La huelga histórica de NJ Transit: una mirada al conflicto que paralizó a 350,000 viajeros

Entre reclamos salariales, una agencia en crisis y negociaciones estancadas, los ingenieros ferroviarios de Nueva Jersey dejaron de operar por primera vez en más de 40 años

Una huelga que sacudió la costa este

El viernes por la mañana, 350,000 viajeros habituales entre Nueva Jersey y la ciudad de Nueva York despertaron con una noticia inquietante: los ingenieros de trenes de NJ Transit se habían declarado en huelga, paralizando por completo el servicio ferroviario de pasajeros en la región.

Esta huelga ferroviaria es la primera que impacta al sistema estatal en más de cuatro décadas, y ha desatado una tormenta de controversia entre la gerencia de NJ Transit, el gobierno estatal y el sindicato de ingenieros.

Los manifestantes, equipados con pancartas que rezaban "Millions for Penthouse Views, Nothing for Train Crews" (“Millones para vistas de penthouse, nada para el personal de trenes”), se congregaron frente a la sede de NJ Transit en Newark y en la terminal de Hoboken, alzando la voz por lo que consideran una injusticia salarial y laboral.

¿Qué desencadenó la huelga?

La clave del conflicto es sencilla y compleja a la vez: los salarios. El sindicato Brotherhood of Locomotive Engineers and Trainmen (BLET) afirma que sus miembros ganan un promedio de $113,000 al año y exigen un ajuste hacia los $170,000, cifra que, según indican, los equipararía con otros operadores ferroviarios de pasajeros en la región metropolitana.

Sin embargo, la administración de NJ Transit replica con diferentes datos: los ingresos promedios actuales ya alcanzan los $135,000 y en muchos casos pueden superar los $200,000, incluyendo horas extra y compensaciones adicionales.

Tom Haas, presidente del BLET, explicó que las negociaciones fracasaron cuando NJ Transit rechazó la última oferta de los trabajadores a solo dos horas de finalizar el periodo de negociación. "Presentamos nuestra última propuesta; ellos la rechazaron y se retiraron con dos horas restantes en el reloj", declaró.

Impacto inmediato: caos logístico y económico

NJ Transit es la tercera red de transporte público más grande del país, operando no solo rutas de tren, sino también autobuses y servicios de cercanías que gestionan casi un millón de viajes diarios. Durante esta huelga, todas las operaciones ferroviarias quedaron suspendidas, dejando sin opciones a los viajeros que conectan diariamente con Manhattan, Hoboken y el aeropuerto de Newark.

La agencia había anunciado planes de contingencia: incremento limitado del uso de autobuses, alianzas con empresas privadas y la recomendación general de teletrabajo. Pero pronto quedó claro que esas alternativas podrían sustituir apenas un 20% del tráfico ferroviario habitual. En cifras, eso significa que alrededor de 280,000 personas quedaron sin opciones viables de transporte (fuente: NJ Transit).

El concierto de Shakira en el MetLife Stadium, previsto para el jueves y viernes por la noche, fue cancelado debido a la previsión de menor acceso al recinto.

Una cuestión de precedentes: ¿por qué importa este conflicto?

Esta huelga podría establecer un precedente significativo por varios motivos:

  • Es la primera huelga ferroviaria en Nueva Jersey en más de 40 años.
  • Implica un modelo estatal que podría emularse en otras negociaciones sindicales regionales.
  • Resalta una disputa profunda entre la expectativa de salario justo frente a los límites financieros de una agencia pública.

El gobernador Phíl Murphy ha intentado mantenerse como mediador limitado, reconociendo en rueda de prensa que el objetivo es llegar a un “acuerdo final justo para los empleados, pero asequible para los contribuyentes”.

La situación fiscal de NJ Transit es ya de por sí desafiante. Según reportes oficiales, la agencia requiere más de $1,000 millones en inversiones para modernización y tiene un déficit proyectado de $119 millones para el próximo año fiscal.

Los riesgos de un acuerdo unilateral

Kris Kolluri, CEO de NJ Transit, expresó preocupación de que una concesión demasiado generosa a los ingenieros active una reacción en cadena. "No es solo una cuestión de si podemos acordar un aumento salarial con este sindicato. Es si podemos hacerlo sin que otros nueve sindicatos exijan algo similar y cause una explosión presupuestaria", explicó.

Los observadores económicos también se pronuncian. Según un análisis de la Rutgers University Transportation Policy Institute, si transcurriera un ajuste salarial al estándar deseado por el sindicato, sin una fuente paralela de financiamiento, la agencia podría entrar en déficit estructural dentro de cuatro años, afectando subsidios federales clave.

Congreso y mediación: ¿puede intervenir el gobierno federal?

Legalmente, el Congreso estadounidense puede intervenir para bloquear la huelga mediante legislación, lo cual ocurrió en un caso similar en 2022, durante la amenaza de huelga nacional de los operadores de carga. Sin embargo, esta vez los legisladores no han mostrado intención alguna de actuar de forma inmediata.

Mientras tanto, la Junta Federal de Mediación ya ha intervenido en el conflicto. El lunes anterior a la huelga, ambas partes se reunieron en Washington y el jueves, último día de negociaciones, un mediador también estuvo presente.

La junta ahora ha sugerido reunirse nuevamente el domingo por la mañana, buscando acercamientos con miras a lo que sería la primera ronda de diálogo formal post-huelga.

El transporte, un derecho en debate

La situación también ha reabierto un debate social más amplio: ¿hasta qué punto debe garantizarse el transporte público como un derecho laboralmente justo y financieramente sustentable?

Expertos en políticas públicas han hecho un llamado a revisar modelos internacionales. Algunos señalan como ejemplo el caso de Alemania, donde trabajadores ferroviarios de la Deutsche Bahn tienen garantías sindicales fuertes, pero las huelgas se regulan con acuerdos marco nacionales. En contraste, en EE. UU., la regulación laboral depende en gran medida del estado y del juego político local.

Josh Gottheimer, congresista demócrata de Nueva Jersey, lo resumió así: "Todos deben permanecer en la mesa de negociaciones 24/7. No se puede abandonar esto, es demasiado importante."

¿Qué sigue?

Por el momento, se espera otro duro fin de semana para los trabajadores, estudiantes y familias de Nueva Jersey que dependen de los trenes para estudiar, trabajar y simplemente vivir.

Las autoridades anunciaron que el servicio de autobuses de emergencia comenzará el lunes desde puntos clave del estado como Park & Ride, pero sin garantizar cobertura total. Entretanto, la presión aumenta sobre ambas partes para reiniciar las negociaciones y lograr una solución antes de que el conflicto gane otro nivel de consecuencias.

Esta huelga, mucho más allá de una negociación salarial, se ha convertido en un termómetro social de la lógica laboral moderna: dignidad para los trabajadores, sustentabilidad para la infraestructura y transporte seguro para los ciudadanos.

El desafío, ahora, es reconciliar esas tres variables antes de que las vías del tren queden solo como testigos de un estancamiento sin salida.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press