¿Vuelve el Imperio Warrior? La apuesta de Golden State por Jimmy Butler, Curry y Draymond para el 2025
Tras una eliminación amarga, los Warriors planifican una resurrección competitiva centrada en su nuevo 'Big Three'
Un nuevo núcleo con sabor a veterano
La eliminación en segunda ronda a manos de los Minnesota Timberwolves dejó un amargo sabor en la boca de los Golden State Warriors. Pero si algo quedó claro esta temporada es que el experimento de incorporar a Jimmy Butler no fue un error: fue el comienzo de un nuevo capítulo que podría redefinir la recta final de la era de Stephen Curry en la NBA.
Butler, adquirido en un canje desde Miami a mitad de temporada, aportó dinamismo, defensa y agresividad a la plantilla. Su incorporación coincidió con una racha final espectacular que dejó a los Warriors con marca de 27-8 cuando él y Curry coincidieron en cancha. Pero cuando Steph cayó por una lesión en los isquiotibiales en la serie ante los Timberwolves, el castillo se vino abajo. Cuatro derrotas consecutivas que marcaron el final de la aventura 2024-25.
¿Qué tan serio es este «renacer Warrior»?
Mike Dunleavy, gerente general de Golden State, lo resumió bien: “El año pasado necesitábamos un verdadero número dos. Ahora tenemos a Jimmy Butler. Estoy mucho más tranquilo entrando en la próxima temporada”.
No se puede minimizar la importancia de ese trío veterano: Curry, Butler y Green. Tres líderes, tres personalidades fuertes con experiencia, IQ de baloncesto y hambre de campeonato. Steve Kerr lo sabe, y por eso insiste que mientras tenga a ese trío, Golden State peleará.
La mayor preocupación era la falta de una segunda opción ofensiva confiable. Butler resolvió eso. Curry sigue siendo uno de los jugadores más peligrosos del planeta y Green, pese a su desgaste físico, continúa siendo el alma defensiva del equipo.
Steph Curry: el sol de este universo
Con palabras que rozan la veneración, Steve Kerr definió su ofensiva: “Steph es nuestro sol, todo gira alrededor de él”. Y tiene razón. Curry, a sus 37 años, sigue promediando cifras de élite y revolucionando defensas rivales con su mera presencia.
En los cuatro juegos sin Curry en playoffs, los Warriors promediaron solo 103 puntos por partido, por debajo de su promedio de temporada, y sufrieron para generar tiros de calidad. Sin su estrella, el engranaje moderno de Kerr se vuelve previsible.
El dato más brutal: con Curry y Butler juntos, Golden State ganó más del 75% de sus juegos. La fórmula existe, pero su éxito depende de la salud del base nacido en Akron.
Jimmy Butler: del calor al oro
Butler fue lo que Miami ya no podía sostener: un veterano intensamente competitivo, útil tanto en regular season como en playoffs, pero cuyo estilo demandaba más control de balón. Con Curry, ese control se reparte, y Butler se transforma en una segunda espada eficaz.
En solo tres meses en la Bahía registró promedios impresionantes de 22.9 puntos, 6.1 rebotes y 5.3 asistencias, todo eso con un alto nivel defensivo. Además, su presencia cubrió el vacío emocional que dejó la salida de Jordan Poole y permitió a Kerr moldear una cultura de mayor responsabilidad.
Draymond Green: ¿líder agotado o pivote subvalorado?
El gran pero del cierre de temporada fue el rol de Draymond Green. Obligado a jugar como pívot en una rotación baja por necesidad, rindió bien… pero a un costo físico preocupante.
Kerr fue claro: “No quiero empezar la próxima temporada con Draymond como nuestro pívot titular”. Con 34 años, Green no puede aguantar 82 juegos en una posición tan demandante físicamente, sobre todo frente a los interiores dominantes del Oeste como Nikola Jokic o Karl-Anthony Towns.
Golden State necesita sumar centímetros y fortaleza bajo el aro, alguien que libere a Green para jugar su rol natural como ala-pívot disruptivo.
Jonathan Kuminga: ¿pieza clave o moneda de cambio?
La juventud y habilidad de Jonathan Kuminga son innegables. El ex pick de primera ronda mostró flashes de estrella, incluyendo un tramo final de temporada donde promedió 24.3 puntos por partido en las últimas cuatro jornadas. Pero su encaje con Butler y la rotación habitual fue forzado.
Kerr incluso lo definió como “una clavija cuadrada intentando entrar en un hueco redondo”, sugiriendo que su estilo no encaja fácilmente en el sistema actual del equipo.
Este verano Kuminga será agente libre restringido, y aunque los Warriors tienen derecho de igualar cualquier oferta, no se descarta un sign-and-trade que les permita reforzar otras posiciones más urgentes.
El dilema del perímetro: más tiros, más alas
El otro aspecto donde los de Kerr sufrieron fue la falta de tiradores consistentes más allá de Curry y Butler. Andrew Wiggins mostró irregularidad, Moses Moody sigue en desarrollo y Klay Thompson continúa en decadencia.
El equipo promedió 13.6 triples por partido (octavos en la liga), pero el reparto fue extremadamente dependiente de Curry. Butler y Green no son amenazas exteriores consistentes, y eso congestiona la pintura rival.
Además, la defensa perimetral dejó huecos importantes. Equipos físicos y con alas grandes como los Timberwolves (Conley, Edwards, Towns) o los Thunder (Gilgeous-Alexander, Dort) expusieron las carencias atléticas del backcourt.
¿Es realista soñar con otro anillo?
Dependerá, como siempre, de la salud de Steph Curry. Pero con un núcleo reforzado y la posibilidad de remodelar el banco en verano, los Warriors tienen oportunidades reales.
Diversos reportes (The Ringer, Athletic) sugieren que Mike Dunleavy buscará añadir un pívot veterano con minutos relevantes de playoffs (Nerlens Noel y Jakob Poeltl son rumores frecuentes) y, probablemente, un tirador barato vía agencia libre (Seth Curry o Malik Beasley son opciones económicas factibles).
Asimismo, mantener a Steve Kerr como estratega garantiza continuidad. Su sistema ofensivo se ha probado eficaz cuando tiene las piezas correctas y no hay indicios de ruptura con el núcleo veterano.
La ventana se cierra… pero no está cerrada aún
La lección de esta temporada es clara: cuando Curry, Butler y Green están sanos y en sintonía, Golden State sigue siendo contendiente. Mientras el sol siga brillando en San Francisco, los Warriors continuarán orbitando en torno a él.
El verano del 2025 será clave. Ajustes quirúrgicos más que revoluciones totales. Aún están lejos de equipos físicamente dominantes como Nuggets o Timberwolves en profundidad, pero no tan lejos estratégicamente si su estrella máxima puede volver al 100%.
Y quién sabe, tal vez no sea el cierre de una dinastía... sino el epílogo glorioso de un imperio que se niega a abdicar sin una última pelea.