Estancamiento diplomático en Estambul: ¿Esperanza o teatro en las negociaciones de paz entre Rusia y Ucrania?

A pesar de un encuentro crucial tras tres años sin diálogos formales, las diferencias abismales entre delegaciones y la negativa de Putin a reunirse con Zelenskyy entorpecen cualquier avance tangible en el conflicto.

Estambul, Turquía – Una ciudad que ha sido testigo de épicas negociaciones internacionales se convierte hoy en escenario de una nueva tentativa para poner fin al conflicto entre Rusia y Ucrania, una guerra que ha dejado miles de muertos, millones de desplazados y el orden internacional profundamente alterado desde 2022.

Una cita histórica, pero sin expectativas

Por primera vez en tres años, delegaciones de ambos países se sientan cara a cara en Estambul. Por parte de Ucrania, lidera la comitiva el ministro de Defensa Rustem Umerov, mientras que la delegación rusa está encabezada por Vladimir Medinsky, un asesor del Kremlin con escaso peso político real. La diferencia en la jerarquía de las delegaciones ya generó dudas sobre la seriedad de la iniciativa.

Las conversaciones fueron posibles gracias a la mediación del gobierno turco, que desde el inicio del conflicto ha tratado de posicionarse como un facilitador clave en esfuerzos de diálogo regional. No obstante, la ausencia del presidente ruso Vladimir Putin y del ucraniano Volodymyr Zelenskyy en las reuniones ha sembrado un manto de escepticismo sobre el resultado.

El desencuentro de los líderes

Zelenskyy propuso públicamente un encuentro directo con Putin —un gesto audaz que buscaba romper con las formas tradicionales del protocolo diplomático en favor de una solución personal y pragmática. Pero Putin no solo desestimó tal reunión, sino que envió una delegación considerada por muchos como simbólica y sin poder decisorio.

“Lo que Moscú ha enviado no es una delegación, es una pieza teatral mal montada”, comentó Zelenskyy con dureza, refiriéndose a la escasa influencia de los representantes rusos presentes.

Factores externos: el papel (cada vez más visible) de Estados Unidos

El expresidente estadounidense Donald Trump, quien ha mantenido una posición ambigua respecto al conflicto en el pasado, aprovechó su gira en Medio Oriente para pronunciarse sobre el tema. Desde Abu Dabi, comentó a los medios: “El único camino a la paz es un encuentro entre Putin y yo. Punto”. Trump, que busca proyectar liderazgo en política exterior de cara al posible retorno a la presidencia, señaló que su equipo ya trabaja para organizar ese encuentro “lo antes posible”.

Y no está solo. En Estambul también estuvo presente el senador republicano Marco Rubio, actual Secretario de Estado bajo la gestión de Trump en su rol como enviado especial. Rubio manifestó que no esperaba “grandes avances” y subrayó que cualquier desenlace real exigiría “voluntad política desde las cumbres del poder, no en mesas secundarias”.

Ucrania no se rinde: diplomacia con Europa y la OTAN

Mientras se desarrollaban las reuniones en Estambul, Zelenskyy viajó a Albania para participar en una cumbre de líderes europeos. Allí, insistió en que Ucrania continúa comprometida no solo con la defensa de su soberanía, sino también con la vía diplomática, tal como demuestra el envío de su ministro de Defensa a las conversaciones.

Además, Ucrania se ha mostrado receptiva a una propuesta diplomática emergente desde Europa y EE. UU.: un alto al fuego de 30 días que permitiría no solo la reducción temporal de hostilidades, sino también abrir un espacio para observadores internacionales. Sin embargo, dicha propuesta fue rechazada por Rusia, que respondió con condiciones en extremo exigentes —algunas catalogadas como “absurdas” por diplomáticos occidentales.

Movimientos rusos apuntan a una nueva ofensiva

Mientras Moscú aparenta participar en estos esfuerzos diplomáticos, informes de inteligencia de Ucrania y Occidente sugieren que el Kremlin está preparando una nueva ofensiva militar coordinada. La fecha objetivo parece coincidir con el período posterior a las negociaciones actuales, lo que alimenta más aún las dudas sobre las verdaderas intenciones rusas en esta mesa de diálogo.

Según análisis del Institute for the Study of War, las tropas rusas han incrementado su presencia en varios frentes críticos de Ucrania oriental y meridional, particularmente en la región de Donetsk, lo cual se interpreta como un intento de ganar ventaja estratégica antes de que algún posible acuerdo reduzca el margen militar de acción.

El rol de Turquía como anfitrión estratégico

La elección de Estambul como sede no es casual. Turquía ha fungido previamente como mediador entre Irán e Israel, entre Estados Unidos y Siria e incluso como anfitrión clave en el acuerdo de exportación de cereales de Ucrania durante 2022. Con intereses geopolíticos tan amplios, el gobierno de Recep Tayyip Erdoğan busca consolidarse como un actor indispensable en el nuevo tablero internacional.

En palabras del canciller turco, “si logramos acercar aunque sea un milímetro a las partes, habrá sido un éxito”. No obstante, esta visión comienza a carecer de peso real cuando el terreno muestra cada vez menos voluntad común y más distancia estratégica.

El nuevo Papa también se pronuncia por la paz

Desde Roma, el recién elegido Papa Leo XIV, el primer pontífice estadounidense de la historia, aprovechó su primer discurso ante el cuerpo diplomático del Vaticano para pronunciarse sobre el conflicto. “La paz es una construcción diaria, no una ocasión multilateral. No puede ser un acto de teatro, sino una decisión espiritual y política”, indicó.

El Papa ha hecho del mensaje de paz uno de los ejes rectores de su pontificado, y su llamado contrasta con la creciente militarización del conflicto y la indiferencia estratégica de los grandes actores geopolíticos.

¿Un escenario sin salida?

Lo que debía ser un paso hacia la resolución diplomática del conflicto parece que se ha convertido, una vez más, en una jugada para la galería. No hay acuerdos concretos, no hay compromisos verificados, y lo más preocupante: no hay señales claras de una voluntad real por terminar la guerra.

Tal como dice el historiador Timothy Snyder sobre la política exterior contemporánea: “Cuando los acuerdos son una pantomima, la guerra se convierte en el lenguaje más eficiente”. Hoy, en Estambul, ese aforismo parece resonar con fuerza.

El mundo observa. La guerra continua.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press