia

Una fuga de película, un escándalo real. Lo ocurrido en Nueva Orleans el pasado fin de semana no solo desafía toda lógica de seguridad carcelaria moderna, sino que desnuda la profunda crisis que azota al sistema penitenciario de la ciudad. Siete hombres, algunos acusados de delitos violentos, escaparon del Orleans Justice Center a través de un agujero detrás de un inodoro, escalaron una cerca con alambre de púas usando sábanas como cuerda improvisada y luego desaparecieron en cuestión de horas. Todo esto, en una instalación inaugurada en 2015 y supuestamente de “máxima seguridad”.

Un agujero hacia la libertad: el modo de escape

La madrugada del viernes fue clave. A las 12:30 a.m., los internos forzaron una puerta para acceder a una celda vacía que escondía el Camino de la Liberación: un agujero detrás de un inodoro. Con un mensaje sarcástico pintado encima —“Too easy LOL” y una flecha señalando el hueco—, el escape parecía planeado minuciosamente.

Una hora después, los fugitivos ya estaban fuera del penal. Usaron cobijas para cubrirse del alambre de púas y muchos atravesaron a pie una autopista interestatal en su huida hacia el corazón de la ciudad. Entre los prófugos se encontraba Derrick Groves, condenado por dos asesinatos y acusado de otros dos intentos de homicidio.

Retardo imperdonable: ¿cómo pasó tanto tiempo sin que nadie lo notara?

El dato que más ha encendido la furia pública: pasaron más de siete horas hasta que se descubrió la fuga, durante el conteo matutino rutinario. ¿Y qué pasó durante todo ese tiempo? Según la Oficina del Sheriff, ningún agente estaba presente en el módulo B2, donde se encontraban los prisioneros. Solo había una empleada civil que, al parecer, se ausentó del lugar para buscar comida justo en la ventana crítica.

Para cuando se reportó oficialmente la fuga, los delincuentes ya habían tenido una ventaja táctica considerable. Incluso, uno de ellos, Kendall Myles, fue capturado casualmente en el French Quarter luego de una persecución a pie.

¿Negligencia o complicidad?

La máxima autoridad penal del estado, la Fiscal General de Luisiana, Liz Murrill, fue categórica en X (antes Twitter): “Alguien falló estrepitosamente, y no hay excusa para esto.” Mientras tanto, la Sheriff Susan Hutson planteó una posibilidad aún más escandalosa: ayuda desde dentro del sistema. “Es casi imposible, no completamente, pero casi, salir sin asistencia interna”, comentó durante una rueda de prensa.

Y es que no faltan razones para sospechar. Al menos tres empleados han sido suspendidos mientras se investiga su posible implicación. No está confirmado si entre ellos figura la empleada que se alejó de su puesto.

Las denuncias ignoradas y el contexto político

Hutson asegura haber solicitado repetidamente fondos para corregir fallas en las cerraduras del penal y mejorar la infraestructura. La cárcel, aunque moderna —fue inaugurada en 2015, luego de la destrucción del sistema carcelario anterior por el huracán Katrina—, acumula múltiples incidentes de violencia interna y problemas de seguridad.

Con apenas un 60% de cobertura de personal y bajo fuertes limitaciones presupuestarias, parece más una bomba de tiempo que una fortaleza. Además, Hutson enfrenta año de reelección, y sus críticos políticos, como la exjefa interina de la policía de Nueva Orleans Michelle Woodfork, ya exigen explicaciones públicas.

Hutson, por su parte, calificó el momento de la fuga como “sospechoso”, insinuando motivaciones políticas sin ofrecer pruebas concretas.

Los protagonistas de la fuga: ¿quiénes son?

La mayoría de los evadidos son hombres jóvenes, todos en sus veintitantos. Entre los más peligrosos:

  • Derrick Groves: condenado por doble homicidio y otros dos intentos de asesinato relacionados con un tiroteo en Mardi Gras de 2018.
  • Corey Boyd: acusado de asesinato en segundo grado, aunque se declaró no culpable.
  • Dkenan Dennis: enfrentaba cargos por robo a mano armada con arma de fuego y posesión ilegal durante un crimen violento.
  • Robert Moody: acusado de delitos con armas, agresión de segundo grado en grado de tentativa y obstrucción.

Hasta ahora, solo tres han sido recapturados. Otros siete continúan prófugos, lo que ha movilizado a más de 12 agencias policiales en su búsqueda, incluyendo presencia aérea y rastreo por barrios aledaños a la Zona Cero.

Un reflejo de la crisis carcelaria en Estados Unidos

Este incidente no es un caso aislado. Más bien, representa un patrón preocupante en el sistema penitenciario estadounidense. A pesar de ser el país con la mayor tasa de encarcelamiento per cápita del mundo, muchas cárceles y prisiones enfrentan recortes presupuestarios, personal insuficiente y estructuras obsoletas.

Según datos del Department of Justice, más del 30% de los centros penitenciarios municipales no cumplen con estándares mínimos de seguridad o atención médica. El caso de Nueva Orleans solo pone estos problemas —habitualmente invisibles— en el centro del debate público.

¿Y ahora qué sigue?

Mientras continúan las labores de búsqueda, se avecina una tormenta legal y política. Además de enfrentarse a cargos previos, los evadidos podrían acumular imputaciones por fuga, evasión de justicia y daños a la propiedad estatal. Al mismo tiempo, la Oficina del Sheriff está bajo escrutinio profundo por parte del estado y posiblemente del gobierno federal.

La ciudadanía, por su parte, se siente víctima indirecta de este descuido institucional. “Le han dado ventaja a criminales peligrosos”, sentenció el fiscal de distrito Jason Williams. Y es difícil darle la razón.

Más que una simple fuga, este evento se ha convertido en símbolo del colapso de la confianza en las instituciones encargadas de mantener segura a la población.

¿Nueva Orleans aprende de esta pesadilla o se encamina hacia una repetición aún más grave?

Este artículo fue redactado con información de Associated Press