Warriors y su Última Danza: ¿Puede el Trío Curry-Green-Butler Triunfar Antes del Ocaso?

Una temporada de altibajos

La temporada 2024-2025 de los Golden State Warriors estuvo llena de giros inesperados, lesiones y un sorprendente impulso tardío que casi les permite hacer ruido en los playoffs de la NBA. Sin embargo, la historia terminó con un sabor agridulce: una eliminación ante los Minnesota Timberwolves en las semifinales de la Conferencia Oeste. Stephen Curry, Draymond Green y Jimmy Butler, tres veteranos de peso, se marcharon del Chase Center sabiendo que el tiempo, su eterno rival, ya no está de su lado.

Para Curry, la tristeza de ver los últimos partidos desde el banquillo debido a una distensión en el isquiotibial izquierdo fue devastadora. Con 37 años, el cuatro veces campeón de la NBA es muy consciente de su mortalidad deportiva.

La llegada de Butler: una chispa tardía

Hubo un punto de inflexión para Golden State esta temporada: la llegada de Jimmy Butler. El traspaso orquestado por el gerente general Mike Dunleavy que envió a Andrew Wiggins a Miami a cambio del aguerrido alero trajo una inyección de energía al equipo. Desde su debut el 8 de febrero contra Chicago, los Warriors tuvieron un récord de 29-15 incluyendo los playoffs. En temporada regular, acumularon un impresionante 23-8 desde su llegada.

Butler, fiel a su estilo, brindó intensidad defensiva y una presencia ofensiva confiable, especialmente notoria durante la ausencia de Curry. "Estoy completamente contento con quién soy como jugador. Y estar aquí siendo segundo después de Steph, ¡eso es algo bueno cuando hablamos de uno de los más grandes de todos los tiempos!", declaró Butler tras la eliminación.

Viejos guerreros con nuevas motivaciones

El tridente compuesto por Curry, Green y ahora Butler, con Steve Kerr al mando, representa una amalgama de veteranía y experiencia. No obstante, ninguno de ellos ignora que su ventana de campeonato es cada vez más estrecha. "Todo lo que queríamos era la oportunidad... y terminar así, colarnos en playoffs y pasar la primera ronda... hay mucho de qué sentirse orgulloso", dijo Curry.

Draymond Green, como siempre, fue el termómetro emocional del equipo, brindando liderazgo y defensa perimetral cuando más se necesitaba. Ambos, Curry y Green, compartieron un emotivo abrazo al final del último partido. Muchos se preguntan si fue un adiós simbólico o simplemente un momento más en una historia que aún no ha escrito su último capítulo.

Camino a seguir: dudas, juventud y agencia libre

Uno de los grandes dilemas que se cierne sobre los Warriors este verano es el futuro de Jonathan Kuminga, el séptimo seleccionado global del draft de 2021. A punto de convertirse en agente libre restringido este julio, Kuminga completó su mejor temporada como profesional y será uno de los nombres más perseguidos del mercado.

Kuminga, sin embargo, prefirió no discutir su futuro inmediato: "No he pensado en nada aún...", declaró. Su progresión y capacidad atlética lo convierten en un factor clave para la continuidad o renovación del proyecto Warrior.

Además, otros jugadores del roster, como Moses Moody, Gary Payton II y Kevon Looney, podrían estar en la mira de reestructuraciones salariales o intercambios. La incógnita persiste: ¿apostará Golden State todo a su veterana base o buscará un rejuvenecimiento reforzado?

El peso de la edad: ¿una carga o un motor?

Stephen Curry ha jugado 16 temporadas en la NBA. Este año promedió 24.5 puntos, 6.0 asistencias y 4.4 rebotes en más de 32 minutos por partido, manteniéndose como uno de los jugadores más consistentes y peligrosos de la liga a pesar de su edad.

“Si ahora me llaman ‘el viejo’, lo acepto”, comentó Curry. “Porque significa que aún estoy aquí, compitiendo al más alto nivel. Pero también es un recordatorio de que no me quedan muchas oportunidades como esta. Por eso, cada momento lo valoro como oro.”

Jimmy Butler, de 35 años, comparte sentimiento. “Este tema de la edad está exagerado. Con la forma en que cuidamos nuestros cuerpos, todavía hay mucho baloncesto en nosotros”, aseguró.

Comparativa histórica: ¿hay precedentes?

No es la primera vez que una franquicia intenta una gesta final con su núcleo veterano. Algunos ejemplos:

• Boston Celtics 2009-2012: Garnett, Pierce y Allen llegaron a una Final (2010) y semifinales (2012) antes de ser desmantelados.
• Los Angeles Lakers 2004: Malone, Payton, Kobe y Shaq trataron de ganar un último título juntos; cayeron ante los Pistons en las Finales.
• San Antonio Spurs 2013-2014: con Duncan, Parker y Ginóbili, ganaron un título impresionante en 2014 desafiando las predicciones.

Los Warriors esperan emular a los Spurs y no a los Lakers del 2004. La clave será salud, profundidad de plantilla y una mezcla coherente de experiencia y juventud.

El legado en juego

Stephen Curry ya es una leyenda. Con 4 títulos de la NBA, 2 MVP (uno de ellos unánime), y múltiples récords de triples, su lugar en la historia está asegurado. Pero como él mismo dijo: "Quiero exprimir esta etapa lo más que pueda."

Jimmy Butler, por su parte, aún busca ese anillo que se le ha resistido pese a su mística competitiva. Después de perder las Finales en 2020 con Miami y ser eliminado por los Celtics en 2023 en la final del Este, un título en Golden State podría sellar su carrera con broche de oro.

Draymond Green, siempre controversial pero indispensable, busca también justificar la confianza renovada del equipo a pesar de sus suspensiones, lesiones y pundonor a cuestas.

Expectativas para 2025-26

Con un núcleo curtido, una nueva temporada completa para fabricar química entre Butler y la plantilla, y posibles ajustes en el roster, los Warriors llegarán a la próxima campaña como contendientes, pero ya no los favoritos.

Las casas de apuestas ya proyectan a Golden State como uno de los cinco mejores equipos del Oeste, junto a Denver, Minnesota, Dallas y Phoenix. Pero el verdadero rival será el tiempo.

¿Podrán Curry, Green y Butler darle a la Dub Nation una última danza memorable? La historia aún tiene capítulos por escribir, y si algo sabemos de estos Warriors, es que nunca hay que darlos por muertos antes de oír el último silbatazo.